Capítulo diez

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Después de aquella noche tan curiosa, la mañana siguiente llegó y la siguiente y la siguiente hasta el fin de semana. Durante los días jueves y viernes, Momoi no podía evitar sentir una mala sensación invadir su corazón e instinto. Su omega se removía inquieta, molestándola más y más. Por ello que se mantuvo al pendiente de su querido amigo, pero Kuroko no mostraba ningún signo que incentivara sus sospechas, sólo tenía como pista la irregularidad de su aroma que cada vez parecía dispersarse más de lo normal, según ella. Seguramente a nadie le interesaba las anomalías que presentaban las feromonas de Tetsuya, pero ella sabía, como omega y amiga del peli celeste, que la dispersión repentina del aroma omega se arraigaba bastante a los síntomas de celo; y eso era para preocuparse.

El celo de un omega tiene ciertas etapas: está la principal, la mediana y la final. En la etapa principal la racionalidad de los omegas se mantiene estable, pero sus cuerpos sufren esporádicos golpes de calor que suelen ser irregulares, lo que también ocasiona una decreciente en sus fuerzas físicas al igual que enérgicas. No son diferentes a un bebé que recién aprende a caminar. Mientras que sus aromas dulzones se expanden en busca de algún macho o hembra alfa, por lo cual, los abusos y violaciones suelen ocurrir en esta etapa de sus celos. La etapa final no es muy diferente a la principal, sólo que en vez de perder fuerzas, estas gradualmente aumentan y sus feromonas pueden ser controladas con los inhibidores, manejando así los golpes de calor que se vuelven cada vez menos frecuentes y más débiles.

En tanto, la etapa mediana es la más peligrosa dentro de un celo omega y es la que más preocupa a Momoi, ya que Kuroko jamás ha sobrellevado un celo en su no tan larga vida. En la mediana, el raciocinio de los omegas desaparece completamente, dejando que la mentalidad de los lobos sobrelleve esta etapa, volviendo a los omegas radicalmente salvajes y agresivos, y no en el buen sentido. Suelen desesperarse gracias al deseo y el calor en sus cuerpos, y mientras no encuentren un compañero o compañera para satisfacer su ansiedad, su nivel de agresividad aumenta al punto de la autolesión inconsciente. Debido a esto que los machos y hembras alfa no suelen pasar el celo de los omegas en esta etapa, ya que las feromonas de los omegas inducen a su propio celo, causando que la marca y el nudo sean posibles, pero en contra de los deseos y voluntades de los involucrados.

Otra de las razones por las que Satsuki se preocupa por su amigo.

Con la ansiedad carcomiéndola sin descanso, la omega decidió consultar con Aomine, esperando que este, como su amigo, comprendiera sus inquietudes, pero el moreno no prestó mayor importancia a las paranoicas teorías de la peli rosa. Aun así prometió estar atento a Kuroko y reportar alguna rareza en su comportamiento o estado físico, pero aquella promesa vacía fue insuficiente para Momoi. Claro que no le podía dejar un encargo tan importante a su relajado amigo de la infancia, de hecho debió haber conversado con Akashi o algún otro sobre la situación de Kuroko.

Satsuki se había dado un golpe en la frente de lo estúpida que había sido.

Por un tiempo, la peli rosa se encargó de estudiar la rutina de su amigo, manteniendo con ella una linda libreta profesional con un unicornio adornando la portada. Era su libreta preferida.

Estudió el comportamiento de Kuroko a una distancia cercana, es decir, al lado de él, persiguiéndolo fuera a donde fuera y hasta donde sus capacidades y horario le permitían. Y aunque la chica tenía buenas intenciones con sus acciones algo extravagantes, los alfas no se sintieron cómodos con su presencia y menos al darse cuenta que su tiempo con Tetsuya se había reducido de manera radical. No estaban más de una hora a solas con su amado destinado y eso los volvía cada vez más gruñones e insoportables. Momoi los entendía, tampoco era su intención robarles su tiempo íntimo como pareja, pero aquella mala sensación no la dejaba estar quieta, en especial cuando su amigo podía salir herido. Pero aunque la peli rosa se mantuvo por casi tres días completos al lado de Kuroko, este no mostró algún signo de rareza o irregularidad, no más allá de lo que Satsuki ya había registrado en su adorable libreta. La única "anomalía" que la peli rosa podía considerar era que a Tetsuya no parecía molestarle su presencia en el grupo. Se mantenía bastante normal cuando ella estaba junto a él, pero se comportaba bastante posesivo en cuanto Momoi interactuaba o se acercaba "mucho" a alguno de los alfas. Para la omega aquello no era muy extraño, ya que todos tenían un poco de egoísmo y celos en su interior, incluso ella podía decir que era posesiva con ciertas personas.

El llamado del omega ||KnB||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora