Después de la pandemia del coronavirus y todas las teorías acerca de posibles vacunas, se vuelven realidad, curando a casi un sesenta porciento de la población mundial, pero eso aún no ha detenido los contagiosa si no hasta principios del 2022 donde...
Edificio Principal 'Hyundai Motor Company', Seocho-gu, Seúl, Corea del Sur.
Hora: 10:20 a.m. 0604XX
— E-eso fue lo que viste... ¿Cierto?
Sus manos temblaron y sus piernas no pudieron más con su peso dejándolo caer al suelo, llevó sus manos a su rostro ocultando las lágrimas y el miedo que lo lleno al haber imaginado a Jungkook, ahí, en ese suelo, con la piel pálida y sus hermosos ojos sin vida.
— H-había v-visto... a... a... J-Jungkook a-ahí en e-el suelo... m-muerto... y s-sin... y s-sin... — Sus sollozos ya no lo dejaban hablar, sintió como unos brazos lo rodeaban desde atrás y supo quién era.
Jungkook lo estaba abrazando, sentía como su corazón palpitaba por miedo, miedo a verlo sin vida, al igual que paso aquella vez, cuando vio esos pequeños ojos negros sin ese brillo característico de él, tan hermoso y resplandeciente.
— L-lo siento, lo siento... Yo ya estoy bien... — Se volteó observando aquellos ojos brillosos y tan profundamente negros que sentías que te llenaban por completo. — No te preocupes... — Un sonrojo adorno las pálidas mejillas de Jungkook en cuanto sus miradas conectaron.
JiMin retiro las manos de los hombros del azabache y se levantó con cuidado, tendiéndole una mano a Jungkook la cual tomo con fuerza, ambos se enderezaron y observaron a los demás quienes se hallaban mirándolos también.
— ¿Ahora a dónde iremos? — Preguntó Jin, quién observaba a ambos menores de hito en hito.
— Uhg... — Un suspiro fue lo primero que se formó. — Debo ir primero a la comisaria para investigar qué fue lo que sucedió con el ascensor, y esperar que las familias de los...fallecidos no me caigan con miles de demandas que afecte a la compañía. — Jungkook habló como el responsable de la empresa en la cual estaban y donde sucedió el accidente, tenía que hacerse cargo de todos los problemas que le vendrían por esta situación. — HoSeok y...Christopher por favor acompáñenme a la oficina y ustedes...
Jungkook susurro lo último observando a SeokJin y a... JiMin...
— No se preocupes, nosotros nos iremos en cuanto todo se resuelva y terminemos nuestro trabajo... ¿Verdad? ¿JiMin? — Jin giro su mirada para ver como JiMin observaba a Jungkook, con pena y algo más que no descifraba.
"¿Por qué tenía que tomar esa actitud? Hasta hace minutos había tomado su mano ya ahora... no, no JiMin, ni siquiera tienes que pensar de esa manera, él ya no es parte de tu vida, no lo es, ya pasaron tres años..."
Sus pensamientos volvieron a atormentarlos y antes de poder controlar lo que diría ya su boca se hallaba abierta.
— Sí, es cierto... No te molestaremos más... — JiMin mascullo eso ultimo antes de avanzar a paso veloz arrastrando a su Hyung de la mano dejando a los otros tres detrás.
Corrió y corrió a paso veloz, cerrando su mente y no queriendo escuchar más nada.
Diviso la puerta por donde habían entrado, tomo la manilla y...- — ¡Detente JiMin! ¡¿Cómo es eso de "No molestarme más"?! ¡Tú eres un testigo! ¡No huyas cada vez que tengas miedo!
—¿Huir? ¿¡Miedo?! — JiMin se volteó para observar como un Jungkook todo sudado lo veía alterado y molesto. — Yo...
Las palabras se cortaron de su boca cuando... algo lo detuvo. Sonidos extraños venían desde la puerta, gruñidos, gemidos y sollozos de muchas personas.
Se escuchaban los gritos de la gente al otro lado era como animales agonizando.
— ¿Q-qué está sucediendo? ¿Qué está pasando? — Muchas preguntas soltaban todos a JiMin como si el supiera lo que ocurría en aquella situación. — ¿JiMin viste eso? ¿Qué sucede? ¡JiMin reacciona!
— ¡No lo sé! — Gritó haciendo que todos se callaran y el sepulcral silencio hiciera que las voces y sonidos del otro lado se oyeran más estruendosas los gemidos y gruñidos.
— Jiminie... — Una voz suave lo llamó, cuando volteó la mirada sus mejillas fueron acunadas por las cálidas manos de Jungkook quien lo observaba con sus esferas brillantes de preocupación pero que a la vez le brindaban absoluta paz a su interior. — Respira... sé paciente... respira conmigo...
Jungkook retiro una de sus manos para agarrar la de JiMin y llevar la suya a su pecho, donde sintió la respiración del menor y su calmado palpitar. Lo miró a los ojos. — Jiminie... respira... uno, dos, tres... respira...
Le hizo caso y respiro al unísono con él, siempre admirando aquellos encantadores luceros. — ¿Estas mejor?
— S-si...— En los pocos minutos que llevaban mirándose los tres restantes les prestaban atención a ellos y a los sonidos que se hacían más y más cercanos. — No sé lo que está pasando, pero estoy muy seguro que lo peor que deberíamos hacer es ir por esa puer-...
Un golpe y dos golpes, sonidos chirriantes y escalofriantes, susurros y gruñidos se oían y más y más golpes venían mientras más ruido había.
Todos se alarmaron, gritos y preguntan saltaban en el aire y nadie sabía qué hacer.
Se escucharon dos golpes más y los sonidos cesaron, todos se miraron entre ellos. — Vámonos de aquí...
JiMin jaló a Jungkook de la mano para bajar las escaleras mientras los otros lo seguían.
— No, es mi empresa de la que estamos hablando, no la voy a dejar así, tengo que saber lo que está pasando aquí... — El menor se detuvo saltando el agarre de su mano bruscamente.
— Jungkook, si es algo peligroso lo que está ahí afuera no te dejare ir, así fuera tu empresa, no te abandonare otra... vez... — JiMin observo todo demasiado rápido.
Jin gritando mientras la puerta se derrumbaba y seres extraños, con piel morada y protuberancias en ella como quemaduras salían gritando y sollozando, corriendo lanzándose encima de ellos devorándolos, mientras más y más de esas creaturas venían creando el terror a su alrededor y devorando todo a su paso, devorando a... Jungkook.
— ¡JiMin! ¡JiMin! — La niebla que nublo su vista se disipo y observo como SeokJin lo zarandeaba para que despertara. — Otra vez te fuiste a tu mundo, gritabas y decías que pararan, ¿Qué viste?
Un golpe más fue el que los hizo voltear a la puerta. — Hay que irnos.
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