©ERICK LARDÉ, AVENTURA EN EL VALLE DE LOS INCAS

TÚPAC, UN AMIGO INESPERADO

La gran biblioteca pública de Lima abrió sus puertas exactamente a las ocho de la mañana. Como era habitual, el bibliotecario se aseguró que todo estuviera en orden a la espera de los visitantes que no tardarían mucho en llegar, uno de ellos era Erick, quien al entrar dejó su mochila de turista sobre una de las mesas y comenzó a buscar en la interminable hilera de estantes de madera.

Al bibliotecario le llamó la atención no sólo la apariencia de Erick, que a todas luces parecía ser un foráneo, sino el apasionamiento y desesperación con que buscaba lo que sea que hubiera llegado a buscar.

—¿Le puedo ayudar en algo? —preguntó el hombre quien a pesar de no tener una sola cana, las arrugas en su rostro reflejaban que tenía más de sesenta años

—Busco documentos históricos, todo lo relacionado al imperio inca

—Creo que hay algo con lo que puede comenzar dijo el bibliotecario dirigiéndose a uno de los estantes

Erick se sentó y esperó impaciente como si estuvieran a punto de servirle un banquete.

—Si supiera exactamente qué es lo que busca podría hacer una búsqueda más específica, señor...

—Lardé, Erick Lardé

—Bien, señor Lardé, dígame exactamente qué le interesaría leer

—Quiero información sobre los caciques más representativos y que marcaron la historia

—El término "cacique" fue empleado por los conquistadores para designar a las autoridades indígenas

—¿Cuáles son los nombres de esos caciques?

Al bibliotecario le resultó curioso que un turista extranjero mostrara tanto interés por el tema. La mayoría tenía cierto tipo de normal interés, pero éste parecía tener un interés exagerado.

—A lo largo de su historia, que fueron casi dos siglos, el imperio fue gobernado por catorce incas entre los que se pueden mencionar: Manco Cápac, quien dio inicio a ésta dinastía; Mayta Cápac, llamado el melancólico; Cápac Yupanqui, llamado el supremo contador...

—¿Alguno de ellos utilizaba una capa de largo plumaje blanco? —interrumpió Erick

—¿Plumaje blanco?

—Anoche tuve un sueño muy extraño

—Qué tipo de sueño? —preguntó el bibliotecario intrigado

—No es nada relevante. Sólo quiero información porque estoy escribiendo una novela sobre la civilización inca

—Eso es muy interesante, señor Lardé. Si usted me tiene un poco más de paciencia le mostraré algunos libros que le servirán de apoyo para recopilar información

—Se lo agradezco, hay datos que no encuentro en internet.

—Su idioma español es bastante bueno, a pesar de ser usted francés

—"¿A pesar de?"

—Disculpe, no fue mi intención...

No se preocupe, ya estoy acostumbrado a ese tipo de comentarios. Mi acento siempre pone en evidencia mi nacionalidad. Casi siempre preguntan: "¿Qué hace un francés en Lima?". Apenas llegué ayer y no conozco a nadie, me siento muy...

—¿Desubicado?

—Perdido —respondió inclinando la cabeza

—¿Viaja solo?

—Sí. Estoy hospedado en el hotel San Agustín Riviera

—Le saldrá muy costosa su estadía en ese hotel

—Quizá después busque alojamiento en un lugar más barato

—Podría hospedarse en mi casa si gusta. No es tan lujosa como el hotel San Agustín Riviera pero encontrará ahí la placidez y tranquilidad necesarias para escribir, al menos mientras se estabiliza y busca otro lugar para vivir

—No me gustaría causar molestias

—No será ninguna molestia y tampoco la primera vez que mi esposa y yo hospedamos a alguien por algún tiempo

—Es muy amable, señor...

—Túpac, Túpac Rojas – sonrió estrechándole la mano

—Acepto su invitación, Túpac, pero tengo el resto de mi equipaje en el hotel

—Cierro la biblioteca a las ocho de la noche, así que sería bueno que estuviera aquí con su equipaje antes de esa hora para que nos vayamos juntos

—Es usted muy amable, Túpac. Me marcho ya, tengo algunos sitios que recorrer

—Le estaré esperando, joven francés

Cuando Erick se marchó, el bibliotecario tuvo la extraña sensación de que ya lo había conocido antes, en algún lado, pero no recordaba dónde, probablemente siglos años atrás, en una vida anterior. Sacudió su cabeza negativamente al pensar en esa posibilidad y regresó los libros nuevamente a los estantes.