Compassio

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Juan Cazares, 24 años, estudiante de psicología. 

8 de marzo de 2021

Junto a mi hermano me senté al costado de la ruta de casa. Vivíamos en el medio de la nada, pero eso prestaba a ver ochentamil constelaciones cuando la noche caía, por lo que era perfecto para sacar fotos.

-Che, Juan.

Levanté mis cejas de par en par. Sus palabras parecían cargar con cierta inseguridad -¿Qué paso?

Como imaginé, él tensó su quijada y miró hacia el cielo. - ¿Qué te mantiene vivo?

-¿Y esa pregunta?- Me mofé solo porque él no era de preguntar semejantes cosas de ente filosofico.

-Que se yo, estoy queriendo tirar un tema, no me gusta quedarme mirando la nada, como a vos sí te gusta, pues me parece una pregunta perfecta para hacerte.

No pude no reirme, pero a la vez me tomé en serio el pensar en una respuesta. - Quisiera saber que hay de tí.

-Si te soy sincero, no tengo ni idea.

-Eso es cruel.

-Acá vos sos el psicologo, no yo.

-Bueeeeno, bueno... Entonces dejame pensar. - Me recosté en el pasto y busqué en el cielo las preguntas. Eran difíciles de encontrar, no por que fuese dificil saber que me mantiene vivo científicamente, sino que, filosoficamente, la palabra "ser feliz" me quedaba muy poco ambiciosa como para decirla. De hecho, pensar en ello me apasionaba.

-¿Las chicas? ¿Ser millonario? ¿Ser feliz? - Sin duda el sintió el esfuerzo de ayudarme a buscar esa respuesta.

-Si te soy sincero, en sintesis podría ser eso, pero incluso pensándolo bien, creo que teniendo eso incluso así no estaría conforme.

-No hay choto que te venga bien basicamente.

Solté una carcajada y me incorporé. - No es eso, bobalicón. - Una vez pude calmarme de reirme, apacigüé mis palabras en una bohemia mirada a la nada. Seguramente Gaby pensará que estoy medio drogado o algo así - Es que no creo que sea algo tan fácil. Ni vos ni yo llegamos a ser ricos, tener nuestro Ferrari o la mujer de nuestra vida y aún así sabemos que hay miles que no son felices con ello. Entonces ¿Por qué nosotros lo seríamos?

-¡Ah, cierto!, Siempre me rompes las pelotas con la frase de aristóteles sobre la felicidad. ¿No es por ahi?

-Ahora que lo dices... tampoco. Pero creo que tengo la respuesta.

-¿Entonces?

-La respuesta está en aquello que creo. O... en lo que creo que me hace feliz

- ¿Aquello que creés?

Me relamí los labios, tenía que buscar la forma de explicarle a un bobazo que no se toma nada en serio, cómo funciona mi cabeza.

-Digamos que... Es lo bueno. Creer te lleva a ilusionarte, creer te lleva a ser creativo, a salir de la verdadera realidad. Creer, te lleva a ver la televisión, los libros, y las historias de radio como posibles. Eso... creo que es creer. Y eso es fantástico.

-¿Ilusionarte con algo que no es cierto?

Torcí mi boca en forma de duda y eché mi torso a los lados pensando en una forma de explicárselo mejor - No necesariamente. Digamos que siento... Que creer que conseguir ser millonario, viajar por todo el mundo, conseguir el empleo soñado y estar con el amor de mi vida me hace sentir como si el futuro existe, aunque no exista. ¡Y es cierto, el futuro se escribe, pero no existe! Pero por otro lado no podría vivir con la presión de creer en que el futuro no está preescrito por el destino o algo así. Es como... una realidad dura, que mi cabeza no se permitiría pensar jamás.

-Pero es la realidad.

-Sí... es cierto, pero es como pensar en para qué vinimos aquí. No hay sentido, ni siquiera reproducirse es un sentido pues no se trata de tí mismo. Sino de la especie. Es como pensar en la idea de dios de manera empírica. Es muy duro.

-Pero, repito. Es la realidad en la que vivimos.

-Está claro, pero la cuestión en la filosofía no es solo captar realidades, sino captar aquello que puede hacernos bien, siempre y cuando no afecte a otros. Tu quieres amar, ser millonario, ser varias cosas que a fin de cuentas, te mueven. Y eso es lo bueno de tener las palabras justas para proyectar el futuro: Que podemos creer en ellas, aunque, al igual que el futuro, esas palabras no existen, solo creemos en ellas.

Aún así, Gaby no parecía estar convencido de mi respuesta. 

-Creer en la realidad es deprimente. Y nada de la realidad nos puede permitir avanzar como personas. Si la gente no proyectase, sería imposible crear cosas y vínculos. - Apreté mis puños con ilusión, pensando en todos mis sueños y metas, aquellas que aunque sé que no llegaré siento que están más cerca de lo que parecen.

-Creer es la batería que nos mueve, siento que sin creer, mi vida no tendría ningun sentido de ser.

-¿Querés que prepare un vinito? Se está haciendo tarde.

No me dio pelota, perfecto, típico de Gaby. Prefiero creer que es imposible que entienda, a tener que darle un sopapo por haberme dejado hablando solo.

Supongo que evadir la realidad será sinónimo de creer en cierta forma. ¿No?

-Dale, te espero.

Vidalogía (Album de Cuentos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora