⭕ La ley está cerca

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LZ308

Era de mañana, la tenue luz del sol cruzaba la ventana y debajo de mi tenía al amor de mi vida, mi Auroncito. Sonreí acariciando su mejilla admirando su expresión tranquila y escuchando su pacífica respiración.

Miré con atención su cuerpo desnudo, cada detalle de él me parecía perfecto, incluso con lo que cualquier otra persona vería como imperfecciones.

Luego de un par de minutos comenzó a despertar, abrió sus ojos y lo primero que hizo fue verme a mi, mostró una pequeña sonrisa y me abrazó.

— Buenos días mi niño... - Murmuró aún adormilado

— Buenos días Auroncito~ - Reí acariciando su pecho

Acarició mi espalda con total delicadeza, como si temiera romperme, pasó sus manos por todo mi cuerpo y entonces una suave risa salió de sus labios.

— Ambos estamos desnudos... Estamos en este hotel... Y despertamos en esta cama... ¿Sabes lo que significa?

— ¿Qué significa?

— Que anoche no fue un buen sueño, fue una maravillosa realidad

Escondí mi rostro en su cuello abrazandolo, las palabras no salían de mi boca y si fuera humano era seguro que mi rostro estaría completamente enrojecido.

— ¿Luzu? ¿Estás bien?

— ¿Por qué tienes que ser tan lindo todo el tiempo?...

Sentí su estómago contraerse con cada risita que soltaba, con delicadeza levantó mi mirada y me miró a los ojos.

— ¿Te gusta que sea así, mi niño?

— Me gusta mucho

— Entonces no dejaré de serlo

Acercó su rostro al mío y besó mis labios con ternura, acaricié su rostro con ambas manos y al separarnos ambos sonreímos.

— Debemos irnos ya Auroncito...

— ¿Es necesario? ¿No podemos quedarnos un rato más?

— Amor, recuerda que nos están buscando

Suspiró hundiendo su cabeza en la almohada haciendo un pequeño puchero que me enterneció por completo.

— Joder... Es cierto... Bueno al menos podré darme una última ducha antes de irnos ¿Cierto?

— Si yo fuera humano lo haría, no sabemos cuando encontraremos otro lugar tan acogedor como éste

— Bien, lo haré

Me quité de encima y él se levanto estirandose de forma que pude escuchar algunos de sus huesos traquear.

— No me tardo

Tomó una toalla y fue al baño cerrando la puerta. Mientras se duchaba yo me limpié, vestí y acomodé la cama, esto último lo hice más que nada para no decir a gritos al encargado de limpiar que habíamos hecho el amor aquí.

Al acabar me asomé por la ventana y lo que vi me dejó helado.

— Oh no... Oh no no no no no

En la calle del frente habían patrullas y entre los policías estaban los mismos detectives humano y androide que habíamos visto en la televisión.

— ¿Qué miras, Luzu?

Al escucharlo cerré las cortinas de golpe y voltee a verlo.

— En la calle del frente están los mismos detectives que fueron a tu casa anoche

Karmaland: Become HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora