Cuarenta y tres

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Wyatt lo acompañó a registrar sus clases para ese semestre llegado el lunes, a la sala de computación. Estaba incómodo en el uniforme nuevo, comprado una talla más grande que la suya para no tener que volver a cambiarlo cuando, inevitablemente, volviera a crecer durante el año. La escuela olía a leche y a lápices viejos, aroma que comúnmente podía ignorar hasta no percibirlo, pero que luego de mes y medio de no ver el lugar estaba empezando a repugnarlo.

—¿Vas a meterte a teatro de nuevo este semestre? —preguntó Wyatt mientras lo miraba tratando de hacer sus créditos calzar. Friday se encogió de hombros.

—No veo por qué no.

—Allison quería saber. ¡Y oye! Vamos a estar en sociología juntos.

—Creo que debería tomar menos clases al azar este semestre, para compensar. Ya sabes, pensando en mi puntaje y todo eso...

Wyatt puso ambos codos en el escritorio.

—¿Qué quieres estudiar en la universidad? Digo, ¿quieres ir a la universidad, al menos?

Friday no tenía ni la más remota idea y su ignorancia sobre su futuro solo lo dejaba pensando que quizás era afortunado el que tuviera que estar un año extra bajo el alero de la escuela y de su familia. Tal vez era más que era muy irrisorio pensar sobre su futuro estando bajo la amenaza permanente de que lo asesinaran o de que el mundo acabara por su incompetencia para evitarlo. Ni en su cumpleaños podían dejarlo en paz.

Tomó una clase de dibujo avanzada como última opción y salió del salón al pasillo junto a Wyatt, que estaba comentándole las obras que Melanie quería escoger para el itinerario. Tenían el resto del día libre, pero varios estaban aún dando vueltas alrededor del colegio, poniéndose al día con sus amistades. Vio a Ethan hablándole animadamente a Herschel fuera de un salón y este último al verlo le dedicó un gesto de saludo. Friday lo devolvió.

Al pillársela en un pasillo, June le dio el abrazo más frío de toda su vida y una sonrisa tensa.

—Te llamé todo el sábado para desearte feliz cumpleaños y nunca me contestaste, así que ahora te lo digo: feliz cumpleaños.

—Estuve ocupado —dijo, desviando la mirada. No tenía nada de lo que avergonzarse y aun así era incapaz de sostenerle la mirada. June bufó.

—Eso creí.

Ninguna de las amigas de June lo miraron con esas risas en los ojos de antaño y Friday tuvo problemas para controlar su irritación. ¿Cuál era la diferencia ahora? ¿Que tenía amigos? ¿Qué Cole lo había dejado en paz? Era tonto que ahora que al parecer no había inconvenientes con que le hablara a June, tenían muy poco de qué hablar. Se cuestionó por qué diantres no había caminado en dirección a Ethan y Herschel cuando los había visto o había acompañado a Wyatt a hablar con Melanie.

—¿Estás bien? —dijo, en cambio, ignorando a las muchachas detrás de ella. June le sonrió un poco.

—Sí, no ha pasado mucho. Viajé durante las vacaciones.

—¿A dónde?

—Nevada.

—Cool.

—¿Tú qué hiciste?

Limpié el piso con mi lengua bajo las órdenes de un enfermo porque tenía miedo de que si no lo hacía haría que Hersch hiciera cosas humillantes, pensó. Aún tengo las cicatrices en la lengua, agregó, y también entablé una conversación vagamente amenazante con una mujer que me da un miedo tremendo. Podía ser que su problema para relacionarse con June no estuviera en un nivel que tuviera que ver de lleno con su amistad y su muerte predestinada, sino más bien con que era muy difícil empatizar con la gente de su edad en general si ellos estaban preocupados de hacer la tarea y él estaba preocupado de que no le lavaran el cerebro.

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