Vergüenza

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14 de Julio del 2018

Otra vez ese maldito sueño, siento el sudor bajar por mi frente, el calor instalarse en mis mejillas tornándolas de un color carmesí, mis manos están levemente temblando y una sensación se instala en mi parte íntima provocando que mis piernas se aprieten entre sí; la leve presión me hace gemir. Sacudo mi cabeza para dejar de pensar en el maldito morocho de ojos levemente verdes que se me aparece cada noche desde que cumplí 18 años en mis sueños, eso pasa aproximadamente hace una semana, en estos momentos agradezco vivir sola, pero ¿Quién no quedaría así? Después de revivir el sueño donde me follaba un desconocido, que estaba muy bueno por cierto.

La alarma de mi celular me saca del trance en el que estaba y resoplo, odio tener que ir un día lunes a la universidad, para mí la semana tendría que empezar recién el día martes pero como eso no se puede me levanto con mucha lentitud.

Me alegra haberme mudado ya era hora de que saliera de la vida de mis padres, aunque ellos no lo admitan sé que mi presencia en casa les quitaba privacidad.

Camino a paso lento hasta llegar al pequeño baño del departamento que alquile hace unos días, me desvisto y me introduzco en la bañera; abro el grifo y chillo al sentir el agua helada deslizándose por mi piel. Casi me caigo tras correrme rápidamente para que el agua no tuviera más contacto con mi cuerpo, me giro para agarrar una toalla para enrollarla en mi cuerpo pero no la encuentro.

¡Genial! Eres demasiado tonta Ariel— me reprendo.

Qué más da. Me resigno y camino hasta llegar al pequeño teléfono que cuelga de la pared. Marco el número del encargado del edificio.

Holase escucha que me responden.

Hola señor Sander soy Ariel al parecer el calentador se estropeó, no sé qué le haya pasado pero no cuento con agua caliente en mi departamento— le informo al conserje del lugar.

Oh… Si, lo lamento señorita el chico que lo iba a arreglar se retrasó pero creo que dentro de 1 hora podrá tener agua de nuevo— responde con pesar.

Está bien, gracias señor— Suspiro resignada.

—Lo lamento señorita— responde y corta el llamado.

Cuando me giro al mirar hacia la ventana me topo con unos ojos marrones mirándome fijo desde el departamento que está a escasos metros del mío. Me quedo quieta en mí lugar  y sin habla, el chico tendrá alrededor de unos 25 años, ojos marrones y con pequeños mechones rubios cayendo por su frente, su sonrisa crece cuando ve que mi mirada desciende por su pecho y por ese abdomen « ¡Por el amor a la nutella!» seguí escaneando su cuerpo hasta llegar a la sexi "V" que se encontraba rodeada por una toalla, en su mano derecha tenía una manzana verde la cual acerco a su boca y le dio un mordisco.

Bonita vista habla después de tragar e imita mi acción

Reacciono y miro mi cuerpo; para después volver la mirada hasta él, nunca había sentido tanta vergüenza como en este momento, sonrió y corro hasta estar dentro de mi habitación, todo parecía tan irreal. Pero ¡ese desconocido me había visto desnuda! ¿Ahora cómo iba a hacer para siquiera volver al comedor?

— ¡Mierda!— farfullo enojada

Voy a tapar la ventana, si eso haré, pero lo que más me gustaba de mi departamento era la vista ¿Qué iba a saber yo, que ese chico estaba ahí? ¿Me habrá mirado el trasero? Lo más probable es que sí.

— ¡Demonios!— vuelvo a decir exasperada.

Estaba más roja que un tomate eso era seguro, solo a mí me podían pasar estas cosas ¿¡Pero que rayos iba a saber yo que él estaba ahí parado!?

Mi estado de histeria terminó cuando mi teléfono comenzó a emitir el horrendo sonido de una llamada entrante; lo tomé en mis manos y desvié la llamada, no estaba siendo buena amiga pero Débora no podía  saber esto, no ahora, o se burlaría de mí por el resto de mi vida.

Al final decidí muy a mi pesar no ir a la universidad y volver a dormir «¡Ja!, ¿A quién quería engañar? Amaba quedarme acurrucada con mi bella novia la almohada y mi querido amante el colchón»

Rin… rin… rin…                      

¿Quién me odiaba tanto para molestarme justo cuando comenzaba a quedarme dormida? Como eso me ponía de mal humor, decidida camine cual Godzilla en película, para matar a la persona que se encontraba detrás de esa rectangular madera llamada puerta.

Si notan algún error de ortografía agradecería si me lo hacen saber, no comenten si tienen ganas de hacerme sentir mal (críticas constructivas si acepto y con mucho agrado)
Esta es la primera historia que publicó por lo tanto pueden haber errores de redacción y otras cosas más.
Gracias por leer!
Voten y comenten ;)

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