Capítulo 17.

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Se aproxima el gran baile... Y yo todavía sin confesar.

—¡¡¡Idiota, idiota, idiota!!! —Ray repetía y repetía la misma palabra una y otra vez—. Una cosa tenías que hacer, ¡Una cosa!

¿Ray Field esta muy enojado? Sí.

¿Culpa de Norman Ratri? Exacto.

¿Por no seguir el plan? Obvio.

¿Tiene ganas de quemar algo? Es probable.

¿Nat se esta riendo de como Ray persigue a Norman para golpearlo? Afirmativo.

¿Hotel? Trivago.

—¡¡¡Alejate, emo trucho!!!

—¡¡¡Ven acá, genocida asqueroso, que con este golpe te arreglo el tornillo que esta flojo!!!

Nat dio un largo suspiro. Ver a Ray corretear a Norman en salón, es desesperante. No, que Norman sea cobarde y no confiese, eso sí es desesperante.

De repente, una rubia de trenzas apareció entre ellos. Lo peor del caso, es que recién entrando al salón, ve a su novio golpeando a uno de sus más grandes amigos.

—¡Ray! —exclamó la rubia sorprendida.

—¡Anna! —expresó el azabache alterado.

—¡Salva a este albino, Anna! ¡Ayuda! —chilló Norman tratando de evitar el golpe de Ray.

Era hora que Anna activará su modo enfermera y protegiera a Norman.

(...)

—Anna, puedo explicarlo...

La rubia de trenzas sólo le echó una mirada de reproche. Ella detuvo la pelea y empezó a sanar las heridas del chico de orbes azules.

—¡Gracias, Anna! Eres un pequeño angelito —expresó Norman, recibiendo una curita de la chica.

—De nada. —La rubia sonríe—. Sabes que siempre te ayudaré, pero no dejes que Ray te golpeé de nuevo.

Luego de ayudar a Norman, y darle un regaño a Ray por golpearlo y a Nat por no hacer nada al respecto, suspiró muy decepcionada de los chicos.

—¿Qué hacen aquí? Se supone que deberíamos estar en el salón de baile —dijo Anna.

—Pues Ray se enojo porque Norman perdió la oportunidad de confesar su amor a Emma —explicó Nat.

—¡Nat! —gritaron los dos chicos al unísono.

—Ah, entiendo. No te preocupes, Norman. Sólo necesitas un poco de valentía y en menos de lo que te des cuenta, le dirás todo a Emma y los dos serán felices.

El albino sonrió ante sus palabras. —Gracias, Anna.

—De hecho, cuando Ray confesó, estaba lleno de miedo.

—Anna, no era necesario mencionar eso...

(...)

—¡Muy bien, chicos! Estas últimas semanas se han esforzado demasiado por mejorar y ahora todos saben bailar el vals con toda elegancia. ¡¡¡Felicidades!!! —decía Isabella con una sonrisa serena—. Y la próxima semana, el baile de la noche resplandeciente será el mejor de todos —finalizó.


Todos celebraron con silbidos y aplausos este increíble logro.

—Hubiese sido mejor si al menos nos dejaran bailar reggaeton —susurró Don.

—¡¡¡Don!!! —lo regaño Gilda.

—A mi me gusta el vals, es muy elegante —menciona Anna mientras abraza al azabache—. ¿Cierto, Ray?

Ray estaba más rojo que un tomate. —Eh... Sí, A... Anna.

—¡Lo mejor será los vestidos! —chilló Emma.

—¡Tú sí sabes, Emma! —exclamó Gilda.

—¡Vestidos elegantes! —expresó Anna.

Las tres chicas se juntaron y chillaron de emoción.

—Ay, no. Ya van a empezar de nuevo —se quejo Don.

Y sí. Las chicas estaban a un lado, hablando sobres los vestidos que tanto le causaban emoción.

(...)

—Oye, Emma...

Después de un día de clases, Norman y Emma estaban a las afueras de la escuela.

—¿Pasa algo, Norman?

El albino toma su mano y sonríe. —Emma, ¿Te gustaría venir a mi casa? Me gustaría practicar un poco más contigo y perfeccionar nuestro baile.

Y confesar.

Después de tanto pensarlo, Norman por fin quería dejar su miedo atrás. Quería mostrarle su amor a Emma y a pesar que el temor todavía estaba en su cuerpo, no se dejaría vencer. No esta vez.

—Oh, ¿En serio? Entonces vamos.

Ambos caminan en rumbo de la casa del albino, agarrados de las manos y con un montón de sentimientos encontrados.

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Sí, sí. Un capítulo muy corto. Perdón, sigo medio bloqueada.

¡SORRY, SORRY, SORRY!

Pero el próximo capítulo estará... ÙwÚ

¡Gracias por leer ♥!

Bajo el brillo de la luna | NorEmma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora