¿Qué pasaría si al salir de comprar un juego de realidad virtual, terminas despertando siendo uno de los personajes? Y para volver todo más extraño y difícil, resultas ser la villana de la trama.
Esto le paso a Chloe Portman, quien después de comp...
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—Hijo... —inició hablando suave mi madre.
Ya sabía lo que se venía. Era predecible considerando lo sucedido hace unas horas en la casa de nuestros vecinos de toda la vida.
—Yo quisiera pedirte un pequeño favor. —se acomodó en el sofá frente a mí. —Haru es como una segunda hija para mí, verla así me afecta muchísimo... —explicó.
Ya sabía yo que mi madre le tiene mucho aprecio a Haruki, después de todo solo tuvo un hijo, al ser cercana a los Ishikawa le permitía acceso a la hija de ellos, por lo cual desde que tengo uso de razón, Haruki fue consentida tanto por sus padres como por los míos.
—Lo que tu madre quiere decir es que te corresponde, por lo sucedido, cuidar a Haruki. —intervino mi padre, sentándose al lado de su esposa.
—No solo eso, tienes que estar más atento que nunca. —avivó con detenimiento mamá.
—Esta bien. Prometo que sin importar qué, no me alejaré de ella —respiraron con alivio al oír mi afirmativa. —Estoy cansado, iré a mi habitación.
Sin decir más, abandoné la sala. Al llegar a mi cuarto me tiré sobre la cama. Miré unos segundos el celular, notando que Nazaré leyó el mensaje, más no contestó.
Sinceramente no me importa.
Desde hace ya un tiempo, estar con ella se volvió monótono y repetitivo. Siempre se me quedaba mirando con ojos brillosos, esperando que yo dijera cualquier cosa para convertirlo en una cita a futuro. Llegaba a ser asfixiante su manera de exigir mi atención.
Ahora tenía una excusa para no pasar tiempo con ella. En cierta forma agradecía que Haru se encargara de ahorrarme molestias, aunque me sentía extraño respecto a ella estando lastimada.
No creo del todo la promesa que me hizo antes. No puedo creer que la chica que me seguía a todas horas de repente dejara de hacerlo, pero su actitud en las últimas semanas demostraba que sí era posible.
Como si de otra persona se tratase...
Aún tenía en la mente el recuerdo de su reaccionar al preguntarle si le gustaba Noah.
Noah. Últimamente el solo oír su nombre era suficiente para causarme cierta molestia. ¿Qué tiene de especial ese chico? Era igual que todos los otros, no destacaba en nada, pero sin importar qué parecía ser más cercano a Haru.
