El buen amigo (parte 2)

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-Debo reconocer, querido amigo, que venir a caminar al parque ha sido una gran idea,  ha permitido que alimente mis pensamientos y caliente un poco los músculos. Además, ha hecho que aclare mis ideas sobre el tema que estoy tratando en la clase de ética.

-¿Cuál tema? Debe ser algo sin importancia, solo las cosas sin importancia merecen que aclaremos nuestra mente para resolverlas.

-Es sobre la dignidad.

-Sabía que tenía razón, no existe tema de mayor irrelevancia.

-¿Usted cree amigo?

-Estoy seguro, la dignidad posee un aire de misterio, que solo quiénes le poseen pueden entender. Ser digno implica una conducta equilibrada, justa, moderna, razonada y cualquier cantidad de "virtudes" que hacen de la vida una escena gris y sin ninguna importancia. Debo confesar, amigo mío, que solo he conocido uno o dos desdichados dignos en mi vida, y como es natural; he huido tan rápido que ni siquiera han alcanzado a oír mi nombre.

-No me parece que la dignidad sea algo para temer.

-Por el contrario, la dignidad es la peor desdicha en la que se pueda creer. Es una trampa para los incautos y no debemos caer en ella. Verá, vivir repleto de virtudes no puede ser considerado digno, esto; hace que el concepto se contraríe en sí mismo. Una persona sin pecados, sin secretos obscuros y sin arrepentimientos; es una persona sin alma, y sin alma; no se puede ser digno. Por mi parte, encuentro odioso hablar del tema, espero comprenda. Le pido no volver a mencionar la temática de sus clases, podría correr el riesgo de aprender algo, y esa; es otra cualidad de los dignos.
 

El diablo y el relojero (Historia alternativa). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora