Cap7: Un día lindo.

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Como el otro día, despertó en una cómoda cama. Se removió un poco y abrió los ojos, aunque se extrañó al notar que no estaba en la habitación en la que Auron lo había dejado dormir en su primera noche.

Se levantó y estiró las cobijas, dejando la cama medianamente hecha.

Miró el pequeño reloj de manecillas que estaba colgado en una de las paredes del cuarto, había despertado a las 9:43a.m.

Caminó hasta la puerta de la habitación y la abrió, notando que estaba en el segundo piso de la moderna casa de Auron.

Bajó con cuidado las escaleras, se sentía mareado y algo desorientado. Al llegar al primer piso, caminó hasta la cocina, intentando encontrar al de mechón dorado.

Pasó por el arco que dividía el comedor de la cocina, y pudo ver a la pareja de chicas que había conocido ayer, conversando y tomando café. Mónica estaba sentada en el mesón de la isla, mientras que Lana estaba sentada en una de las sillas negras con los codos sobre la mesa.

-Buenos días.- Dijo hacercándose a ellas.

-Buenos días.- Saludó de vuelta Lana.

-¿Qué haces aquí?- Mónica preguntó confundida, frunciendo el ceño. No esperaba allo chico nuevo en la casa de su esposo.

-Auron me trajo aquí. Ahora mismo no tengo donde dormir.- Respondió tranquilo, Mónica solo asintió.-
¿Saben dónde está? Me gustaría hablar con el.

-Dijo que se iba a la biblioteca del pueblo, hace como una hora.- Respondió Lana, robándole la palabra a Mónica.

-Vale, muchas gracias. Hasta luego.- El castaño bajo su cabeza como signo de agradecimiento y se retiró algo rápido, subiendo escaleras arriba, entrando por la puerta de la que había salido, esperando encontrar allí sus pertenencias.

Se arregló para salir, colocándose su gabardina y sus botas. Sabía que no podría salír por la puerta principal, pues estaba cerrada y era imposible que abriera el, así que, simplemente, abrió y saltó por la pequeña ventana de su habitación. Puede que no supiera como manejar una espada, pero vaya que había saltado y trepado muros, escapar de monstruos al final le traía cosas buenas.

Miró hacia los lados, recordando por dónde había llegado a la casa de Auron desde el bosque hasta allí.

Decidió caminar hacia la derecha, si seguía todo recto seguro llegaba a algún lado.

Pasó por el pequeño río de ayer, así que seguro estaba yendo bien.

Caminaba y caminaba, vaya que el pueblo estaba lejos. Pensó un momento en que estaba equivocado, y que ahora mismo estaba caminando en dirección contraria. Pero, antes de dar la vuelta por donde había venido, logró ver a Rubius un poco lejos de donde estaba, miró hacia arriba y vió la isla flotante del mismo. Corrió hasta allí, obviamente el sí sabría cómo llegar al pueblo.

-¿Reborn?- Preguntó extrañado Rubius, al verlo correr hasta el.

-Buenas.- Saludó con un pequeño asentimiento de cabeza.- ¿Me podrías indicar en qué dirección está el pueblo?- Preguntó educado, esperando una respuesta.

-Ah, si, mmm... Es todo recto para allá.- Señaló con su cabeza.- Pero, ¿te vas a ir caminando?- Preguntó algo obvio.

-¿En qué más?, coño.- Dijo con gracia y sonrió. Al parecer hoy se había levantado de buenas.

Rubius solo soltó una leve risa.

-¿No quieres que te lleve? Yo también voy para allá.- Ofreció sonriendo, estaba a punto de despegar a la casa de Vegetta cuando llegó el castaño.

•~Nuevo héroe por casualidad~• [Rebornplay] CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora