Recibimiento

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Una frondosa cabellera castaño oscuro se movía impaciente del otro lado de la puerta, repaso la vestimenta que traigo puesta y la verdad que no estaba tan desastrosa como pensé, la remera me llegaba hasta los muslos y bueno mis pies como siempre descalzos, acomode un poco la maraña de mechones rojos que se escapaban de mi cola mal hecha y abro la puerta.

No alcanzo a pronunciar palabra cuando Katy ya estampó sus labios contra los míos haciendo que con la brusquedad caiga al suelo con ella encima. La aparto un poco por la falta de aire que me provocó y ella ríe antes de acostarse a mi lado en el frio suelo de la sala.

—Me encantan tus recibimientoshabla después de haber estado un rato en silencio.

Se gira y su pecho izquierdo rosa mi brazo, ella sabe muy bien lo que su cuerpo me provoca, me giro y con mi mano acaricio su mejilla para después acercar mis labios y comenzar con un beso suave, mi lengua roza su labio inferior invitándola silenciosamente a que me dé acceso a su boca, ella me concede la petición y ayuda a que me coloque encima de su cuerpo con mis piernas a cada lado de su cintura. Mi temperatura aumenta, sus manos levantan mi remera y con mi ayuda termino de quitarla quedando solo en bragas.

Su mirada se oscurece, con mis manos bajo el pequeño cierre de su remera dejando al descubierto un sostén color azul que resalta sus pechos, hago movimientos circulares con mi cadera provocando que la fricción que se genera con su pantalón haga que moje mi ropa interior, cambiamos de posición y cuando mi culo tiene contacto con el frio piso del lugar suelto un jadeo.

Ahora ella se encuentra arriba con mis piernas rodeando su cintura, su dedos acarician desde mis muslos hasta llegar a mis pechos, sonríe cuando la atraigo más con mis piernas buscando el pequeño pero enloquecedor roce que me haga llegar al climax.

Su mano toma mi cabello y lo hace puño, su boca chocando con la mía y su lengua buscando dominar la situación lame y chupa mis labios. Muerde mi cuello haciéndome arquear mi espalda y deja un camino de besos humedos hasta mi pecho derecho, con su mano pellizca y tira de mi pezón, se deleita viendo mi estado.

Katy—gimo pidiendo más

—¿Qué quieres Ariel?— responde con la respiración errática y con una sonrisa adornando su cara  

—Katy estoy muy mojada, quiero acabar, quiero que tú me ayudes a acabar— Respondo con súplica

Se separa de mi cuerpo provocando que el frio se extienda por todo mi ser, se desviste con suma lentitud deleitándome con la vista y provocando que muerda mi labio.

Su piel blanquecina hace un contraste único con su cabello castaño que cae con ondas por su espalda, hace delirar a más de uno, se arrodilla con sus bellos y abultados senos, con sus pezones rozando mis piernas, saca mi ropa interior con prisa y su cabeza se posiciona en mi entrada, con sus manos abre más mis piernas y su lengua lame mi clítoris para luego alejarse y soplar haciendo que mi temperatura corporal suba y baje a su antojo, vuelve al ataque a los segundos

Ariel quiero que te toques— demanda

Haciendo caso a su demanda con mis manos comienzo a masajear mis pechos acompañando los movimientos de Katy, cuando estoy por llegar al liberador orgasmo, para sus movimientos, frustrada por esa acción resoplo y ella ríe ante mi infantil acción, cuando creo que voy a poder hablar con sus dedos tira de mi clítoris provocando que un gemido se escape de mis labios ante su arrebato.

Con dos de mis dedos separó sus labios vaginales notando lo mojada que se encuentra, deslizo uno de mis dedos en su interior provocando que su cabeza se incline hacia atrás, el calor abrazador de su interior envuelve mis dedos. Con movimientos circulares y pequeños toques en su clítoris la hago gemir de placer, ella quita mis dedos de su interior.

—Ariel separa tus labios— dice con la voz cargada de deseo

No respondo y hago lo que ella me dice, Katy imita mi acción y siento la fricción de nuestros sexos en volvernos en la nube del gozo máximo y llevarnos hasta el liberador orgasmo, nos besamos y quedamos rendidas en el suelo de mi cocina.

Se preguntarán ¿Desde cuando eres bisexual? La respuesta es desde siempre, pero recién cuando conocí a Katy me animé a salir con una chica pues ella era tan malditamente segura de si misma y endemoniadamente sexi, fue imposible resistirse a eso. Ella fue la primera en decir que yo le gustaba y aquí estamos la castaña y yo tomando un café luego de una relajante ducha.

—Volviste a soñar con el morocho sexi— pregunta con una sonrisa estampada en su bella cara

—Ni siquiera lo menciones parece que el condenado no quiere dejarme en paz— respondo y una leve risa se me escapa

—Yo tampoco lo haría si fuera él— responde mordiendo su labio

La relación con Katy siempre fue igual, es más que solo mi compañera de cama, ella es mi amiga por sobre todo, además siempre me pidió una relación libre porque ya le habían roto el corazón y no quería pasar por lo mismo de nuevo.

Después de terminar con el café nos cambiamos y Katy me acompañó hasta la puerta de mi trabajo ya que le quedaba cerca de la universidad en la que esta estudiando arte y me avisó que el fin de semana próximo había una fiesta a la que quería que la acompañara, acepté su invitación y se fue cantando a todo pulmón un tema de Memphis y la blusela, la flor más bella creo que se llamaba.

Mi noche fue agotadora, en el restaurante en el que trabajo como chef no pararon de entrar clientes, eso no me disgustaba pero si me dejaba exhausta. Al final de la noche sólo quería llegar lo más rápido a mi casa y tirarme a dormir lo que quedaba de invierno.


Es la primera vez que escribo algo así, si esta algo mal me lo hacen saber por favor
Gracias por leer. 😘✌️🏼
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Sueños Calientes |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora