Capítulo 9

7 0 0
                                    

—¡Nadia!— doy un brinco del susto— ¡Dimi! ¡Bajen a cenar o si no, ya no cenarán!— mi madre grita, aunque su voz suena cálida y dulce.

—¡Bajo en unos cinco minutos!— grito.

Trato de esconder el libro en un lugar seguro, debajo del colchón de mi cama —nadie moverá eso— y acomodar las cajas para que no se note el pedazo de concreto que falta, una vez puestas en su lugar, me siento en la cama para descansar un poco, últimamente no he hecho tanto ejercicio y mi cuerpo se ha acostumbrado a ello.

Cierro los ojos por unos segundos hasta que siento unas pequeñas manos en mis piernas, es Michael.

—¡Nana! Vamos a comer— me ordena con palabras incompletas pero entendibles, su ceño fruncido me provoca querer tomarlo de las mejillas—. Mami te va a pegar y te va a dejar afuera con la bruja— río ante su comentario, él me toma de la mano para bajar.

Trato de bajar lento, su paso es rápido, me es adorable ver su cabeza con el cabello un poco arriba de sus ojos grandes, esa pijama de pingüino lo hace ver cómo el rey de la lindura al menos para mí. Todos en la mesa ya se acomodan yo hago lo mismo, Dimitrio llega unos segundos después.

—¿Cuándo vas a dejar a tu "nana" en paz?— le pregunta mi madre—, nunca te ha dejado sola.

He perdido parte de mi tiempo en familia, hace mucho que no sentía felicidad que yo misma pueda compartir y expresar.

—Dimitrio— él mira a mi padre en cuanto pronuncia su nombre— ¿de casualidad no sabes dónde está el collar de Nadia?—. Él niega se encoge de hombros negando con la cabeza.

—¿Collar?— pregunto.

—Era una aventurina en forma de sol que compraste hace unos años en un viaje a las afueras de la ciudad, desde... que tuviste el accidente no te lo he visto— comenta mi madre procurando no tocar mucho lo segundo.

Dimitrio les lanza una corta mirada a mis padres, como si desaprobara la pregunta. Doy un bocado a la carne para después interrumpir el momento incómodo.

—No se preocupen por ello, apenas he tenido tiempo para descansar con mis estudios y la actividad extraescolar— sonrío, Dim y yo sabemos que parte de lo que digo es mentira, pero mis padres me protegen demasiado.

Agradezco que él me cubra.

Todos platicamos sobre distintas experiencias en casa, desde que le rompí un diente a Cristian, las veces que ayudaba con los deberes de Alexa o cuando Michael era un bebé le daba su biberón, incluso me vomitó en la boca.

¡Qué asco! ¡Ja, ja ja!

He ido a la cama con una sonrisa pensando en qué me depara mañana.


3 de septiembre de 20XX

Sigo dando lectura a la libreta:

"?/01/XX

Hoy estoy decidida, le diré la verdad, no quiero seguir aguantando sus engaños y manipulaciones".

"04/02/XX

Accedí a ser algo más para Ismael

Hubo un gran silencio. No dije nada, tan sólo me acerqué a él para despedirme con un beso apasionado, no describo más ja, ja sólo sé que su reacción fue muy buena.

Necesito olvidarlo...

9 días..."

—Bueno...— me digo a mí misma entre susurros—. Hay distintas cosas que no entiendo, por ejemplo, ¿en serio pude escribir lo que pasó ese día con algunos detalles? Siento una grandísima vergüenza al leer esto pero me extrañan varias cosas, no tiene sentido una cosa u otra.

El receso termina, finjo lavar mis manos. Una desventaja es que en este tipo de escuelas no hay espejos, por lo que no puedo ver si mi cabello luce desarreglado, dejo de quejarme, acomodo el broche que suelo llevar en mi cabeza.

Escucho unos pasos y la puerta de uno de los cubículos abrirse, no hago caso hasta que esa silueta se acerca a mí.

—Veo que te gusta esconderte de mí, me preguntaba dónde estabas— su voz me toma por sorpresa, no debería de estar aquí, al menos no tan pronto, es más, ni siquiera en el baño de chicas.

¡Mierda!

Volteo a verlo, sus pasos resuenan por el lugar acercándose a mí, espero que no haya nadie dentro o tendré varios problemas.

—No deberías estar aquí, Elías— tomo el bastón para salir.

—¿Lo dices por mí o por ti?— me detiene obstruyendo la salida, sonríe mientras intenta contener la risa.

—¿Por qué debería decirlo?— frunzo el ceño, ahora siento que perdí tiempo al cuidar de él—, debo irme, mueve tu cuerpo hacia el lado derecho, por favor— ordeno.

Ante todo, la elegancia, o lo que sea que signifique lo que digo. Hace caso a mi orden, no dudo en avanzar.

—Sólo quería agradecerte— me detengo mientras espero a lo que dirá—, sé que no estoy en condiciones de hablarte pero me alegro de que sigas siendo la persona que me ha ayudado.

Me quedo sin palabras. Recuerdo las de Edder, se aisló del mundo después de lo nuestro, porque sí, tuvimos una historia hace algo de tiempo.

—Elías...— digo—, en ese momento dejé de lado mis sentimientos, sólo quería ayudar, me agrades o no, es parte de mí— volteo a verle—. Eso no quiere decir que podamos hablar como si nada hubiera pasado, aún así— tengo un nudo en la garganta— me alegro de que mejoraras.

Ese nudo en mi garganta es por la culpa, debí cuidar de él antes, ¿dónde estuve yo cuando su mundo caía?

Estoy decidida a irme cuando sus manos me acercan a su cuerpo en un abrazo, recuerdo parte de sus caricias, su perfume y la dulzura con la que me besaba. Fuimos novios tiempo atrás, por ello, ese día me buscó.

El sudor en mis manos incrementa, mis mejillas queman con más intensidad. El deseo culposo de volver a sentir sus labios junto con los míos... Es un completo martirio.

Su mano levanta mi rostro, siento su respirar en mi nariz.

Lo separo de mí, porque sé que si seguimos así, volveré a enamorarme.

Salgo del lugar con rapidez, pensando en todo lo anterior.

No mires hacia atrás, quiero dejar el pasado atrás, no puedo mirarlo. ¡No debo mirarlo!


(...)

Siento que Nadia representa lo que sentí cuando quise mucho a alguien pero ella nunca me quiso:'c


Pd: Quizá este sea el último capítulo que suba, ya que por razones personales (y algo estúpidas), daré de baja esta cuenta. Por ello, si les gustaría ver los siguientes capítulos, no olviden seguirme en la cuenta secundaria, está en mi perfil:D

Dom, el achicopalado.

Derecho a Olvidar (piloto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora