Quince minutos

2.8K 241 8
                                    

Tim Drake x Reader

-¿Me despiertas en quince minutos? -preguntaste cuando entraste de la nada a la habitación de Tim. El pelinegro, un tanto sorprendido por tu súbita entrada, te miró sobre su hombro con una expresión de confusión.

-¿Para qué rayos quieres que te despierte en quince minutos?

-Para tomarme la medicina. -respondiste antes de soplarte la nariz con un pañuelo. Ahora que Tim te miraba, parecías resfriada, pero suponía que eso era de esperarse cuando nunca usabas el paraguas cuando tenías que usarlo ni tampoco te cuidabas.

-¿Y no puedes poner una alarma y ya? -con ojos casi cerrados, hiciste una cara. Tim supuso que te sentías demasiado mal como para siquiera poner una alarma. Eso o que estabas de vaga de nuevo. -Está bien. Te despierto en quince. -Tim volteó de nuevo a su computadora, en dónde estaba leyendo algunas cosas importantes.

Sin embargo, el sonido de alguien tirándose en su cama, fue lo que lo hizo voltear de nuevo. Solo para encontrarse que el ruido lo habías causado tú cuando te tiraste en su cama. Tim frunció el ceño.

-¿Qué rayos haces?

-Tu cama es más cómoda que la mía. -contestaste mientras te acomodabas como si fuera tu propia cama. Tim parpadeo varias veces. -Regresa a lo que estabas haciendo, yo solo dormiré un rato aquí.

Una vez estuviste cómoda en su cama, te quedaste dormida casi enseguida. Tim te miró entre sorprendido y confundido por unos segundos antes de regresar a su computadora sin decir nada.

Eras extraña de por sí, pero cuando estabas enferma eras peor.

Quince minutos después, Tim te despertó. Saliste de la habitación para tomarte la medicina para el resfriado y luego regresaste con la excusa de que tu gato había acaparado la cama entera. Era mentira, Tim lo sabía porque dicho gato estaba, en ese momento, acurrucado en el regazo de Tim.

Sin embargo, Tim no dijo nada de tu mentira, simplemente te dejó dormir. Y unas horas más tarde, cuando Tim estaba tan cansado que apenas podía mantener los ojos abiertos, colapsó en la cama sin percatarse de que no estaba vacía.

Así fue como a la mañana siguiente, se dieron cuenta de que prácticamente durmieron juntos. Pero si eran sinceros consigo mismos, no les importaba en lo más mínimo.

batman and the robinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora