Capítulo 3: Amnesia

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– Capitán... – Lo llamó con la voz quebrada, no lograba ver nada, y a medida que pasaban los segundos, se forzaba más a abrir los ojos, hasta lograr percibir una leve luz proveniente de una vela, situada sobre una mesa junto a su cama que apenas lograba iluminar una parte de la habitación. – Capitán... Capitán... – Siguió llamando, hasta que alguien pareció acercarse a la cama donde ella estaba.

Repentinamente, unas imágenes de unos árboles siendo salpicados de sangre invadieron su mente, causando que despertara de golpe. Estaba soñando, comenzó muy agradable, pero parecía que se estaba convirtiendo en una pesadilla, aunque podría jurar que era más un recuerdo que un sueño...

Al abrir sus ojos, observó un amanecer dentro de un bosque de árboles enormes. Los pájaros cantaban, y el viento movía las miles de hojas en cada rama de los enormes y frondosos árboles y arbustos. Era muy agradable, a pesar de estar recostada en el suelo, rodeada de arbustos, lograba percibir un fresco viento recorriendo su piel. Petra sonrió ante tal bonito lugar, y trató ponerse de pie, pero al intentarlo un dolor intenso se hizo presente en su cuerpo y su cabeza, estaba herida, aunque no letalmente, pero necesitaba reposo y el suelo en mitad del bosque, no es precisamente un lugar donde puedas descansar.

– ¡¿Hola?! ¿¡Alguien!? ¡Necesito ayuda! – Comenzó a gritar un poco desesperada, mientras se intentaba poner de pie, su abdomen le dolía más que nada, pero no lograba recordar ¿cómo terminó allí? ¿por qué le duele todo el cuerpo? – ¡¡¿Hola?!!

Caminó unos cuantos metros, y una expresión aterrada se hizo presente en su cara, al observar unos árboles manchados de sangre en sus troncos... ¿qué demonios pasó allí? Tenía una cosa clara, sea lo que sea que haya pasado, ella estuvo involucrada en esto, y de alguna forma salió con vida. No pudo caminar más, y se sentó junto a un tronco, recargándose en él, entonces comenzó a analizar su ropa, talvez lograría encontrar una pista que le haga recordar algo.

Fue entonces cuando vio unas extrañas cajas metálicas en su cadera, conectadas a unas espadas ¿qué demonios era este artefacto? Todo es tan confuso para ella... para su suerte, pudo encontrar algo que sí entendió, un letras escritas en su uniforme. Al parecer no olvidó leer, y lo pudo entender perfectamente; "Petra Ral" era el nombre grabado en la tela verde.

– Petra... Ral... ¿Será ese mi nombre? – Preguntó susurrando, para después observar de nuevo los altos troncos que tenían manchas de sangre, sintiendo gran curiosidad por ello. – ¿Qué demonios pasó aquí?...

Nada tenía sentido. Si los árboles estaban manchados de sangre ¿dónde están los cuerpos? ¿contra qué estaban combatiendo? ¿por qué la sangre está tan arriba en los árboles, a 7-10 metros sobre el suelo? En fin, ella no podría encontrar respuestas por sí sola, ya que ni su nombre supo al despertar, se determinó en seguir caminando por el bosque con la esperanza de encontrar a alguien que le pudiera ayudar. Pero, al caminar unos cuantos metros, comenzó a sentir como la tierra temblaba ¿era un sismo? no, algo se acercaba.

Con algo de temor, Petra se escondió tras de un árbol, y observó en dirección hacia donde ella sentía que venía ese temblor, que más pronto que tarde supo que eran pisadas... pisadas de ¡¿un gigante?! ¡¿qué demonios es eso?! A pesar de no recordar nada, sabía y sentía de sobra que aquello no era normal. La estatura de aquel titán coincidía con la altura a la que se encontraban las manchas de sangre sobre los árboles... ¿habrá sido esa creatura? Explicaría porque no están los cuerpos, tal vez los devoró... pero entonces ¿cómo se salvó ella misma? Este titán tenía el cabello rubio y ondulado, juraría que ha visto ese rostro antes... pero ¿dónde? Si tan solo no tuviera esa maldita amnesia, habría reconocido que se trataba de su amigo Auruo.

No quería seguir pensando en ello, y se dio media vuelta con la intención de alejarse silenciosamente, pero al girarse, un titán estaba frente a ella, agachado para poder observarla bien. El pánico ante la mirada siniestra del titán dejó a Petra aterrada e incapaz de moverse, un "humano" de 15 metros con una cara tétrica, observándola casi salivando, como si estuviera hambriento por ella. El aspecto de este titán también le resultó familiar, pero no se iba a detener a pensar en eso, intentó correr desesperada, pero él la tomó con su enorme mano de las piernas y apretó el puño, quebrándole las piernas a Petra en el proceso.

Petra No Murió [Levi x Petra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora