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Cierro los ojos al sentir los labios de Lucifer recorriendo cada centímetro que cubre la piel de mi cuello. El áspero roce de su barba contra esa zona, lejos de incomodarme, incrementa el placer que su boca me brinda.

Estoy recostado en el sofá de mi sala, completamente sumiso ante todas las atenciones que mi cuerpo está recibiendo. Aún con los ojos cerrados, puedo sentir los labios de Lucifer recorriendo con lentitud todo mi pecho desnudo. Sus dedos ansiosos desabrochan mi pantalón con rapidez, y dejo que me despoje de él junto con mi ropa interior, sin poner resistencia.

Toda la motivación que había sentido en un comienzo se ha ido perdiendo poco a poco, mientras mi mente no hace más que recordarme que el hombre que está junto a mí ahora no es quien yo deseo que sea, pero decido ignorarlo y dejarme llevar.

Abro los ojos sorprendido, cuando la boca de Lucifer envuelve mi miembro sin previo aviso, trayendome a la realidad de la mejor manera posible. Coloco las manos en su cabello, de forma casi instintiva, y tiro de ellos cuando la sensación que recorre mi cuerpo se vuelve increíblemente placentera al sentir su lengua estimulando toda mi longitud.

—Hotch... —gimo de forma suplicante mientras vuelvo a cerrar los ojos con fuerza.

Sé que la he cagado monumentalmente cuando Lucifer detiene sus acciones de inmediato. Lo veo rodar los ojos, aun entre mis piernas, y me ruborizo de inmediato.

—Tenías que arruinarlo en el mejor momento, ¿verdad?

—Lo siento —me relamo los labios con nerviosismo haciendo lo posible para poder incorporarme—, no podemos seguir.

—Es evidente que no —dice decepcionado, al tiempo que se aparta para liberarme.

Me levanto y me coloco la ropa interior con rapidez, seguido de mi pantalón y camisa. Estoy tan avergonzado que ni siquiera me atrevo a mirarlo ahora mismo, aunque puedo ver por el rabillo del ojo que se ha sentado en el sofá, colocándose el saco, que es la única pieza de ropa que se ha quitado, afortunadamente.

Tomo asiento a su lado y me acomodo el cabello enmarañado con los dedos, en un intento por disimular mi nerviosismo y vergüenza.

—Lo siento de verdad, no sé en qué estaba pensando —digo sin mirarlo aún.

—Bueno, debido al nombre que escuché yo si lo sé —comenta de forma burlona y carraspeo incómodo.

—Me refiero a que ni siquiera debí empezar todo eso, no teniendo a Aaron en mente. No es justo ni para mi, ni para ti —me giro un poco para poder observarlo, necesito que sepa que estoy siendo sincero ahora mismo y que de verdad lo lamento.

—No te preocupes, Doctor, lo entiendo. Aunque nunca he sido utilizando de forma tan vil, pero hay una primera vez para todo, ¿no? —sonríe enormemente luego de soltar un típico comentario sarcástico. Me río levemente, avergonzado.

—Supongo que debo agradecerte por quitarle la tensión a la situación.

—Me sale de forma natural —se encoge de hombros, esta vez con una sonrisa más sincera—. De verdad me gustas, Spencer, pero entiendo que ahora no tengas cabeza para nadie más que tu obsesivo y amargado jefe, y está bien, los sentimientos no pueden controlarse ni siquiera con IQ tan alto como el tuyo. Sólo quiero que sepas que si algún día estás dispuesto a intentarlo con alguien más, me puedes tener en cuenta.

Sus palabras pronunciadas con tanta sinceridad -algo completamente extraño en él- me dejan casi sin habla, además de que es la primera vez que me llama por mi nombre.

—Lo haré, lo prometo —le dedico mi mejor sonrisa, con el corazón acelerado.

—Bueno, debo darme prisa si quiero alcanzar el vuelo de esta noche —mira su reloj al tiempo que se pone de pie.

I Crave You. (Hotch/Reid/Lucifer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora