Capítulo 1

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«Muy bien, Pansy Parkinson: despierta...»

Cada vez que abro mis ojos, mi pensamiento vuelve a ti.

Apoyo mis pies en el suelo y todo vuelve a empezar.

Es como revivir un sueño despierta una y otra vez, un sueño imposible porque se trata de ti. Siempre se trata de ti, Potter.

¡Ay...! Esta situación me vuelve loca, Potter. Nada se me olvida de ti. ¡Nada!

Eres mi pensamiento favorito, lo cual me recuerda lo mucho que odio no poder olvidarte.

Este año no será muy diferente del anterior, lo sé. Estoy segura de que volveré a paralizarme cuando te vuelva a ver y que seré una marioneta suicida en el mismo instante en que crucemos nuestras miradas.

¡Maldición, Potter! ¿Por qué no aprendo a controlarme cuando estoy cerca de ti?

Debo preparar mi baúl, faltan pocos días para ir a la estación a abordar el expreso. Mi padre no tiene paciencia y me apura desde la planta baja, amenazando con subir a buscarme a cada momento si no bajo en menos de lo que canta un gallo. Tenemos que ir al Callejón Diagón por mis materiales de este año.

—¡Bauleo!

Mientras el encantamiento que lancé se encarga de acomodar la ropa en mi baúl, Loic, mi lechuzo, ulula advirtiéndome que está despierto. Me acerco a su jaula y le sonrío, ha sido una gran compañía durante los últimos tres meses.

Antes de salir, doy una última mirada a mi habitación y respiro resignada, debo dejar el lugar donde me siento más tranquila y segura en el mundo para ir con mi padre. Cierro la puerta y otra vez me acuerdo de ti...

Me pregunto: ¿qué estarás haciendo en este momento, Potter?

 El 23 de Agosto, Harry recibió dos cartas, una de Hogwarts anunciándole que debería presentarse en el colegio el 1° de Septiembre, —la cual también incluía la lista de libros y útiles que debería llevar ese año— y la otra era de Ron que le avisab...

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El 23 de Agosto, Harry recibió dos cartas, una de Hogwarts anunciándole que debería presentarse en el colegio el 1° de Septiembre, —la cual también incluía la lista de libros y útiles que debería llevar ese año— y la otra era de Ron que le avisaba que el 25 pasaría a buscarlo con Fred y George para pasar los últimos días de las vacaciones en la Madriguera. Hasta ese momento nada podía ser más perfecto.

Estaba ansioso porque llegara Septiembre para que comenzaran las clases en Hogwarts, mientras tanto, preparaba todo lo que se llevaría para no tener que esperar hasta último momento. Últimamente le agobiaba demasiado tener que pasar tiempo extra en casa de los Dursley.

El 25 llegó, y como había prometido, Ronald vino a buscarlo junto a sus hermanos. Harry no pudo aguantar la risa cuando vio la cara de sus tíos al ver el auto en el que habían venido, por supuesto, tuvieron que manejar el viejo Ford Anglia en tierra, pues la condición que les había puesto la señora Weasley para que usaran el automóvil, era que no volaran en él o meterían en serios problemas al señor Weasley (que, al contrario de Molly, no se sentía nada disgustado con la idea de que sus hijos utilizaran el auto volador).

«Odio» 2da parte - FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora