•» 𝑇𝒉𝑒 𝑙𝑎𝑚𝑏 𝑎𝑛𝑑 𝑡𝒉𝑒 𝒉𝑢𝑛𝑡𝑒𝑟 «• ⁿᵃᵗˢᵘᵏᵃˢᵃ ʷᵉᵉᵏ

네 - 𝓞𝓾̀ 𝓮́𝓽𝓪𝓲𝓼-𝓽𝓾?

¿Cuántos años habrán pasado ya?
Hm... Es realmente difícil de entender que ya sean once años desde la última vez que se vieron ambos individuos.

El señor Natsuhiko seguía siendo un cazador, aunque a veces trabajaba como cuidador. En cambio, del cordero no se sabía nada de él, o bueno, se suponía que no se sabía nada de él: ya que en uno de esos días acompañó a una de las niñas que cuidaba a ver una obra.

Está tal obra era una magnífica pieza de arte, relataba el sentimiento de dolor y soledad a la perfección; tenía un escenario colorido en cuestión de colores pastel, pero una historia totalmente diferente a la escenografía.

Incluso hablaba de la homosexualidad en un sentido abstracto y figurado; para cualquier heterosexual sería como cuando el hombre cae totalmente ante los pies de la mujer, y se ofrecen completamente en él acto. ¿Cómo es que esa niña veía ese tipo de cosas?.

Dejando de lado eso, al terminar la función la mayoría de los presentes iban a detrás del telón, no sabía exactamente para qué; aunque si la pequeña Mei quería ir ahí lo haría; no por nada se había convertido en cuidador.

Al dirigirse detrás del telón estaban en una larga fila que no se le veía el quién o el por qué habían tantas personas, solamente las veía amontonadas y aveces hasta empujandose. Después de una larga hora llegaron al principio de la multitud.

Si no fuera por la castaña se hubiera infartado en el proceso.

¿Cómo era que estaba ahí?

Es decir, su sueño de había hecho realidad, era una persona exitosa, y no sólo por sus padres adoptivos o el hecho de ser un híbrido, si no por su talento. Dirigió su mirada al azabache quién se encontraba firmando el libro de la pequeña.

—Espero que haya sido de su agrado la presentación — Dijo para llamar su atención el azabache.

—Si, fue muy encantadora y los escenarios parecían sacados de otro mundo por sus extravagantes colores — Le respondió el mayor, dejando un poco confundida a la castaña, —Incluso la ambientación de la música de violín fue la mejor.

—Me alegra escuchar eso. Espero que nos volvamos a ver — Le respondió el azabache mientras se levantaba de su lugar, —Creo que nos veremos muy pronto — Le respondió el ovino, quién ahora se veía tan majestuoso con sus cuernos un poco más grandes que antes, un extraño toque de elegancia en él y su hipnótico mirar. Algo que lo hacía ver demasiado sensual aunque su estatura no dijera lo mismo, después de todo seguía siendo más pequeño que el señor Natsuhiko.

Antes de que se fuera, le tomó de la mano, aparentemente sin ninguna intención y se despidieron, dejando al pelirrojo algo confundido.