veintitrés

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Gulf ya había cumplido cuatro meses, en los que había llorado, comido mucho durazno, tenido antojos a las cuatro de la mañana, hecho berrinches porque su ropa no le quedaba y pedir mimos las veinticuatro horas del día. Ninguno de sus chicos se quejaba, en realidad todos se mantenían con una sonrisa de oreja a oreja, parecía que su comportamiento le molestaba más a él que a los demás.

Su maní ya no era tan pequeño. En realidad, su estómago ahora impedía que pudieran abrazarse con normalidad, pero a ninguno de los dos les importaba. Se sentía como tener a su pequeño bebé entre ellos. Se encontraban en su cama mirándose cara a cara con las manos del castaño acariciando su pancita con cariño. Al día siguiente tenían una hora con la doctora para saber el sexo del bebé, cosa que tenía a todos emocionados y ansiosos.

— Ni siquiera hemos elegido un nombre.— dijo Mew acomodándose en la cama para que su rostro quedará a la altura de la abultada pancita.

— Los chicos propusieron nombres.— recordó Gulf acariciando su cabello.

— De ninguna manera mi bebé se llamará Peppa como esa cerda horrible o Goku.— se quejo Mew haciendo reír al pelinegro. Los nombres elegidos por Ming y Sunan no estaban considerados porque al parecer solo querían que su hermanito o hermanita se llamará cómo sus dibujos animados favoritos.

Jihu ni siquiera había hecho propuestas solo dijo, le daba igual porque el lo querría siendo Goku, Peppa o Leonardo como una tortuga ninja, eso al menos había dicho.

— El de Kaori también me gustó. — dijo recibiendo una mala mirada de parte de su novio.

— Tampoco me gustan los nombres de Idols. — se quejó abrazando a su maní. — Además no podemos confiar en los nombres de la garrapata, le puso Ronny al gato gordo. Horrible.

— A mí me gusta ese nombre, además no le digas gato gordo, Jihu dijo que a Kaori no le gusta que traten mal a su gato. — le regaño.

— Se molesta porque le dicen gato gordo al gato gordo, pero no sé molesta porque lo de garrapata. — Gulf se río por la actitud infantil del castaño.

No sabía si realmente quería a Kaori o aún sentía celos de el, porque había veces que prácticamente parecía un shipper y veces en los que le reclamaba a Jihu por estar mucho tiempo con el pelirrojo. No había punto medio.

— ¿Qué opina, mi bebé? ¿Cierto que están horribles los nombres que eligieron tus hermanos y tú casi cuñado?. — le hablo poniendo su mano para sentir la repuesta. Y la respuesta llegó en una pequeña patadita.

Su pequeño maní había comenzado a moverse desde hace un mes, la primera vez que lo hizo pensó que moriría por la emoción de sentirlo dentro de el. Luego se fue acostumbrando, tuvo que hacerlo ya que su bebé parecía emocionarse demasiado cada vez que Mew le hablaba. Al sentir la voz de su padre pateaba y armaba un partido en el interior del pelinegro. Al parecer abría otra persona enamorada de papá. Porque para ser sinceros Jihu y Ming eran niños de mami mientras que Sunan era niño de papá, así que al parecer tendría compañía porque su pequeño maní adoraba a Mew o al menos su voz.

— Dice que no quiere ser un súper Saiyajin ni una cerda mal agradecida y arrogante. — dijo Mew como si realmente estuviera hablando con su bebé. Sintió otra patadita. — También dice que te ama mucho pero que no quiere llamarse como un coreano.

Gulf rio asintiendo. — Quiero ponerme de espaldas. — pidió. Mew se apartó un poco para que el pudiera acomodarse para luego colocarse entre sus piernas para seguir hablando con su maní.

— Bien haremos esto, yo diré nombres y tú darás una patada si te gusta. — le informo al bebé como si realmente le fuera a entender, pero recibió una patada de respuesta. — Perfecto. Hana. — no recibió respuesta. — Perth, Jun, Yeong, Dean, Peter, Eun. — siguió sin obtener respuesta. — Ren...

PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora