Los sonidos lascivos en la habitación eran exorbitantes, Reiner mordía, chupaba, lamia desde su cuello hasta un poco más abajo de sus senos. Estaba enojado, muy enojado.
Su hermosa y preciosa niña se estaba dejando coquetear con un chico, cuando la vio pasar a la hora de siempre frente a la compañía, observo claramente como un castaño de enormes ojos le hablaba o sonreía como si fuera la única persona en el mundo.
Estaba tan enojado que no tardo en salir del edificio siguiendo a ambos compañeros de clases, anunció que saldría temprano por unos asuntos. Asuntos, que terminaron en posiciones indecorosas.
—Daddy~ —la voz excitada de la chica era todo un deleite.
Después de que aquel chico se despidiera, acorralo a la joven primero en un callejón donde comenzó a besarla de manera posesiva. _________ no pudo aguantar la ronda de besos, sus piernas flaquearon y si no fuera con la ayuda de sus manos aferrándose al cuerpo masculino frente a ella caería.
Reiner no perdió el tiempo después de eso trayendola hasta el departamento que compartían a la hora de entregarse. Siguieron con unas cuantas tocadas en el ascensor hasta terminar recostados en el mueble de la sala.
El rubio no perdía tiempo, marcaba por todos lados aquel cuerpo, tan solo ha pasado un mes desde que se volvió su baby volviéndose adicto aquel juvenil cuerpo. De todas las parejas sexuales que ha tenido ninguna lo había vuelto tan loco como esta.
Era sumamente diferente, superior a las demás, con un gran sentido común pero tan pervertida que hace de su pene una maravilla. Esta joven chica no estaba hueca y eso le encantaba. A pesar de que siempre se elije a alguien para que actúe de forma interesada, _________ fue todo lo contrario, no quería nada.
La castaña retorcio la espalda en busca por el contacto de los dientes con la piel inhalaba profundo, Reiner estaba siendo algo rústico con las marcas producto del enojo, no mentiría, le encanta cuando saca ese lado posesivo suyo que solo sale a la luz sintiéndose celoso.
El rubio sacó la lengua paseándola por todo el muslo interior, se deleitó ante el grandioso gemido que salió de los finos labios femeninos. _________ respiraba, no podía ver, mucho menos tocar. Todo lo que estaba haciéndole Reiner a su cuerpo era demasiado, podía sentir todo con claridad.
Reiner estaba ansioso, ya llevaba rato torturandola con la boca, incluso en el sexo oral de hace un momento logró que se corriera varias veces.
—Mierda~ —gruñó por lo bajo por deleitarse tanto con ese cuerpo a su disposición.
Sin esperar otro segundo entro en ella, lento pero firme, aprisiona las caderas de manera tan egoísta sintiéndose glorioso, gracias a la experiencia movía la pelviz de forma audaz, sensual y pasional sin perder ese toque de arrogancia cada vez que hacía suya a ________.
La castaña suspiraba, los gemido que soltaba a cada momento logran acrecentar el ego del hombre quien la posee con maestría. Se dio cuenta que la vio hablando con Eren tarde, pero vaya que si disfruta de ese castigo.
El fornido pene del hombre siendo abrazado por la cueva de carne la llena de extasis, su sexto orgasmo la invadió, estaba tan lubrucada que parte de los flujos llegaron al hueco trasero.
Reiner sonrió de medio lado, si que le gustaba ser tratada de esta forma, se movía por más contacto, las manos encadenadas buscaban a palpar algo siendo en vano.
—Daddy~.
La joven arqueo la espalda, el sexto, su cuerpo temblaba ante anto movimiento. La corbata se mojaba con las lágrimas, las cadenas que estaban amarradas al mueble no permitían que bajara los brazos, Reiner si que sabía como hacer para llevarla a ese estado de debilidad.
—Joder~ —el rubio sabía que no faltaba mucho, estaba jugosa, apretaba delicioso, lo trataba bien, tenía cualidades que cualquier adolescente a su edad no entendería. Era perfecta.
El hombre no paraba, los celos se diciparon desde hace un buen rato dándole paso a la confusión, estaba tan absorto a sus deseos de seguir follandola que el sonido del celular con el número de la niña de sus ojos a penas lo pudo traer de vuelta.
— ¡Daddy!
___________ había presionado tan fuerte las piernas, que el desastre de semen saliendo de ella es evidente. ¿Cuanto tiempo estuvo sin verla? ¿Un mes? ¿Después de que todo comenzara?
Respiro profundo saliendo de ella con cuidado, le quito las cadenas y la corbata revelando ese sonrojo acompañado de ojos dilatados.
—Te vez preciosa —murmuró con una sonrisa depositando un beso en los labios.
Se levantó del sofá en bus a de su teléfono, tenía varios mensajes desesperantes de su hija. Suspiro pesado, la madre otra vez hizo de las suyas.
Marco a la nana de la niña, le dio las instrucciones en donde la dejaría y colgó la llamada posando su total atención a la joven que yace dormida. Negó con algo de gracias, fue al baño en busca de papel, cuando volvió la limpio con cuidado cargando su cuerpo camino a la habitación. Tenía algo muy importante que hablar con ella al despertar.
Se recostó a su lado pensando las cosas, hace un mes parecía un sombi decrépito si no fuera por esta joven de último año en preparatoria que apareció un día en su café favorito para atenderlo.
—Me has hechizado —dijo gracioso.
Reiner se quedó completamente dormido estando cómodo y feliz gracias a ________.