8-Nada gratis.

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❗❗❌¿Lector Fantasma?👻¡Para nada! Deja tu huella🐾,comenta💬,dale a la estrella🌟,sigue la historia❌❗❗

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La gente siempre me miraba con ojos de superioridad o de asco. No sabía si el echo de ser huérfana te hacía menos o simplemente la gente era así de rata. Nunca recibí algo de otra persona sin haberme esforzado más que nadie por conseguirlo, a veces lo conseguía, otras no había sido suficiente o alguien "mejor acomodado" lo conseguía. 

Nadie me adoptó, a pesar de haber estado en el orfanato desde que tenía memoria, las monjas decían que había llegado siendo apenas una bebé de unos cuantos meses de vida, pero ¿No son los bebés a los que más rápido adoptan? ¿Por qué a mi nadie me adoptó? ¿Qué estaba mal en mi? ¿Era fea? esos pensamientos me atormentaron por muchos años, hasta que simplemente dejó de importarme, no iba a conseguir nada haciéndome esas preguntas, por lo que empecé a estudiar y trabajar más que ningún otro niño del lugar, quizás si me esforzaba una pareja vería que yo sería alguien comprometedora y me adoptaría. 

Que pensamiento más ingenuo. 

Creo que sería demasiado obvio decir como termino eso. Terminé yéndome a la edad de 15 años, trabajaba como una esclava para llegar a fin de mes y estudiaba noches enteras sin dormir con tal de llegar a la nota necesitada para mantener la beca, pero no era suficiente. La gente a veces es demasiado cruel y no se pone en el lugar de uno, algo como la "empatía" nunca me fue mostrada, ¿No había hecho una tarea porque me desmaye de tanto trabajo? no es mi problema, toma tu cero, ¿No pudiste asistir al trabajo por un examen importante? no es mi problema, despedida. 

No sé si yo simplemente me encontraba con gente rata o todo el mundo era así. Aún así nunca me queje, por lo menos no tanto, seguí esforzándome por salir adelante. ¿Perdía un trabajo? en seguida buscaba otro, ¿Saque mala nota? pedía trabajos extras para recuperar la nota. ¿Querían pisotearme? no les sería fácil hijos de puta. 

No tenía amigos ya que usaba mi tiempo libre para descansar y estudiar, socializar no era importante para mi, comprarme cosas para arreglarme tampoco era un opción. No tenía el lujo de gastar en ropa a la moda o de temporada, siempre fue ropa de segunda mano ya que entraba en mi bajísimo presupuesto de ropa.

El acoso por parte de mis compañeros de clase al igual que los de mis trabajos a medio tiempo era algo que tenía que aguantar,  sus risas y bromas acerca de mi pobre ropa era algo que les encantaba. Creo que la sociedad no puede vivir sin tener una victima de sus burlas, alguien que sea un anti estrés para los demás ¿Y que mejor presa que una huérfana becada con ropa de segunda mano? era como un pedazo de carne siendo tirado a los hambrientos leones. 

El estrés que me provocaron fue tan grande que dejé de comprarme ropa una vez al mes para pagar los gastos médicos. Nadie se hacía responsable de mí, nadie mostraba algo de empatía, a nadie le importaba si al pagar eso no tenía para comer después, al final era problema mío. 

A veces era necesario dejar de lado mi dignidad, no me importaba arrodillarme y suplicarle a la señora que cobraba la renta para que me diera unos días más para poder pagarle, cuando cedían, gente como ellos sentían como si hubieran hecho una buena acción y merecían el cielo por eso. A veces algunos compañeros de clase se acercaban para dejarme sus sobras de comida fingiendo ser buenas personas. 

¿Lloré? obviamente, pero nunca frente a ellos. Después de todo lo que no te mata, te hace más fuerte ¿no? Que me trataran como la mierda desde un principio me hacía más fuerte, cada insulto aguantado hacía que fuera más fácil resistir el siguiente, hasta que terminas acostumbrándote y ya pasas a ignorar esas cosas. La gente al darse cuenta que lo que venían haciendo no te afecta, buscan otros métodos para hacerte sentir peor. 

Como aquella vez que pusieron laxante en una bebida que me dieron antes de un examen importante, fue mi error no darme cuenta que a la gente lo que más le encanta es verte en tu peor momento. Perdí ese examen y se me negó el acceso a una beca que realmente necesitaba para poder pagar los útiles para el siguiente semestre, tuve que conseguir un cuarto trabajo y olvidarme de dormir y comer por unas semanas para poder pagar todo.

A veces la idea de rendirme pasaba por mi mente, pero simplemente la descartaba, no me veía siendo una vagabunda y no quería que mi yo del pasado que se esforzó tanto me viera en las calles siendo un "parasito de la sociedad". Seguí estudiando, seguí trabajando, seguí soportando cosas que alguien que tuviera a una persona en la cual apoyarse no hubiera aguantado. Me sentía orgullosa de mi al poder aguantar tanto.

Mientras las niñas intentaban ser bellas antes los padres que venían a adoptar, yo intentaba destacar en los estudios, en la música o en el arte. Al final adoptaban a los niños con actitud tierna y apariencia bella, ¿Por qué nadie me elegía? de adolescente las demás chicas salían de fiestas, de compras o intentaban conseguir pareja, en cambio yo intentaba llegar en hora al trabajo y estudiar para tener una nota perfecta y que los que otorgaban becas se figaran en mi. A veces si lo lograba y otras la vida me golpeaba recordándome que a veces no era suficiente esforzarse.

Los trabajos en equipo eran los que más odiaba, por que al final nadie me elegía para ser su compañera, mi nota no calificaba lo suficiente porque valía más que lo hiciera con un compañero que sola. Cuando los profesores elegían los grupos, a los que les tocaba conmigo pedían para hacer solo ellos, sin mí. A veces sacaba un cero porque ellos se negaban a poner mi nombre en el trabajo, por más que haya sido yo la que hizo todo. 

Toda mi vida me esforcé, me exigí tanto que las pocas horas de sueño que tenía nunca fueron suficientes, me cansaba tanto que tenía desmayos que en vez de hacer que la gente tuviera un poquito de misericordia, hacía que mi trabajo fuera el doble. Si me recetaban pastillas para descansar no las compraba porque si lo hacía terminaría por no tener para comer por una semana entera, y si estaba débil no rendía lo suficiente. 

Nunca tuve nada gratis y nadie nunca me vio derramar una sola lagrima. Así como nadie me vio llorar encerrada en el almacén de la librería, durante el descanso, por haber recibido algo tan pequeño como un caramelo de menta. 

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Reencarne en un juego de realidad virtual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora