Capítulo 3

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La habitación estaba sumergida en un intenso silencio, ya que la mayoría únicamente pensaba en vengarse, pero en cambio un pequeño dueto, seguía sin dejarse convencer por la idea.

—chicos, pensad en ellas , no se merecen algo como esto— Tachimukai intentó hacerles reflexionar, pero ninguno quiso responder, seguían evitando mirarlo a los ojos.

—Hay una manera de que todos lleguemos a un acuerdo—dijo Endou, llevándose las manos a la nuca de manera desinteresada.

—¿Y cuál es?—Kogure interrogó, y al momento la atención de todos se centró en el portero.

—Los que estén de acuerdo con Tsunami, que se quede en la tienda de acampar—Endou empezó a explicar sonriendo de oreja a oreja—Y quiénes no esté de acuerdo con él, se van de la tienda y ya.

Tachimukai abrió los ojos de par en par, no sé podía creer que había sido Endou quién acababa de proponer lo dicho.

—Para ser idea tuya, está bastante bien pensada—habló Hiroto indiferente, el portero por su parte tan sólo sonrió abiertamente rascándose el cuello.

—Quién no esté de acuerdo con Tsunami, tiene total libertad de marcharse y nadie va a reprocharle nada—enunció Goeinji irritado, manteniéndo su pose con los brazos cruzados.

Casi todos se mantuvieron bien acomodados en el suelo mientras que, Tachimukai disgustado se había levantado seguido rápidamente por Kogure.

—Veo que ya lo tenéis decidido— habló Hiroto.

Los dos jugadores asistieron y después caminaron hacia la apertura de la tienda que daba al exterior.

Los jugadores que se quedaron sentados tan sólo los miraban y ninguno sentía ningún tipo de remordimiento, pero antes de que Tachimukai y kogure llegarán hasta el final del camino, se pararon.

—Vais a lamentar esto—les dijo Tachimukai muy seguro para luego finalmente salir de la tienda.

Los jugadores siquiera tomaron en cuenta lo dicho por su amigo y Kogure quién todavía se mantenía en el lugar, siquiera habló, sólo observó por un momento el exterior de la tienda para más tarde mirar a sus amigos.

—¿Estáis seguros ?, aún podéis retroceder—habló Kogure.

Parecía que de un momento a otro se estallaría a reir y se presionó las manos en la boca para contenerse o mejor dicho burlarse.

—Yo creo que todos estamos pensando en quedarnos—expresó Ichinose convencido y acto seguido, Kogure salió de la tienda.

—Bueno, ¿y por dónde empezamos?—habló Hiroto apegandose más a la maleta como todos los demás.

—No entiendo a esos dos, ¿acaso saben cuántos chicos morirían por tener una oportunidad como esta?— aseguró Shirou relamiéndose los labios desvergonzado.

—Esto es la gloria—Expresó kazemaru tomando unas lindas bragas rosas—No hay nada mejor que esto.

—Chicos, tengo una idea—habló Endou muy animado y toda la atención de nuevo se centró en él.

—¿Vas a decir una tontería o una estupidez?—comentó Nagumo fríamente tocando con ansias un sujetador bastante clásico, era azul compuesto por unas copas de aro rellenas de foam.

—Vamos nagumo, hoy Endou a tenido una buena idea—dijo Ichinose  mientras se colocaba en la cabeza unas bragas rojas con volantes muy finos y estampado de leopardo como gorro, al tiempo que sostenía con admiración la parte de arriba de la ropa interior.

—Y si pudo tener una, tal vez tenga otra buena idea—habló Goeinji examinando con cuidado unas bragas negras con un lazo rosa que sontenía entre sus manos.

—Es una posibilidad—Nagumo concluyó.

Costaba creerlo, pero el portero no se molestó por ninguno de los comentarios de sus amigos ya que estaba demasiado ocupado admirando la belleza de un hermoso sujetador verde excesivamente sexy.

—Entonces, ¿Qué habías pensado Endou?—cuestionó Ichinose un poco curioso dirigiéndo su mirada al mencionado.

—¿Cómo?—el portero se rascaba el cuello confuso mientras sonreía abiertamente.

—¿Nos cuentas tu idea?—preguntó Shirou y Endou inmediatamente cayó en la cuenta.

—ah, con que era eso—Dijo Endou— é pensado que ya que estamos, podríamos opinar y votar cuál de todos estos sujetadores es mejor.

Los ojos de gran parte de los presentes se abrieron de par en par, esto era algo asombroso.

—¿Algún problema?—preguntó Endou titubeante.

—Es que para ser tuya, es muy buena idea—intervino Tsunami.

—Ignoraré eso último—habló Endou un poco fastidiado.

—Pero hagámoslo más interesante— opinó Kidou pensativo apoyando su barbilla sobre su puño derecho, mientras que con la otra mano sostenía unos bragas azules con rayas blancas y con un pingüino en la parte de atrás.

—¿Qué propones?—Goeinji interrogó.

—¿Y si separamos el juego de Endou en categorías?, así sería mucho más divertido, ¿No creéis?—Kidou explicó.

—No es mala idea—dijo Hiroto sonriendo de medio lado.

—¿Cuántas categorías exactamente?  —Preguntó Shirou curioso.

—¿Qué tal si las dividimos en...—Kidou se tornó pensativo al igual que todos los demás.

***

La trayectoria de las chicas había sido muy distinta a la de los chicos, ellas habían dado un largo paseo intentando calmar su molestia con los chicos y luego de pasarse un tiempo admirando y observando la belleza de la naturaleza se habían calmado un poco y volvieron para disculparse ya que en cierto modo ellos tenían razón, ellas se habían pasado un poco con el equipaje.

Y ahora estaban en el campamento, es más, a pocos pasos de la tienda de acampar y para colmo de todo, llevaban ahí desde hacia casi una hora .

Al principio tan sólo era porque los oyeron decir que ellas tenían muy mala capacidad de elección en cuanto a las cosas de la acampada y eso que ellas pensaban disculparse.

Y pasados unos minutos discutiendo en voz baja por supuesto, acabaron quedando todas de acuerdo con que tan sólo se quedaban para saber si ellos tenían algo que decir ofensivo sobre ellas, pero no, tan sólo los oyeron hablar sobre dónde y como colocar la ropa.

Fue tremendamente aburrido hasta que a cierto pelirosa se le ocurrió mencionar "La ropa interior" y de ahí a todas las barbaridades que vinieron después ellas estaban coléricas y con ganas de matarlos a todos.

Aunque llegó un momento en el que dos de sus amigos llegaron a salir de la tienda de acampar y tan sólo verlas, Tachimukai simplemente no dijo nada y salió, se veía disgustado; pero, si ellas tenían que ser sinceras no tenían nada en contra suya, ya que había intentado que ellos no se atrevieran a tocar su ropa íntima; pero por otro lado también estaba Kogure que a diferencia de Tachimukai, se notaba a la legua que ya tenía un objetivo para una de sus bromas y aparte también intentó hacer que se arrepintieran aunque ellos en ningún  momento parecieron tener la intención de retractarse así que salió y se unió a ellas justo en un punto ciego al que la vista de los jugadores no podía acceder.

***

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Las Hormonas Tienen La Culpa [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora