¿Qué pasaría si al salir de comprar un juego de realidad virtual, terminas despertando siendo uno de los personajes? Y para volver todo más extraño y difícil, resultas ser la villana de la trama.
Esto le paso a Chloe Portman, quien después de comp...
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-¿Por qué puedes patinar tan bien si nunca antes lo habías hecho? -pregunte sin darme cuenta.
-A diferencia de ti, se me da bien hacerlo. -no esperaba que respondiera.
Haruka y yo no nos habíamos dirigido para nada la palabra desde lo sucedido en mi habitación, que al recordarlo me provocaba cierta incomodidad, ya que este se encontraba muy pegado a mi. No se podía evitar la cercanía cuando al apenas separarme de él me caía, como si de la nada mi cuerpo se pusiera más torpe y no pudiera mantenerse de pie por si solo.
-La próxima vez no te alejes de tus amigas. -ordenó casi llegando a la entrada. -Increíble como te dejan sola. -murmuró y no pude evitar sentir enojo.
-No me dejaron sola. -me separé de él sabiendo que terminaría de nuevo en el suelo.
Apenas me separé de su agarre caí de rodillas otra vez. Haruka intentó agarrarme para ponerme de pie de nuevo, pero me zafe de su agarre aun molesta por sus palabras. Estaba segura de que insinuó que mis amistades no eran buenas, como si él supiera de amistades, desde que llegue jamás lo vi con nadie que no sea Nazaré o Noah, y con el ultimo no parece llevarse bien últimamente.
-No seas terca y déjame ayudarte. -chisto algo enojado.
-No. -seguí negándome hasta que una segunda mano apareció a auxiliarme.
-Te perdí por unos minutos. -Paul me sostuvo con fuerza y sentí alivio al no tener que recibir más ayuda del pelinegro.
-¿Quien es él? -interrogó con el ceño fruncido.
-¿Quien eres tú? -preguntó Paul mirándolo con recelo.
-Yo pregunte primero. -señalo insistiendo en saber quien era el chico que me sostenía entre sus brazos.
-Y a mi me importa un bledo. -contesto dispuesto a hacerle frente a Haruka.
-Aléjate de ella. -intentó separarnos.
-Mejor aléjate tú. -me apretó con fuerza a él, ocasionando que Haruka apretara la mandíbula molesto.
Sintiendo que las cosas podrían salirse de control, me obligue a intervenir entre la pequeña discusión que empezaba a ser notada por los demás patinadores.
-Vamos, salgamos de la pista, estamos estorbando. -intervine refiriéndome solo a Paul y a mi.
Sin decir nada, ambos salimos de la pista, pero detrás de nosotros nos siguió el asiático dispuesto a continuar con la discusión. Una vez estuve sentada en la banca de cemento, pude ver como Paul era empujado de mi lado, dejándome totalmente desconcertada por lo sucedido.
