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Sus maletas ya se encontraban ubicadas en la parte trasera de la camioneta, el sol yacía en su mayor esplendor quemando con su rayos su tersa piel blanquecina. Hace algunos momentos había llegado a la parada del pueblo, y al llegar, lo primero que diviso fue a su primo, quién ya lo estaba esperando para llevarlo de regreso a casa. El término casa, había sonado un tanto extraño para él.

ㅡ¿Eso es todo?ㅡ preguntó Ian antes de encender el motor con vista a la Hacienda donde parte de su familia los esperaba.

ㅡSíㅡ respondió el contrario mientras se terminaba de abrochar el cinturón de seguridad a la par que la camioneta comenzaba a avanzar en dirección a una desolada carretera que los llevaría por un extenso camino y soleado a Heights.

ㅡ Aún recuerdo cuando el pequeño Jimin no quería irse a la ciudad, eras toda una monada en ese entonces.ㅡ inicio hablando con la mirada puesta en frente y las manos en le volante. Jimin lo miraba por segundos ㅡ ¡Y mírate ahora!, eres toda una belleza provocadora y sensual.ㅡ las mejillas de Jimin se tornaron violentamente de un color rosa. Se sentía avergonzado, y mucho.

ㅡ¡Pero que dices! ¡Soy el mismo Jimin!. ㅡ discutió él, era consciente que había cambiando, pero no tan exagerado como lo describía Ianㅡ Solo e cambiando un poquito.ㅡ murmuró aún siendo audible para los oídos de su primo, causándole gracia al mayor. Estar con su primo era cálido y acogedor. Se sentía libre. Para Jimin, era como si el tiempo no hubiera pasado.

Una mano desprevenidamente se posó en la cabeza del castaño, y este por inercia giró rápido en su dirección para verle.ㅡ Estoy feliz que estés de nuevo en casa pequeño, la abuela y los demás estarán contentos de tenerte aquí, te hemos echado de menos. Hiciste mucha falta. ㅡ concluyó alejando su mano y volviendo la atención al frente. Por lo qué, el castaño decidido mirar a la ventana de al lado.

Se había ido de Heights cuando apenas y tenía 6 años, para ese entonces su madre había conseguido un trabajo en Boston obligando a irse con ella. No alberga muchos recuerdos de lo que vivió en su infancia, pero si atesora lo poco que recuerda de ellas. Actualmente cursa los veinticuatro años, hasta entonces había llevado una espléndida vida, se había graduado hace un año en la carrera de Medicina ocupando uno de los mejores puestos, lo que le ayudó a conseguir un trabajo de inmediato al graduarse, ¿Si todo le iba bien, porque huyó de la ciudad?. Para Jimin no era grato contarle a nadie lo que había sucedido en la ciudad.

Era una persona tímida pero de carácter fuerte, eso sin duda lo heredó de su madre. Y fue ella, quién al enterarse lo que había sucedido con su hijo, en respuesta y solución fue enviarlo de regreso a la Hacienda Heights, allí se mantendría ocupado y podría pensar mejor las cosas. Elein, su madre, prometió no decirle a nadie de su paradero, no hasta que su pequeño y terco hijo aclarara su mente.

Jimin se fue con esa idea. O bueno, eso se mentalizaba hasta ahora.

La familia de su madre era muy unida; y fue por eso que al enterarse que estaría de nuevo en Heights, ellos contactaron con él para acordar el día y la hora que llegaría a la estación. Se sorprendió mucho cuando vio a su primo Ian cruzado de brazos apoyado sobre la parte delantera de la camioneta. Jimin podia reconocer que el tiempo habia favorecido en su totalidad a Ian. y cómo no decir eso, si con solo ver al hombre con una camisa manga cero y unos pantalones negros que se ajustaban bien a sus tonificadas piernas junto a unos botines marrones, le daban un toque seductor de primera. Jimin estaba seguro que tendría a un montón de mujeres detrás suyo.

ㅡLlegamosㅡ avisó Ian al estacionar la camioneta en la puerta de la Hacienda, Jimin posó la mirada en el lugar, sorprendiéndose nuevamente al ver lo irreconocible que estabaㅡ Están esperando por ti. Andando muchacho.ㅡ ordenó el mayor bajando del auto.

Temptation in the Heights ゃ ❝KooKmin❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora