Una familia descabellada.

Capitulo 7: Resentimientos...

༼ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 7  ༽

Jean nunca quiso verlo, y eso trajo consecuencias en que estaria en un círculo tan destructivo como su relación. Para ella era humillante que Scott, el Omega que le prometió cuidarla desde un principio en que la conoció, le hubiese levantando la mano en medio de una discusión. El sentimiento de impotencia y miedo que experimentó en ese momento se enterró en su pequeño y agonizante corazón.

Si ella no hubiera desafiado a su Omega esto no le hubiera pasado, si ella hubiera usado lo que le había pedido...

Si ella...

Y así es como comienza el círculo destructivo en una pareja, dónde la víctima, Jean comienza a justificar cada acción de Scott, en este caso, ya el victimario, como si la pelirroja fuera la responsable de todas las agresiones e inseguridad de alguien tan patético como ese hombre.

Mientras su mano se desliza sobre su piel con una base del mismo tono de color tratando de ocultar esa marca, pero ya estaba hecho, su mente trató de excusarse en todas los recuerdos que vivió al lado del Omega:

Desde el día en que se conocieron en la mansión; el día en que se acercaron y dedicaban sonrisas tímidas, su primera cita, su propuesta de noviazgo, el día en que hizo suyo a ese Omega, la propuesta de matrimonio en una misión en Venecia, su boda, su luna de miel, meses en que se dedicaron a cuidarse, la paciencia que tuvo Scott a la alfa con sus poderes descontrolados fueron razones para enamorarla.

Las cosas se habían oscurecido con el paso de tiempo, y solo había durado tres años, pero se convirtió en un martirio de discusiones y comenzaron a distanciarse más debido a sus celos anormales. Todo empeoró cuando los adolescentes se fijaron en ella y comenzaron a coquetear, las discusiones se hicieron más intensas, comenzando como lanzarse cosas o darse empujones.

En muchas ocasiones, Emma, Logan, Ororo y Raven, pero sobre todo Pietro, que en parte, ayudó a mejorar la relación de ambos, habían interferido numerosas veces en sus discusiones porque temían que el fénix se desatara. El cuarteto reportaron esto con Charles pero de nuevo, obtenían negligencia y falsas promesas que arreglaría esto.

No importaba cuanto discutía, él volvería siempre con un ramo de rosas, lo volverá a repetir y lo sabe. Ya era suficiente de está relación, por más que amara a Scott, tenía que dejarlo porque uno de los dos terminaría por muerto.

— Jean, por favor, sé que actúe mal pero, perdóname por favor... — pudo adivinar a qué venía esto, la manipulación emocional, era uno de sus trucos para que pudiera obtener lo que quiera. Bajó la mirada hacia el fregadero. ¿Por qué el amor hacia él continuaba adueñándose de su piedad? — Sin ti, soy capaz de morirme ¿Quieres perdonarme? —, aún así la menor no quería salir de ahí. Quería saber hasta dónde llegaba Scott con sus manipulaciones que tanto la habían atrapado en esta relación. Con su telepatía, podría oír su frustración detrás de la puerta.  — ¡JEAN! Te ordeno que salgas de ahí mismo — el golpe en la puerta del baño la asustó, pero prefería que siga de está manera. Sentía como el fénix en su interior le sususrraba que encendiera su ira, cerró los ojos para encontrar la cama en su interior, repitiendo respiraciones hasta tres para no perder la calma. Si hubiera algo que la ayudase a juntar pruebas concretas para alejarlo y mostrárselo a Charles, no solo lo expulsaria del colegio, sino lo dormiría para siempre si se presenta un peligro.
Miró su teléfono por unos breves segundos, lo tomó y puso para grabar.

Logan, que recorria los pasillos de las habitaciones de los maestros y tutores para ir al campo de entrenamientos ya que le tocaba defensa personal con sus alumnos. Escuchó los alaridos histéricos en los aposentos del matrimonio Summer. Logan se acercó alertado para centrar su sentido del pido en la puerta, escuchaba a Scott ladrar con palabras feroces, eso le enfado, le había alertado a Charles sobre los gestos violento de su compañero, este le prometió que lo haría pero jamás lo hizo porque lo conocía. Sin esperar más de un segundo, frunció sus garras  y con ellos rompió la cerradura de la puerta. Logan no iba a tolerar maltratos hacia a una mujer sin importar cuál era su casta. Tomó del cuello de la chaqueta a su amigo para sacarlo a rastras de la habitación, ignorando sus quejas.