Tres cadenas

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Raúl Domingo Hernandez, cuarenta y nueve años, político

5 de noviembre del año 2025

Miles y miles de voces resonaban por toda la plaza, una enorme cantidad de gente había venido a verme. Estaba detras de un largo telon blanco esperando ansioso este momento. Este momento creo haberlo esperado desde que termine la facultad de derecho. Y hoy estoy acá, para reclamar este puesto. Un puesto que siendo franco, esperaba obtenerlo, y me alegra haberlo hecho.

Pero es hora de convertirse en lo que más odio, por quienes más amo.

-Señor, felicitaciones, en breve saldremos - Me dijo uno

Le asentí a ese hombre de traje mientras mi mirada estaba perdida en el telon blanco, ni le preste atencion, me sudaba la frente y las manos. Las fuertes luces y la enorme aglomeración de gente hacían del sitio un campo de batalla totalmente inestable. Aunque apuesto a que mi sudor era mas por nervios míos que por el calor.
Poco a poco el telón se abría ante mí, y a medida que lo hacia más fuerte se hacian los gritos de felicidad al verme del otro lado . Hubiese deseado tener más tiempo para haberme preparado psicologicamente para lo que estaba por decir, pero el tiempo ya era nulo.

-Gracias, gracias, muy buenas tardes a toda la republica, muchisimas gracias a todos y cada uno de los que están acá, gracias gracias.

Levantaba mis brazos a lo alto y saludaba a mis seguidores, no podía creer la cantidad de gente que me fue a ver. La gente tamborileaba y golpeaba bombos, sonaban bubuzelas y a su vez coreaban mi nombre.
Los gritos los dejé resonar, hasta que cuando ellos poco a poco se iban apagando, me dispuse a hablar. Primero Carraspeé mi garganta y luego empecé
-Muchísimas gracias a todos - Apoyé mis antebrazos en el estante presentador. Detrás de él parecía sentirme mas seguro - Quiero decirles que estoy muy contento por escribir una nueva hoja de esta nacion, una nueva parte de esta historia, como presidente del país, como representante de mas de cuarenta millones de paisanos.

Los festejos aumentaban su volumen y las sonrisas se hacian mas brillantes, parecían amenazar mi integridad, parecía que ellos ya sabían lo que tenía para decir y querian incitarme a autoprohibirme el discurso que tenia planeado.

-Me gustaría ser parte de la historia rica del pais, llegué aquí para hacer esto, gracias a ustedes. Este es mi deber como cara de la imagen de nuestra actualidad señores. ¡Mi imagen esta en ustedes! -exclamé al final haciendo explotar aún mas las gargantas de los espectadores que no paraban de corear y mover sus banderas de lado a lado.

-Pero la realidad, es que un presidente lamentablemente no se compone de una imagen, si no de dos. La espectante, y la democratica - Dije más serio, aunque la gente seguía coreando sin entender nada de lo que yo expresaba en mi seriedad

-Podré empezar diciendo lo que dije en mi campaña - Señalé mi mano y fui enumerando con los dedos cada una - MEJORARÍA los hospitales, MEJORARÍA la seguridad, MEJORARÍA la vida de los ciudadanos, MEJORARÍA el país.

A mis lados, mis guardias me observaban con cara rara cada vez que acentuaba la palabra "mejoraría", supongo, tramándose lo que venía. Eran los mas atentos en ese momento entre toda la euforia.
Procuré no observarlos mas entonces, hasta que acabase mi discurso.

Alcé mis brazos y proseguí dejándolos caer- Pero lo cierto es que no puedo permitir que eso ocurra señores. -Negué - Y no les mentí en ningún momento, es más, no les podría mentir. No habrá lo que ustedes llaman corrupción, simplemente mala gestion de recursos.

-¿Que carajos? - oí decir a uno de los guardias que tenía detrás

Volví a enumerar con mi otra mano - Ya tienen hospitales, pero los ciudadanos mas influyentes tendrán el mérito a disfrutar de su buena medicina. Ya tienen seguridad, pero la realidad es que mayoritariamente todos los policías patrullan por el centro y por las casas de nuestros funcionarios. La vida de los ciudadanos está saldada con miiiiiiles y miles de beneficios que supuestamente mejoran el país - A partir del "supuestamente" no pude evitar no soltar un bufido de risa corto entre medio - Pero lo cierto es que todos los funcionarios debemos tener dinero para nuestras campañas, empresas, publicidades -Levanté mis brazos y prosegui en voz alta -¡MUJERES! ¡OCIOS! ¡CARROS LUJOSOS! y por supuesto, ahorros, que lógicamente debido a los tantos beneficios que damos, sabemos que es impagable para nuestra moneda, y sabemos muy bien que cualquiera con dos dedos de frente debería llevarlo a otro pais en forma de ahorro al dinero, exáctamente como lo hacemos nosotros.

Vidalogía (Album de Cuentos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora