8. Learning to love, starting to crawl

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Fuimos al velorio. Había poca gente, realmente la que la conocimos. Papá no me permitió entrar a la sala dónde ella estaba. Forceje con él, hasta que pude pasar. Ahí la vi, paz, era lo que veía, apestaba a rosas, había sido una mujer muy querida, pero me sentía tan pequeña. Papá no contuvo las lágrimas, ni yo; pasamos un buen rato ahí, era imposible que eso estuviese pasando, pero mi realidad era otra.
Después, fue el entierro, dónde me despedí de ella, mi corazón se rompía cada vez más cuando el padre decía la oración de despedida, me acerqué al féretro:

"Mami hermosa, te amo con todo mi corazón, y te voy a extrañar mucho. Cuídame mucho y también a papá, te necesitamos, te necesitamos" dije. Pero me rompí en llanto. Ella era muy joven, hermosa, gentil, era muy pronto.

-Aquí descansa Sarah Parker, amada madre, esposa y amiga. Que nuestro Señor Dios la tenga en su misericordia y la refugie en su cielo- dijo el Padre.
Fue enterrada, y de pronto, empezó a llover, fuimos a casa.

Me dolía la cabeza. Papá se ahogó en alcohol en cuanto llegamos. Yo estaba harta. Pasaron las semanas, y no salía de ese mugriento sofá. No me llevaba a la escuela, ni hacía de comer.

Llegó una carta al departamento uno de esos días, él dormía, así que lo abrí, era un cheque de liquidación, es decir, lo habían despedido.

El secreto de la FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora