Capítulo 2. Callejón Diagon.

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Hermione

Al día siguiente

Colegio - Orfanato de Londres

Noto que me mueven suavemente. Poco a poco abro los ojos, veo a Caroline, le sonrió, salgo de la cama para ir a asearme y cambiarme de ropa. Bajo al comedor con la maleta, la dejo en el recibidor, está Hagrid y la directora, los saludo y empezamos a desayunar. Hagrid coge mi maleta, me despido de las dos únicas  personas que han sido mi familia durante estos 11 años. Salimos del orfanato, caminamos por las calles de Londres, de repente nos metemos en un callejón, donde desaparecemos y aparecernos en un bar donde las personas van vestidas con túnicas y sombreros puntiagudos, como iba Dumbeldore, el día que los conocí. Todos se me quedan viendo, como si me reconocieran, todo el mundo está en silencio, están asombrados, magos y brujas se me van acercando, yo me escondo detrás de Hagrid.

Mago 1: ¡Es la niña que sobrevivió al Que - No - Debe - Ser - Nombrado!

Bruja 2: ¡No puede ser ha vuelto!

Hagrid me protege y me saca a un patio tapiado. Nos acercamos al muro, y con su paraguas da unos toques a algunos ladrillos que se mueven abriendo el muro y dejando ver una gran callejón muy transcurrido y hay muchas tiendas. Me quedo sin palabras.

Hagrid: Bienvenida al mundo mágico, este lugar es el Callejón Diagon, aquí cada año vendrás a comprar tus útiles para Hogwarts. Primero vamos a Gringotts, el banco del mundo mágico, para cambiar el dinero muggle por dinero mágico, las monedas mágicas se llaman galeones. Yo tengo que hacer ahí un recado.

Nos dirigimos a Gringotts, cuando entramos, me quedo maravillada, los trabajadores son gnomos, vamos al centro de la sala, Hagrid habla con el gnomo del centro. El gnomo coge un llavero con muchas llaves. Nos sentamos en un vagón que nos dirige a gran velocidad a nuestro destino, las bóvedas. El gnomo abre mi bóveda, donde hay una gran cantidad de dinero.

Hermione: ¿Todo ese dinero es para mí? - le pregunto a Hagrid, se ríe y asienta con la cabeza -.

Cojo algo de dinero, mientras veo de reojo como Hagrid le pide que abra la bóveda de al lado. El gnomo la abre y veo que Hagrid se mete en su chaqueta un saquito pequeño, esa acción me intriga pero no digo nada.

Damos gracias al trabajador y salimos de Gringotts.

Hagrid: Segunda parada, la varita. Te acompaño a Ollivander, tengo que hacer más recados, nos encontraremos en la puerta de Ollivander, ¿vale?.

Yo asiento y entro en la tienda, es muy grande. Hay muchas cajitas alargadas, me acerco tímidamente al mostrador, pero no veo al dueño.

Hermione: ¿Hola, Señor Ollivander?.

Estoy nerviosa, miro a mi alrededor hasta que oigo una voz que hace que pegue un pequeño salto con grito incluido, ya que no lo he visto acercarse.

Ollivander: Buenos días jovencita. - Ollivander se me queda mirando y creo que sabe quién soy, porque también se sorprende - Espera un momento, eres Hermione Griffyndor Slytherin Hufflepuff Ravenclaw.

Hermione: ¿Como lo sabe?

Ollivander: Reconocería esa mirada tierna y curiosa en cualquier momento. Conocí a tus padres, eres igual que tú madre, los quería mucho. - su mirada se vuelve triste y nostálgica, pero cambia de tema - Has venido al sitio correcto para comprar tu varita. Espera un momento, ahora vuelvo.

Se va por las estanterías donde coge una caja, saca la varita, mientras me dice de que está hecha, la cojo pero cuando la agito vuelan papeles, tiro más varitas, el pobre hombre se agacha detrás del mostrador, rápidamente la meto en la caja y desviando la mirada me disculpo.

La Heredera de Hogwarts y de Merlín.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora