¿Qué pasaría si al salir de comprar un juego de realidad virtual, terminas despertando siendo uno de los personajes? Y para volver todo más extraño y difícil, resultas ser la villana de la trama.
Esto le paso a Chloe Portman, quien después de comp...
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Mi cara ardía, mi estomago se sentía raro y su aliento me hacía cosquillas. Cerca, muy cerca, demasiado cerca. Hace unos minutos cuando me desperté, algo desorientada, abrí la caja de libros para colocarlos en sus lugares correspondientes y de paso ver de que se trataban. Apenas empecé a sacar unos libros apareció Noah con el carrito y dijo que me ayudaría, pero cuando me di vuelta para alcanzarle unos libros que iban en los primeros estantes, giré mal haciendo que mi tobillo me traicionara.
Eso llevó a la situación de ahora, para no dejarme caer y quedar como el culo, Noah me agarró de la cintura -porque al parecer no alcanzó a agarrar otro lugar- y me pegó a él, haciendo inevitable la cercanía de nuestros cuerpos y rostros.
Por primera vez desde que lo vi, me di cuenta de los hermosos que son sus ojos. Este chico tiene unos preciosos ojos verde esmeralda, estoy segura que este par hacía suspirar a más de una, podía sentir como si me robara el aliento, quizás estaba teniendo un ataque de asma, pero estaba segura de que Haruki no sufría de enfermedad alguna.
Creo que es mejor alejarse...
Intenté retroceder un paso, para marcar algo de distancia, pero el agarré de Noah no cedió, por lo que se me hizo difícil alejarme. Iba a protestar, pero este no dejaba de verme directamente a los ojos, como si hubiera quedado igual de embobado que yo con los de él.
-¿Qué hacen? -la fría voz de Haruka, acompañado con el sonido de la campana de la puerta, hizo que Noah reaccionara.
Ambos nos alejamos del otro. Por alguna razón me sentía nerviosa, como si me hubieran encontrado haciendo algo que no debía, pensé rápido en qué contestar, no demoré mucho en agarrar otro par de libros de la caja, ya que los que había agarrado se habían caído por ahí.
-S-Solo...ordenábamos. -contesté mostrándole los libros.
Este nos miró a ambos en silencio y sin expresión alguna, luego se acercó a mi y tomó ambos libros de mis manos. Por un breve momento nuestras manos rozaron, haciéndome dar cuenta de lo frías que eran estas.
-Ayudaré, entre más, mejor. -dijo y coloco a ambos en el primer estante.
-Seguro...-contesté extrañada y me gire a agarrar otros libros, pero me detuve al sentir dolor en mi tobillo.
¿No me jodas con que me lastime?
-¿Estás bien? -preguntó Noah que pareció percatarse de que algo no estaba bien.
-Sí, no es nada. -asentí con la cabeza dispuesta a dejarlo pasar y más tarde me fijaría.
-Siéntate. -ordenó de la nada Haruka.
Sin entender nada este deslizó la silla hasta mi e hizo que me sentara, seguido a eso se acuclilló frente a mi y procedió a quitarme mi calzado.
-¿Qué haces? -intenté apartar mi pie, pero Haruka me agarró del tobillo con fuerza y no pude evitar soltar un ligero alarido de dolor.
