¿Serán verdad, las cosas que me dijo la antigua reina, sobre aquellos seres? Personas capaces de viajar entre dimensiones sin abandonar la propia, y que puedan leer mi realidad a través de una pantalla lisa como un espejo donde leen de modo tan transparente mis vivencias? ¿O habrá sido una treta para entramparme? En otro tiempo, tal idea sería considerada, al menos herética. Que otros mundos existan, donde la realidad es muy diferente es una idea contraria a Alá, y de hecho contraria a cualquier dios.
Con paso firme, me fui metiendo por las callecillas que recordaba como si fuera ayer, aunque no eran exactamente del modo como las recordaba. El día estaba próximo a morir, eso se veía por los colores en el cielo, y los mercaderes estaban próximos a cerrar los comercios, debía apresurarme a hacer lo que la antigua reina me había dicho, si es que quería hacerlo, ¿Iba a hacerlo, a obedecer a una mujer simplemente porque me lo mandaba? De todas formas, en algo tenía razón: necesitaba la protección de alguien más, pero... ¿me dejarían pasar?
¡Sí, iría a hacerlo! Se lo prometí a Arslan, es lo que el hubiera querido, además...
Estaba frente a los muros del Palacio. Anteriormente era bienvenida aquí, pero ahora que todo había cambiado, no lo sé, no estaba del todo segura...
-¡Ah, es usted! Se ha tomado el tiempo para venir. Pase ya, la Sultana está esperando...
¿Sultana? ¿Tiempo? ¿Quiere decir, que alguien me esperaba? Fui conducida por una guarnición entre las jardineras y arrollos, donde los peces más exóticos vivían, y daban la impresión de ser un cuadro vivo.
Cuando llegué a la sala del trono no me sorprendió ver la persona que ocupaba el asiento
-Dejadnos a solas- ordenó Scherezada con firmeza, y luego, a mí- Pequeña: has corrido un enorme riesgo al venir acá
-Aún así, tenía que devolveros algo que os pertenece, Alteza-
-Por favor, llámame solamente "Scherezada". Lo menos que puedes hacer por mi es considerarte heroína del reino de LunaLlena.... e intima amiga de la Sultana.
Empecé a sacar lo que había enrollado y escondido cuidadosamente entre mis ropas para que "Chapur" no las hallase fácilmente... pero ahí estaba un trozo de seda que en la luz muriente del sol se veía azul pálido. Era una seda finísima hecha con los pasos de un gato, pues al tenerla puesta, era un rabo de nube, era acariciar la nada:
-Esta es la túnica que me ha prestado para engañar a Ghiyath. Un día juré devolvérosla y aquí está...
-¿Sabes? Aún me pregunto, como has hecho para engañarlo tan hábilmente, e instaurar la paz...
-Es muy simple alteza: desde que nos conocimos, sentí que vuestros talentos como... gobernanta estaban subestimados y que usted estaba muy limitada a ser una figura decorativa sin injerencia en los asuntos de Palacio. Cuando estuve en peligro de morir en el desierto utilicé mi último deseo para que el Genio cambiara algo de la historia...
-¿Y puedo saber que has pedido?
-Claro que sí: pedí que volviera el tiempo de la coronación, pero que el Reino sólo pudiese pasar a las mujeres. Entonces en lugar de ser coronado Kahir, Usted sería nombrada Sultana, sin intervención del Primer Ministro... a partir de entonces usted se haría cargo de las cosas. Usted ya sabía que Ghiyath complotaba contra la familia Fatih, y podría vigilarlo mejor, y...
-Y también supe las intrigas del Primer Ministro, y lo he podido ejecutar por traición pero, ahora quiero pedirte lo que ya te imaginas: ofrecerte un empleo en Palacio como Real Consejera de la Sultana.
- Su Magnánima, esa gracia no la quisiera declinar, pero bien sabéis que aun tengo algunas cosas que terminar...
-Pensé que ibas a decir eso, por eso necesitas ver a alguien primero...
Y salió de la habitación que empezaba a palidecer con la salida de la luna. Alguien estaba en la oscuridad. Me abrazó por la cintura, recorrió el camino de mis senos hasta la barbilla y me dio de lleno un beso en los labios. Y entonces supe que era aquel a quien yo esperaba.
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Amaar, Una Historia de Dress Up! Time Princess
FanficEn mi mente solo éramos Chapur y yo haciendo incansablemente el amor por siempre, él besándome por todo el cuerpo y yo buscándole a tientas en la oscuridad gimiendo y rogándole, que me hiciera suya una y otra vez, ya lo era, desde ese instante y pa...