Crepúsculo

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¿Cómo no reconocer esas manos, que rodeaban mi cintura y me recargaban contra su fuerte pecho, si tantas veces los había sentido en sueños? ¿Cómo no reconocer esos labios que se abrían, me besaban la nuca y el cuello y sentía su lengua en la oscuridad, pasar entre mis dientes y robarme el aliento?

Kahir me besaba ya sin temores, me abrazaba casi con violencia, me metía mano por todas partes, me recargaba contra sí para hacerme sentir su erección

-Eres tu, eres tu, eres tu... -repetía- En aquel momento, en el desierto, vi espejismos horrorosos, donde morías y ya nunca podríamos estar juntos. Me juré, que si alguna vez podría volver a verte, te estrecharía en mis brazos como siempre quise, desde el día en que nos conocimos y hacerte mi mujer, si tú aceptas, juro que no tomaré a otras como esposas, y moriremos de viejos juntos, rodeados de nietas y nietos...

-Kahir, también yo te amo, te amo muchísimo, pero por ese amor que te tengo, mereces saber la verdad. No soy "Gina", yo soy una cambiamundos de las que la Reina de la Serpiente sabe... Kahir, mi nombre es Amaar, soy una chica de otro universo, que usó un teléfo... un espejo mágico, para entrar a tu mundo y cambiarlo y... me enamoré de ti.

- ¿Es verdad eso? Siempre creí, que abrigabas por mi ancestro una preferencia especial, sin embargo, ya sabía que eras un ser fuera de este mundo, eso no me importa. Sólo quiero saber que sientes lo mismo por mi, y si te quedarás aquí, por siempre...

-Arslan por fin es libre, y creo... siento, que ya no lo volveremos a ver... - y la tristeza volvió a habitar mi corazón pese a la súbita alegría.

-Ven. Necesito saber que este momento es real... después podrás irte, si eso quieres, pero necesito convencerme de que al menos esto que siento no es un espejismo... no es una orden, Amaar, es una súplica, por favor, apiádate de mi dolor-

La voz de Kahir es tan suave como el ronroneo de un gatito y sus ojos como los de un niño pequeño y me dejo llevar por ellos... salimos del cuarto del trono y desandamos por los jardines... era como si todos hubieran desaparecido ¿Será un nuevo espejismo? Han pasado tantas cosas mágicas que también estoy empezando a dudar de la realidad..

-He ordenado que toda la servidumbre se retire temprano hoy. Estamos prácticamente solos- comentó Kahir, y sentí el escalofrío del deseo, sí, no tiene caso ya ocultarlo: siempre deseé a Kahir como hombre de alcoba.

Cerró la puerta de la habitación en la que habíamos estado tantas veces dejando por fuera un pañuelo, para que nadie nos interrumpiera. Se vira hacia mí, y corre a abrazarme con una pasión incendiaria que apenas me da tiempo de quitarle el turbante y ponerlo cuidadosamente a resguardo, pero él ya me levanta el velo y lo aparta con una suavidad firme, varonil, para besarme la frente, los párpados, los labios, mientras sus manos me recorren suavemente por el vientre, el talle, alrededor de mis caderas.. y de un tirón me atrae hacia su cuerpo firme y duro, puedo sentir su pecho batiente, su vientre plano, la firmeza de su deseo... pero en ese momento me levanta con sus brazos, apoyándome contra el escritorio donde chocan los frascos de tinta china mientras los pergaminos de la Ley ruedan por el suelo, junto a mis últimas reticencias... Kahir está buscando los broches de mis ropas, y le ayudo a quitarme la túnica que de repente se hace pesada, me estorba y aprisiona.

Kahir busca mi cuerpo, iluminado por la luna que aparece en el cielo, y mis cabellos caen en cascada hasta la línea de mis nalgas cuando él afloja la cinta de mi bombacho. Con sus besos sigue la línea que va desde mis senos por el ombligo, donde se detiene, pero sólo un instante, y sigue bajando hacia el nacimiento de mi vello.

-Nunca me atreví a decirte, que siempre hubo algo que deseé hacerte fervientemente...

Pero no espera a que yo pregunte sino que con una suavidad inusitada en unas manos tan grandes, abre mis rodillas, mete la cabeza entre mis piernas mientras me mira suavemente con los hermosos ojos de gacela que heredó de Arslan, y se introduce en mi oquedad más íntima. Su lengua es cálida, agradable y encuentra mis labios verticales en la más completa oscuridad mientras se apoya en mis caderas. No puedo contener un suspiro, porque Kahir sabe lo que hace, y ahora sabe que estoy húmeda, ¡Maldita sea! No supe lo perdida que estaba desde el primer momento porque mi cuerpo estaba ganado desde antes de ser tomado, en qué momento perdí el dominio de mi y ahora me dejaba llevar, yo misma colocaba mis corvas por encima de la espalda desnuda y musculada de Kahir. Siento la maraña de sus largos y negros cabellos entre mis piernas y le insto con mis manos a comerme más firme, más profundamente, mas duro e incluso más violentamente mientas sus dedos exploran mi cuerpo, la línea de mis nalgas, la firmeza de mis pechos. Kahir sostiene entre sus dedos mi pezón y juguetea con él mientras ofrece su pulgar a mis labios, y yo lo chupo con fruición. Estoy en el colmo del éxtasis, siento el deseo invadir hasta los dedos de mis pies, entonces él murmura como entre un sueño

-Déjame hacerte el amor

Casi sin esperar a que yo responda pero con un gesto le insto a continuar, termina de sacarse los zapatos acabados en punta, y el pantalón que estaba ya aflojado, sostenido y tenso por una erección poderosa. Por un momento puedo ver su miembro tumefacto a contraluz, pero lo supe mucho mejor, cuando se apoyó contra mí y pude sentirlo con toda su magnificencia contra mi pierna: ardiente, duro, con unas venas que se veían inyectadas sobre una maraña de vello masculino cuidadosamente recortado. En sus brazos, me lleva hacia el lecho que se siente fresco en esa joven noche, pero el cuerpo de él es ardiente como el desierto al mediodía. Ahora me besa mientras nos acariciamos y el me busca empujándome, siento la empuñadura de su ariete, pero yo ya soy suya desde antes de ser tomada, levanto mi pierna, y la poso cuidadosamente sobre su afilada cadera para facilitarle la faena y entonces lo siento entrar en mi cuerpo con renovados bríos, y el debe sentirlo también pues he notado que se engrosa y crece, y él puja conteniéndose, entonces lo beso para calmarlo pero el insiste en su asedio, lanceteándome con estocadas firmes y certeras, mientras me farfulla delicias al oído y yo misma no puedo reprimir unos gemidos (espera, por favor, dilátate) que lo excitan sin cesar, en un ir y venir hasta que, de un giro firme pero bien calculado, me sujeta hacia su tronco y rodamos en la cama, ahora yo sentada sobre su regazo, ¡Ah inverecundo! ¡Quería mirarme mientras yo me empujaba contra su hombría tumefacta, contemplando a contraluz el vaivén de mis pechos y bordeando mis formas en la luz de la luna! Me empujo contra el haciendo acopio de un resorteo con mis pies sobre la estera, y Kahir ha echado la cabeza hacia atrás en completo éxtasis ... tampoco el puede contenerse y suspira y jadea, su cara se inyecta con una ira muy extraña, la misma ira que le ví aquel día en el mercado cuando me rozó con su viril ariete... pero en ese entonces no tenía ni idea de cómo era el, en la intimidad... Kahir se contiene como un soldado pero es obvio que no aguantará muchas estocadas más, entonces me siento sobre el con todo mi peso y lo siento entrar a profundidad, veo una luz, siento un choque eléctrico y un gran descanso... sé que he llegado a mi lugar especial, el también en ese momento brilla con una expresión liberadora, diferente, como si se hubiera quitado un enorme peso de encima, bañado en sudores, siento los jugos de su ser llegar y entrar en mi cuerpo, desbordarse y salir, entonces me abraza y me besa, atrayéndome a su lado, donde contemplamos, mudos, la luna, y después de estar un rato así, mirándonos y reconociendo nuestra desnudez en la oscuridad... hace tanto que no me sentía tan tranquila, pero quizá, por eso mismo, desvío lentamente la mirada hacia la luna, bien alta ahora.

-No puedes dejarlo, ¿verdad?- me dice por fin, entre conmocionado y comprensivo

-El ha sido parte de mi vida, y lo sabes. Necesito saber la verdad.

-Está bien. Entiendo eso, más de lo que te imaginas. Ve, viajera de tiempos y dimensiones, a cumplir tu cometido, pero sabe esto: que sea lo que sea lo que encuentres, mi ofrecimiento y mi amor seguirán en pie. Te esperaré, no importa el tiempo que necesites. Y por favor, atesora esta noche como un recuerdo verdadero.

-Siempre lo será y lo sabes- dije mientras me empecé a vestir.

Amaar, Una Historia de Dress Up! Time PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora