Siete

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Era el día de la graduación de Mew. Al final si había comprado un traje negro, corbata del mismo color y una camisa negra. Lo de vestir formal no era lo suyo, sentía que no encajaba en ese traje elegante, pero Krist había insistido tanto porque llegará bien a la ceremonia que al final termino cediendo.

Era un día especial o eso decían todos sus compañeros de generación. Raramente él no se sentía así, sentía que algo le faltaba. Todos sus compañeros estaban con sus familias, sus padres orgullosos o sus novias y novios. Él no tenía a nadie más que sus dos amigos, aunque la familia de estos lo quisiera como si fuera parte, aun así se sentía vacío.

No había invitado a su mamá, la idea había cruzado por su mente pero nunca llegó hacerlo, el cambio solo dejo las invitaciones sobre un mueble en el departamento con la ilusión de que Gulf o alguno de los niños la encontrara. No había sido una invitación directa, esperaba que lo tomarán como una invitación pero ni siquiera sabía si ellos habían encontrado las invitaciones.

La ceremonia había comenzado, estaba nervioso, necesitaba algún tipo de apoyo. Se giró y miro a sus dos amigos mirarse con amor ¿El algún día encontraría alguien que lo mirara así? ¿Alguien con quien compartir toda su vida? ¿Alguien que le quisiera y soportará? Su mente solo tenía una persona rondando y él no quería asimilar la situación.

Cuando la ceremonia de entrega del título comenzó sintió algo darlevuelta el estómago mientras aplaudía a cada uno de sus compañeros. Cuando llegóel turno de Krist ambos se pararon de sus asientos para gritar y aplaudir contodas sus fuerzas. Había conocido a sus amigos desde que comenzó la carrera,fueron los primeros en hablarles y sentir una confianza loca, los dos habíanestado para el los últimos años cuando no tenía a nadie,sin duda eran los mejores amigos que podía pedir. Luego llegó el turno deSingto al igual que el anterior aplaudieron con entusiasmo, se sentía bienterminar tan importante etapa de sus vidas junto a los amigos que queríaconversar para todo lo que resta de la vida.

Se sintió un poco aturdido cuando dijeron su nombre, se paró de su asiento sintiendo los gritos de sus amigos, sonrió nervioso. Se subió al escenario para recibir su título de manos de un profesor, este lo abrazo.

— Excelente estudiando y sé que serás un excelente profesional, felicidades Mew. — susurro este a su oído. Sonrió agradecido, estaba cumpliendo su sueño. Por fin podía restregarle en la cara a su mamá el título de la carrera que tanto ella detesto, lo había logrado, y lo había logrado sin su ayuda.

Se giró para mirar a la multitud para una foto que era obligación tomar. Fue ahí cuando los vio, al final de todas las personas estaban, pero él podría reconocer sus caras entre miles y miles de personas.

Gulf, Jihu, Sunan y Ming. Algoen su interior comenzó a revolotear, de nuevo las malditas abejas. Ellos lesonreían y aplaudían, Sunan lo saludo a lo lejos sonriendo demasiado feliz, ledevolvió el saludo sonriendo de igual manera. Estaban ahí, estaban ahí paraapoyarlo, estaban ahí y sonreían orgullosos mientras aplaudían. Incluso Gulf lomiraba así, sus ojos brillaban al verlo. Parecía que sus ojos se hubieranrobado todas las estrellas del cielo, si, todas las estrellas del cielo estabanen los ojos de Gulf esa noche.

Se quedaron mirando unos segundos en dónde Gulf me sonrió, segundos en los que las abejas en el estómago de Mew se multiplicaron y comenzaron a bailar breakdance. ¿Así se sentía? ¿Así era realmente esa cosa loca que aún no quería nombrar? Porqué si se sentía así él estaba dispuesto a sentirse de esa manera por el resto de su vida, solo para que Gulf le mirara así. Que cosa más loca lo que sentía en ese momento.

No supo cuándo, ni en cuanto tiempo bajo del escenario con el corazón latiendo a cien. Se sentó pero inmediatamente se giró para mirar y buscarlos pero todas las personas ahí se lo impidieron.

PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora