En mi mente sólo éramos Chapur y yo haciendo incansablemente el amor por siempre, él besándome por todo el cuerpo y yo buscándole a tientas en la oscuridad, gimiendo y rogándole que me hiciera suya una y otra vez, ya lo era desde ese instante y para siempre... No me importaba ya lo que pasara con Arslan (estaba salvado) ni con el reino de Lunallena pues ya estaba a buen resguardo, soy la única que se quedó mas sola que la una, rasguñándole al pasado resquicios por los que me quería infiltrar, arrancándole recuerdos que ya no iban a ser...
Qué importaba ya, si él era el príncipe Ghiyath que había fingido ser Chapur el adivino del palacio, Chapur el que hacía intrigas, Chapur el soberbio, Chapur el que trató de intimidarme desde el día uno y se robó mi corazón cuando vi miedo en sus ojos... sí, pues hasta él tenía miedos como cualquier persona, y el suyo era el no ser lo suficientemente digno para su padre...
El sol salía entre las dunas azules, tímidamente, sin decidirse a nacer en medio de la noche estrellada, como un tapiz magníficamente bordado por Alá, hasta que el cielo empezó de pasar del púrpura intenso al rosa algodón, y luego, por fin unos hilos dorados bordeando el tejido que anunciaban el paso del alba. Pero no era este el desierto cambiante, el desierto que el viento trae y se lleva de un lugar a otro cambiando caprichosamente de lugar sus dunas, sino el desierto rocoso, estable, cuyas grietas peinadas y acariciadas por el viento, describen curvas y siluetas sensuales
Curiosamente un sudor tibio me recorría la espalda, y un cansancio muy agradable, lleno de plenitud y alegría (el tipo de cansancio que llega después de haber hecho el amor durante unas cuatro, o cinco horas seguidas) se presentó con mi humedad natural...
¿Qué ha pasado? ¿Lo he soñado todo o ha sido real? Kahir, Simbad, Ghiyath, Arslan... ¡Arslan! Sus nombres resonaban en mi cabeza, tratando de divorciar realidad y ficción... ¿Realmente, había estado ahí o era un influjo seductor del libro que acababa de tener en mis manos, qué tan real es la vida que decimos tener y hasta qué punto son imaginaciones nuestras? Así que nuestro "Chapur" todo el tiempo era en realidad el príncipe Ghiyath, viejo amigo de Arslan y heredero de la antigua dinastía e hijo del Último Tirano... pues sus chapuzas no han servido de gran cosa, pero presiento que nos veremos una vez más...
Mientras me planteaba todas estas cosas trataba de levantarme y arreglar mis ropas polvorientas. Por fortuna había caído en un banco de arena, en un recodo donde no se filtraba el viento frío de la noche, había dormido en el abrazo del desierto. Debía empezar a caminar, pues antes de que el sol estuviera arriba el calor sería insoportable. Empecé a andar a la ciudad de mis recuerdos (¿los míos, o los de "Gina"?) y a desandar lo recordado.
En mis bolsillos había encontrado la lámpara de Arslan, ya vacía, y la gema que decoraba la cimitarra de Kahir, la misma que recibió de su padre cuando fue nombrado Sultán.. ¡Qué bello estaba ese día! Nunca lo he mirado más apuesto, con su turbante color crema y su mantón dorado.. ni con mayor turbación; hubiera jurado que estaba a punto de confesarme secretos del corazón que durante muchas noches ya le habían causado sudores y sobresaltos. Cuando me miró con esos ojos de niño, lo miré, y cuando cogió mi mano entre las suyas quise besar sus labios de melocotón, tomar su barbilla afilada y sentir, sentir en mi talle esas manos que se ven enormes y suaves... ¡Ah!, y "Light" tenía que interponerse justo en ese momento, con su mohín y su gesto de desaprobación, también adorable a su modo...
Arslan, Light, Light, Arslan, dos nombres que ahora se agolpan en mi corazón y que expresan dos cosas muy diferentes. Recuerdo cuando Light se presentó ante mí.. ¡Qué ingenua era entonces! Qué nombre para un muchacho, "Light"... en mi país Luz es un nombre de mujer, será por eso que en ese instante empecé a quererle... Sí, será por eso, pero la ciudad empezaba a delinearse en el horizonte... llegaré ahí antes del mediodía si empiezo ahora que el sol permite andar, y una vez allá compraré algo para desayunar con las monedas que he encontrado en mi bolsillo y con el estómago lleno y el ánima calma, meditaré, meditaré qué debo hacer.
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Amaar, Una Historia de Dress Up! Time Princess
FanficEn mi mente solo éramos Chapur y yo haciendo incansablemente el amor por siempre, él besándome por todo el cuerpo y yo buscándole a tientas en la oscuridad gimiendo y rogándole, que me hiciera suya una y otra vez, ya lo era, desde ese instante y pa...