#Natsukasaweek
Un Week de la parejita que más me gusta, oziozi.
La idea le pertenece a @_Kou_006
•La hisyoria es completamente mía, aunque me basé un poco en caperucita roja.
•Los personajes le pertenecen a Aidairo.
•No busco lucrar con este mini pr...
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Tal vez era muy precipitado decir que el pequeño cordero tenía un Amante.
Es decir, nunca desconfiaría de él hasta tal punto de llegar a esa extremada conclusión. Desde hace ya unos días llevaba evitandolo al no querer salir de su estudio. Eso le hacía creer que alguien más joven que él lo había cambiado.
Un sentimiento de desesperación se hacía presente en él siempre que recordaba la tan extraña promesa del más bajo de estatura. Obviamente la cumpliría, pues no le agradaría lastimar al más pequeño.
Pronto visualizó al azabache salir de su estudio y se dirigió a la puerta para irse. Sabía que algo estaba mal.
Tenía que averiguar qué le sucedía.
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—Si usted sigue forzando su vista, en un mes o incluso en semanas podría perder su capacidad de mirar su alrededor — Le dijo un señor de mayor edad con piel canela al igual que si cabellera.
—¿No hay más lentes para ésto? — Preguntó el cordero desanimado dejando sus lentes de lado.
—No, y aunque hubiera más aumento, lo único que lograría es que conforme al paso del tiempo los lentes ya no funcionen.
—Lo entiendo... Bueno, michas gracias señor Shinigami — Le dijo un poco desanimado y se volvió a poner sus lentes los cuales siempre se quitaba cuando estaba con el pelirrojo.
Salió del lugar y se incorporó dentro de la carroza que lo esperaba afuera.
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Al llegar a su hogar se bajó de la carroza con ayuda del conductor, pues su visión sin los lentes era borrosa aunque todavía se distinguía.
Cuando entró en el lugar se encontró con el pelirrojo. Quien estaba parado frente a la puerta.
—¿Quién era él? — Preguntó él pelirrojo con un aura tensa en el lugar.
—El conductor — Dijo un poco conmocionado ante esa extraña actitud.
—¿Entonces por qué estaban tan juntos? ¿Por qué tardaste tanto? — Le dijo molesto, mientras le miraba un poco furioso, o eso veía con dificultad el mas bajo de estatura.
—N- No es eso... Es que fuí a hablar con alguien — Le mintió desviando su mirada.
—¿Con quién? — Le preguntó tratando de calmarse y próximamente fue empujado contra la pared el pequeño cordero.
—C- Con... — No quería que se enterará de su situación, aunque al sentir su mirada sobre él le hacía sentirse nervioso, —Con un oculista.
El pelirrojo se calmó y simplemente le tomó de la mejilla mirándolo preocupado.
—¿Qué sucede? — Le preguntó de nuevo pero en un tono preocupado, tratando de mirar más adetalle su rostro enrojecido.
—Si te digo, ¿Estás seguro de que no me dejarás? — Le dijo algo roto, pues sabía que de algún modo lo tomaría a mal.
—Más que seguro, te lo prometí, ¿Recuerdas? — Le sonrió para darle un poco de confianza y lo cargó entre sus brazos para que no tratara de huir.
—Tal vez en unas semanas o en un mes, yo ya no pueda ver tu rostro, o percibir mi alrededor — Le dijo ocultando su rostro entre sus manos en un tono bajo. Esto sólo le hacía sentirse confundidos el contrario.
—¿Qué quieres decir? — Le preguntó, pero su pregunta sólo le hizo que el contrario soltara pequeñas lágrimas. Aquellos ojos color atardecer se estaban volviendo más opacos de poco a poco. —Dime que no es lo que estoy pensando...
—No estás tan mal si piensas que voy a perder la vista — Desvío su mirada mientras limpiaba sus lágrimas. —Está bien si no quieres estar a lado de un ciego.
—No digas eso, incluso aunque no puedas verme seguiré a tu lado — Le dijo calmado mientras tomaba su rostro para así besar sus párpados llorosos.
—Pero, no voy a poder verte, o incluso seré una molestia cuando quiera ir a un lado y tenga que pedir ayuda para no caerme.
—Entonces yo seré tus ojos, no te preocupes — Cuando el contrario le miró, le sonrió cálidamente y besó su labios antes de que dijera algo más.
Tal vez al principio sea difícil, pero haría todo lo posible para cuidar a su pequeño. No permitiría que dejara de hacer las cosas que le gustan por no poder ver el exterior.
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