Capítulo 1 - 𝙧𝙪𝙢𝙥𝙞𝙩𝙪𝙧

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Lance odiaba sentirse de esa forma.

Ansioso, cansado, sin ninguna motivación.

Odiaba aquella sensación de pesadez cada vez que abría sus ojos al despertar. 

No quería moverse, no quería salir de la cama. 

Lance suspiro cerrando sus ojos de nuevo. 

No podía con ese dolor de cabeza.

Se levantó con cuidado, sentía su cabeza ligera, pero su cuerpo pesado. En ese momento deseo no tener cuerpo, no tener que cargar con eso. Se lo preguntaba muchas veces durante el día; ¿por qué él? 

No tenía una respuesta clara, aun así intento dejar aquello de lado, como si ese momento nunca hubiera pasado y se dirigió al baño. Se lavó la cara y arreglo el cabello. Se sonrió al espejo, como si practicara su forzada sonrisa. 

Salió de su cuarto yendo, aun en pijama, a la cocina. No miro la hora, pensó que se había levantado tarde, y no fue así. Todo está solitario, todos seguían durmiendo. Agarro la comida que Hunk dejo preparado el día anterior y le dio un bocado. Sus tripas gruñían, pero un nudo le impedía disfrutar la comida. 

Ignoro aquello y siguió engullendo. Con el estómago lleno salió de la cocina, camino por el castillo hasta llegar de nuevo a su cuarto. Entro y lo primero que hizo fue verse al espejo. 

Una arcada, la arcada que empezó con todo. Vomito, todo lo que había engullido en la cocina, su estómago le dolía, no quería un peso como el de la comida en su interior. Así que vomito hasta que solo le salió agua, o mejor dicho, bilis.

Se limpió la boca y aun con sus pequeñas lágrimas en los bordes de sus ojos se refugió bajo sus sabanas. No entendía nada. No sabía la razón de aquello. Quizás estaba enfermo, pero no se sentía mal. 

Lance intentaba evitar pensar en la opción más obvia, así que escondió su preocupación con un "será dolor de barriga y migraña". 

Pero en el fondo sabía que aquello no era verdad. 

(...)

- ¡Lance! ¡Deja de hacer el payaso y ayúdame!- le grito Pidge desde su león. 

- ¡Hermano te necesitamos! - Hunk asustado llamo a su amigo esquiando disparos de la flota enemiga.

- ¡Lance!- 

- ¡Lance! ¡Ven ya!-

- ¡Joder! ¡Lance!- 

El paladín azul llevaba muchos minutos dentro de aquella nave galra. Había entrado como marcaba el plan, pero se estaba atrasando y los otros leones sin el azul no podían formar voltron. 

Por otro lado, Lance, corría por los pasillos huyendo del enemigo. Su corazón iba a mil y su respiración entre cortada. Sus piernas ardían, y el corte en su brazo dolía como los mil demonios. 

Consiguió llegar al león y escapo de allí yendo hacia sus compañeros, con quien formo voltron acabando con aquella nave. De vuelta al castillo Lance recibió un pequeño regaño, aunque de pequeño no tenía nada. 

- ¡Por tu error casi perdemos la batalla!- Allura parecía más enfadada que de costumbre.- ¡Si no fuera por las defensas del castillo, Voltron estaría acabado!- señalo con el dedo el pecho del paladín azul, quien seguía con el uniforme al igual que todos. 

- Calma Allura, primero vayamos a descansar.- Shiro calmo la ira de Allura.

- ¡Amigo estás sangrando!- exclamó Hunk al ver el brazo de su amigo.

- No es nada, solo fue un despiste. Ya sabes que Lance es muy fuerte.- dijo con una sonrisa de orgullo, aunque se le notaba un poco forzada. 

- Vamos Lance, hay que curarte.- 

(...)

- Dime que tienes lo que te pedí.- Pidge interrogaba a Lance mientras este era curado por Coran.

- Todo todito.- le extendió un pequeño aparato parecido a un USB. 

- ¡Genial!- lo agarro entre sus manos y salió corriendo hacia su ordenador. 

- de nada...- Lance suspiro triste.

- Número cinco parece más motivado.- hablo Coran, llamando la atención del moreno.- No te preocupes, seguro te lo agradece.- con una sonrisa bajo su bigote naranja termino de curar la herida de Lance. 

El paladín azul salió de la enfermería yendo hacia la sala de control. Quería disculparse con Allura por su despiste en la misión. Aunque no fue su culpa encontrarse de cara con un grupo de robots galra, se sentía con la necesidad de disculparse. 

- Allura, piensa en lo que estás diciendo.- Shiro se encontraba en el pasillo junto Allura, a unos metros de la entrada a la sala de controles. 

- Sé muy bien lo que digo, Lance esta causando cada vez más problemas.- dijo con un suspiro.- es un buen paladín, pero sus acciones ponen en riesgo al equipo, debemos hablar con él. No es la primera vez que su personalidad fastidia al equipo.- 

Lance seguía escuchando todo desde la esquina, antes de girar al pasillo. 

¿Su personalidad era un fastidió? 

Sí.

¿Había metido en problemas a sus amigos? 

Sí.

¿Son... realmente sus amigos? 

Quien sabe.

¿Es mi... culpa? 

Siempre lo es.

(...)

- Bien paladines, hoy tenemos día libre.- el equipo festejo al oír aquello. 

Se pusieron a hablar, reír y hacer bromas. Menos Lance, él con la mirada a sus pies y las manos en los bolsillos, camino hacia la salida sin ser notado. ¿Quién iba a extrañar al molesto del equipo? 

Llego a su cuarto encerrándose en este, se quitó la chaqueta y sus zapatos, metiéndose en la cama tapando todo su cuerpo bajo las sabanas. 

En posición fetal su pecho se movía por su respiración levemente acelerada. Odiaba admitirlo, pero...

No quería respirar. 

𝙧𝙪𝙢𝙥𝙞𝙩𝙪𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora