[Paseo por la madrugada]

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Dedicado a:
[ElDildoGucciDeTaehosbikun]

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Creer que los llantos en la madrugada terminarían después de los dos años, fue una mala suposición. YuGyeom y JungKook apenas podían quedarse de pie, con los trillizos llorando entre sus brazos, sin poder hacer que volvieran a dormir.

Las bolsas bajo los ojos de ambos, notaban que no habían podido pegar ojo; con el llanto incesante de sus hijos era imposible que durmieran. El castaño estaba vestido únicamente con un pantalón de pijama, sin nada cubriendo su torso, con un YeIn llorando entre sus brazos.

YuGyeom estaba igual, solo que el arrullaba a dos niños en igual nivel de llanto.

—Cambiame a SungYoon por YeIn.— pidió el castaño. Conociendo lo glotón que era Yoon, suponía que el mayor quería su biberón.

El alto le hizo caso y le pasó el cuerpecito de SungYoon a sus brazos, recibiendo a cambio a YeIn. JungKook abandonó el cuarto y fue directo hasta la cocina, un biberón fue sacado del refrigerador y una olla pequeña con agua fue puesta sobre la ornilla; calentó el biberón a baño María, lo suficiente para que el contenido del mismo estuviera tibio.

JungKook acercó el biberón a la boquita de SungYoon, el mayor de los trillizos agarró el envase entre sus manitas y succionó con ganas hasta calmar los espasmos de su cuerpecito; sus ojitos se cerraron y su respiración se volvió tranquila, en compañía de pequeños suspiros al succionar la leche del biberón. El niño se quedó dormidito entre los brazos de Jeon, con calma, el castaño acomodó el cuerpecito del niño y fue escaleras arriba; encontrandose con YuGyeom en medio de un cambio de pañal a JiSung.

El menor tenía sus ojitos hinchaditos y rojitos por el llanto, y un rastro de lágrimas secas por sus mejillitas; tenía su manita hecha puño dentro de su boquita, acostadito mientras su papá le cambiaba su pañal meado.

—Tenía el pañal sucio.— suspiró el médico mientras tiraba el pañal sucio en el cesto que tenían especialmente para los pañales.

—Glotón tenía hambre.— se refirió al niño dormido con biberón entre sus manitas.

Él único que seguía hipando entre lagrimitas, era YeIn. Con JiSung y SungYoon devuelta en sus cunas, intentaron lo mismo que hicieron con ellos en YeIn, también lo arruyaron entre los dos, ya que el segundo trillizo tenía un apego fuerte a estar entre los dos.

Pero nada.

El llanto había disminuido, más no cesado. El sueño ya no les parecía importante, y la preocupación empezó a calarles en el fondo; JungKook temía que el niño estuviera enfermo o algo se encontrara mal. YuGyeom estaba igual, más no perdía compostura para no asustar a su pareja.

—¿Y si lo llevo a dar una vuelta en la camioneta?— propuso el pelinegro. Dejando confundido al castaño.

—¿Para qué?

—Yibo hacía eso con Fan Xing cuándo no podía dormir, parece que el movimiento del auto lo relajaba.— explicó.

—Voy por una camisa.— y con eso, JungKook fue por una camisa de algodón para YuGyeom, y de igual forma se puso una.

Ambos fueron a la camioneta, el castaño cargando al niño y YuGyeom asegurando el portabebé en el asiento de copiloto, YeIn fue puesto en el portabebé y junto a su papá, salieron en un recorrido por unas cuantas cuadras.

El castaño se quedó en la casa, cuidando de los otros dos niños, vigilando que no fueran a despertar, e intentando que SungYoon soltara el biberón vacío.

—Ahora no sé a quién quieres más, Yoonie.— murmuró al ver que su hijo abrazaba con fuerza el envase —Si a mí o a un biberón.

Dejando que el niño se quedara con el bote entre sus bracitos, lo cubrió con su mantita, e hizo lo mismo con JiSung, que tenía entre sus manitas su calcetita de Ben 10. El azabache se la había quitado entre sueñitos y ahora la tenía como guante.

Mientras, YuGyeom conducía por las calles vacías de su sector, con YeIn hipando y quejandose entre llantitos; el alto iba a una  velocidad relativamente lenta.

—Ya, bebé. No llores.— arrulló poniendo una de sus manos sobre el cuerpecito de YeIn dando ligeras palmaditas, sin quitar la otra del volante.

Con la tranquilidad de ir por las calles sin la interrupción de otros vehículos, y el ruido que normalmente se escucha por la actividad nocturna; el niño dejó de llorar para concentrarse en lo llamativo de las luces de seguridad y las de el interior de algunos locales 24 horas.

Las canicas brillosas y de un profundo negro que tenía por ojitos, se movían en todas direcciones, moviendo sus largas pestañitas con cada parpadeo por el reflejo de las luces nocturnas.

—¿Ya estás tranquilito?— entre una risa alviada, YuGyeom miró por el rabillo del ojo a su bebé.

YeIn no dio respuesta, estaba más entretenido en alzar la mirada para ver el techo de la camioneta, o el espejo retrovisor, de dónde colgaba un peluchito peludo de un pollito verde.

Iban alrededor de diez minutos desde que salió de su casa con un trillizo llorando, y ahora tenía a una masita con pijama de dinosaurio con sus ojitos vívidos, y muy, muy despierto. Tenía perdida la cuenta de las vueltas que había dado al parque y tiendas de conveniencia, sus ojos picaban por cerrarse y acostarse sobre su almohada; pero el infante a su lado no daba señales de tener una pizca de sueño.

Otra vuelta por el mismo semáforo, la luz roja hizo que parara la camioneta, dejo reposar su cabeza sobre el volante; suspirando cansado en compañía de bostezo. Lagrimitas salieron de sus ojos por el bostezo que había dado, un parpadeo rápido y volteó el rostro en dirección a YeIn.

Grande fue su sorpresa al encontrar el cuerpo dormidito de su hijo, con sus manitas hechas puñitos a ambos lados de su cabecita y un hilito de baba escapando de su boquita.

Viendo que su idea funcionó, aunque tardó más de lo que había pensado, condujo de vuelta a su casa. La camioneta quedó aparcada en la entrada, no se molestaría en meterla al garaje; se llevó al niño cargado sobre su brazo izquierdo, con la cabecita de cabellitos iguales al suyo recargada sobre su hombro; y un poquito de baba chorreando el mismo lugar.

Sobre el suelo, suave gracias a la alfombra que lo cubría, yacía recostado el cuerpo de su esposo, curiosamente con un biberón entre su mano. Pasó con cuidado por el cuarto, evitando pisar a JungKook y recostó a YeIn en su cuna, y cubriendolo con su manta; no sin antes darle su beso de buenas noches en la frente. El niño se acomodó en su lugar, abriendo y cerrando sus manitas en el proceso, y moviendo sus piecitos dentro de la manta.

YuGyeom colocó sus brazos bajo las rodillas y espalda del castaño, hizo fuerza y levantó el cuerpo durmiente a estilo princesa. Salió de la habitación de sus hijos, y fue a la propia, JungKook se había acurrucado entre sueños sobre su hombro; llevando una sus manos a su cuello inconciente. Una sonrisita boba se plantó en los labios de YuGyeom con las acciones que le resultaban adorables en su esposo.

Suavemente acostó a JungKook, trepandose de inmediato a la cama y recibir el calorcito del cuerpo más pequeño. En medio de un bufido de gracia, quitó el biberón de las manos del castaño y lo puso sobre la mesita de noche a su lado de la cama. Con un gemidito de gusto, recostó su espalda sobre la suavidad del colchón y las mantas, como reflejo, sus brazos fueron a la cintura de JungKook, atrayendo su cuerpo al suyo.

Lo cansado de la noche lo dejó hecho pomada, apenas su rutina al acostarse sobre la cama estuvo completada, su respiración se acompansó. Por fin estaba durmiendo, como tanto había querido.

Pero al menos ese paseo había sido de ayuda.

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a lxs chicxs que va la dedicatoria, ¿les gustó? 1 disculpa si no es lo que esperaban; pero po, soy estudiante a punto de exámenes parciales.

sigan esperando para el próximo un par de horas MSIDÑDKSLDUSIJS

—[🍞];;Pan

¿𝗧𝗥𝗜𝗟𝗟𝗜𝗭𝗢𝗦? ¡𝗧𝗥𝗜𝗟𝗟𝗜𝗭𝗢𝗦! | 𝗒𝗎𝗀𝗄𝗈𝗈𝗄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora