•~Nuevo héroe por casualidad~• [Rebornplay] CANCELADA

Cap1: ¿Cómo llegaste aquí?

Estaba cojeando, con la ropa rasgada y sucia y con múltiples heridas repartidas por todo su cuerpo. No sabía a donde se dirigía, solo quería encontrar algo de agua o comida para poder sobrevivir.

Estaba pasando por un bosque de arboles de hojas de tonos cálidos, pero el color frío de la noche estaba empezando a caer sobre este, opacando las lindas luces del atardecer anaranjado que se estaba proyectando hace tan solo unos minutos.

Empezó a correr, sabía por experiencia que era lo que sucedía cuando caía la noche, y no lo quería volver a experimentar. A lo lejos vió una casa blanca de mármol bastante lujosa y moderna, iluminada con antorchas a su alrededor, al lado tenía una especie de cultivos y casetas para animales.

Corrió hasta esta, tal vez encontraría algo de comer o pediría ayuda, pero cuando estaba por llegar a la zona que estaba iluminaba una flecha rozó su brazo, rasgando su gabardina y haciendo una herida profunda. Al instante agarró de su cinturón el mango de su espada de piedra, la desenfundó y la sostuvo de manera torpe en frente, dispuesto a enfrentarse con el esqueleto que le había lanzado esa flecha.

Dió dos pasos hacia atrás al ver la silueta de una ornada de zombies con armadura de colores que brillaba (vamos, encantada xd) acercarse hacia el de manera rápida. Se volteó y corrió con dirección a la casa, pero estructuras de metal se desplegaron del suelo y empezaron a tirar pequeñas pepitas de piedra bien pulidas hacia el y hacia los mobs que se hacercaban a la zona.

Corrió y con dos dedos hacia arriba haciendo una seña se desplegó su inventario en forma de una pantalla azul proyectada, seleccionó unos pocos bloques de piedra que aparecieron en su mano para cubrirse de los proyectiles que cada vez le hacían mas daño.

Se sentó con la espalda apoyada en su improvisada barrera de piedra y con la poca fuerza que le quedaba arrancó una de las mangas de su gabardina azul para amarrar su brazo y tratar de parar el sangrado.

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Mientras tanto, un joven de piel morena y mechón color oro estaba en su buncker, recostado en su cama mirando su celular, con su pequeña gallina recostada en su pecho.

Estaba aburrido, quería un poco de acción y aventura. Hace algunas semanas no iba al pueblo, tal vez sería un buen plan para la mañana siguiente ir hasta allí, para distraerse un poco.

Se empezaron a escuchar las torretas de su casa y los mandos de las máquinas se iluminaron en rojo, indicando que estaban disparando. Se levantó extrañado de la cama, retirando a Frederick de su torso y dejandolo recostado durmiendo.

Normalmente los monstruos no se acercaban a su casa, porque no lograban percibirlo desde tan lejos o porque las torretas los localizaban antes de llegar a su zona. No creía que fuera alguno de sus compañeros, puesto que era de noche y ellos no se arriesgarían a ir hasta la lejanía de su casa en el peligro de la noche seguramente solo para pedirle un favor, como siempre.

Subió las escaleras a paso rapido y miró desde su ventanal de cristal delantero, no lograba ver nada, solo una pequeña estructura de piedra y un nickname que no conocía.

Se alteró, su mechón se prendió en fuego al igual que sus ojos, su mano empezó a brillar y una mancha anaranjada apareció desde su frente hasta su mejilla. Se arremangó la sudadera y corrió hasta su puerta, abriendola rápidamente con una simple mirada de su ojo a los scaners, vió a lo lejos a todos los monstruos y con sus dos manos lanzó una llama de fuego, para quemarlos y que dejaran de molestar.

Casi nunca usaba sus poderes de fuego, ya que le parcía ineserario y solo se activaban cuando estaba en una situación de peligro o se alteraba de más.