Cinco

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Si antes las miradas de Gulf lo atravesaban como espadas, esta vez su mirada lo mandaba directo al infierno con una estaca atravesando le el trasero.

— ¡Tatuajes!.— gritó emocionado Sunan mientras miraba su cuerpo, desde cabeza a pies con tatuajes de todo tipo.

— ¿Me explicas primero y después te asesinó? ¿O te asesinó y después le explicas al diablo?.— hablo Gulf con la voz más intimidante que podía hacer.

Primer cagazo como padre, deberían darle un premió.

— Primero hablamos y después me das tiempo de correr.— dijo con la voz más inocente que pudo hacer en ese momento.

— Entonces...comienza a correr.— respiro profundo.

Mew comenzó a correr como alma que lleva el diablo, aunque esté diablo era bajito, con mejillas gorditas pero rojas de rabia. El mayor comenzó a lanzar objetos intentando dificultar la misión de Gulf, aunque como está situación ya la habían vivido un millón de veces, ya sabía que Gulf pronto se cansaría de correr.

Y así fue, el menor poco a poco fue deteniendo su andar hasta quedar parado en el medio de la sala con ambas manos en su cadera, recupero un poco el aire para mirarlo.

— ¡Explícame ahora!.— gritó y luego recupero la compostura.

— No son permanentes, te lo juro, se salen con agua.— intento calmarlo y al parecer había funcionado, al menos un poco.

— Más te vale que se les quité, porqué mañana tenemos que ir al doctor y al psicólogo. ¿Que van a pensar si los llevamos cubiertos de tatuajes?.— gruñó.

— Que son unos niños muy cools.— intento bromear pero al otro no le pareció para nada gracioso.

— Voy a raparte y usaré tu cabello de esponja.

Mew tragó saliva. Estaba bien, si le había cagado un poco, pero estaba seguro que los tatuajes saldrían, al menos la mayoría.

— Ya niños, todos a bañar, quiero ver si tengo que asesinar ha Mew.— los niños obedecieron dirigiéndose a la habitación del mayor.

— No te enojes, te juro que salen.— pidió piedad, era muy joven y guapo para morir.

Gulf se dejó caer en el sofá notablemente cansado, suspiró y cubrió su rostro con sus manos. ¿Tan enojado estaba?.

— Gulf...te lo prometo que saldrán, en serio tienes que creerme.— intento convencerlo nuevamente.

— Mew, no estoy enojado contigo...digo si estoy enojado pero no tanto, esto es algo pequeño.— murmuró sin cambiar su posición.

— ¿Entonces que pasa?.— pregunto por la extraña actitud, comúnmente no llegaba tan cansado de su trabajo.

— Creo que necesito otro trabajo.

— ¿Por qué? Tú amas ese trabajo, ¿Paso algo?.— era muy extraño que el pelinegro quisiera retirarse, el sabía que era un trabajo que realmente adoraba.

Gulf suspiró.— Estoy teniendo un problema con un compañero. Te juro que tú ya quedaste en segundo lugar de las personas que quiero golpear.— no sabía si sentirse feliz por eso.

— ¿Alguien te está molestando? ¿Quieres que lo golpeé?.— si alguien intentaba pasarse de listo obviamente le partiría la cara, nadie se metía con Gulf, solo el podía hacerlo enojar.

El menor río. Al menos se había relajado un poco.— Eso estaría genial pero no es buena solución. Solo buscaré un nuevo trabajo...y luego dejaré ese.

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