Los demonios andan entre nosotros, caminando disfrazados de personas que corrompen todo a su alrededor, sólo los verdaderos patriotas pueden detener a los demonios. Un detective, dos mentes crimínales el profesor James Moriarty y el más grande ladr...
—Echidna, Echidna —tocaba la puerta de mi hermana menor con insistencia tenía una visita esperándola desde hace unos minutos —tienes una visita, por favor despierta —No hubo respuesta, tiene el mal hábito de quedarse despierta hasta tarde, William ni-san es igual, abrí la puerta observamos un completo desastre, habían pinceles por todos lados al igual que libros junto a envoltura de dulces —Echidna... ¿dónde ¡wahhh?! —había tropezado con uno de los libros, por todos los cielos está chica.
—Ah, Louis... ¿qué...? —y allí estaba ella parada frente a mi con un largo camisón puesto, restregando sus ojos cansada —tanto sueño...
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—Te he dicho varias veces que no uses esa ropa para dormir —le repliqué levantándome del suelo, tomé uno de los libros poniéndolo sobre la mesa —tienes una visita, cámbiate por favor...
—Oh, Louis, tienes el rostro rojo~
—Por favor cámbiate, tienes visitas.
—Jeje~ no te pongas nervioso~ o eso me gustaría decir, pero no hay mucho que ver~ —se dio la vuelta entrando al cuarto de baño —¿quien es la visita?
—El Señor Jake Western.
—Oh, trabajo... —ahora salió cambiada y un pocos arreglada —¿podrías preparar té?
—Si, por supuesto. ¿Necesitas que saque algo del estudio?
—Nop, el solo vendrá a verlo, la exhibición será en un mes en Londres.
—Entiendo —salí de la habitación para bajar a la sala Echidna bajo unos pocos segundos después de mi, él caballero la saludó con una inclinación leve.
—Buen día, Western, ha pasado mucho tiempo ¿como ha estado?
—Me encuentro bien, señorita Echidna gracias por su preocupación —el señor Western parecía ser un hombre de no más de 40 años, un rostro bien marcado, ojos y cabello castaño, bajos sus ojos podían notarse unas pequeñas bolsas, como muestra de cansancio.
—Vaya~ tener gemelos puede ser un reto —exclamó Echidna repentinamente, el hombre soltó un suspiró cansado afirmando sus palabras.
—No lo negaré, pero han sido de mucha bendición... pero tener tres mujeres en la casa es difícil, ahora —buscó en su maletín unas cartas para dárselas a Echidna —son los pagos del último mes...
—Ya veo; ¿ara~ alguien pago demasiado por la ultima?
—Si, le gustó demasiado y al llegar antes de la fecha dio un pago extra. Eso significa que no debe dejar su trabajo para última hora —parecía estar regañandola, Echidna rascó su mejilla nerviosa —la puntualidad es clave para los negocios.
