1. Casados

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pov escritor

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-Por favor escriba su nombre aquí y firme en las tres X que he marcado para usted-

El alfa tomo el pesado bolígrafo de mármol negro y detalles de oro para firmar donde indicado.

Se estaba casando.

Si de joven le hubieran dicho a Otabek que su boda sería en la oficina de un abogado con su prometido a tres sillas de distancia, no se lo hubiera creído.

-Gracias. Ahora señorito Plisetsky su nombre aquí y en las tres X marcadas-

El rubio tomó el bolígrafo pero no anotó su nombre enseguida, lo puso en la palma de su mano y empezó a moverla un poco.
La volvió a poner entre sus dedos para hacer lo que él abogado le había indicado.

-Ya-

Le dio los papeles a el beta y este les dio una última checada para después ponerles un clip y guardarlos en su maletín.

-Felicidades-

Dijo y dio un pequeño asentimiento de cabeza para salir de ahí dejándolos solos.

Quien diría que tendría un momento tan incómodo con su marido.
Pero es que realmente no lo conocía, le habían mostrado fotografías y ya, realmente no tenía forma de saber con que empezar la platica.

Y a Yuri no podía importarle menos si su esposo estaba cómodo con el ambiente o no, el estaba enojado, por haber sido el hijo que tendrían que casar, por tener que salir de su país natal, por tener que dejar todo para irse con gente que ni conocía ni le importaban.

El alfa checo el reloj que tenía en la muñeca y le volteó a ver.

-Es temprano y yo no desayune,¿Quieres pasar a almorzar?-

El ruso no dijo nada solo se levantó de la silla esperando a que el moreno hiciera lo mismo.

-¿Te vas a quedar ahí quieto o que?-

El azabache se levantó y caminó frente a Yuri, desde ahí supo que eso iba a estar mal.

Yuri no caminaba a su lado, caminaba detrás suyo, probablemente así se lo habían enseñado, era una forma de no faltarle el respeto a un alfa.

pero no era necesario que lo hiciera.

-¿A donde quieres ir a almorzar?-
-Quien conoce aquí eres tú no yo-

Dijo a la defensiva.

-Okey...-

Salieron de el edificio de oficinas hasta el auto negro de el alfa.

-Pensé que tendrías un chofer-
-A veces lo tengo-
-¿Porque hoy no?-

El kazajo se quedó callado.

-Por que es el día de mi boda-

Dijo para abrirle la puerta de el copiloto a el ruso y este entró, completamente extrañado de que le abrieran la puerta de esa forma, pero no dijo nada.

El alfa entró a la parte del piloto y arrancó el auto.

-¿Algo en especial que te gustaría comer?-
-No me gustan las cosas frías-
-Okey-

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-¿Qué es esto?-
-Caldo de cordero-
-¿Eh? Se ve asqueroso-
-Puedes pedir cualquier cosa que se te apetezca, solo lo pedí porque es un platillo típico, pero enserio puedes pedir cualquier cosa que se te antoje-

saber si te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora