Frío

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- Vientos fríos rozan mi mejilla, pequeños cristales helados arropan mi alma, mi piel sin vida no resalta entre lo pálido e insípido del paisaje, mis labios agrietados y morados son el único color e mi rostro. Mí respiración es cada vez mas rápida y mí corazón va cada vez mas lento. El humo que desprende mi boca es el reflejo de mi alma en turbulencia con la brisa, un sendero de sangre proveniente de mis labios y pies ya reventados era el único color que resaltaba entre el blanco absoluto. Sin nada que buscar o un lugar hacia donde ir, irónicamente no siento dolor alguno, ni siquiera el frío me congela, ni una lágrima sale de mis ojos, ni un quejido sale de mi boca, a cada paso mis músculos se acalambran, mi vista se vuelve cada vez más borrosa y una voz lejana pero muy dulce se siente como un susurro al oído. Casi sin aliento alguno ya no puedo distinguir entre la realidad o si era producto de mi imaginación. Ya no sé ni cuantos kilómetros había recorrido o que hora era, el tiempo parecía no correr, ni la luna parecía moverse. La voz que incitaba a que la siguiera sonaba cada vez mas lejana y opacada por el eco. Recuerdos de mi niñez invaden mí mente fatigada, lo cual trae una sonrisa lucida a mi rostro. Un ardor en mi pecho anuncia el final de la historia, y con esa misma sonrisa y cerrando mis ojos me resigno y me despido dejándome ser consumido por el olvido.

Te Presento Mis DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora