Wabi-Sabi || La belleza de avanzar - AU Bumbleby (T1)

Capítulo 38.-

Seguimos caminando con Blake un largo trecho en silencio después de dejar a Ruby y a Weiss en el lobby, para que fueran a ver su asuntito con Glynda y el director Ozpin, ambas muy esperanzadas del permiso especial que esperaban que se les diera por el riesgo de la misión a la que pensaban acudir. Tanto mi querida compañera como yo, deseándoles suerte antes de su partida. Ruby comenzando a acobardarse tras decir "Adiós, Yang" por tercera vez.

Weiss tomando cartas en el asunto mientras agarraba el brazo de mi ángel e imitaba sus palabras diciendo "Si, si, si, adiós, Yang... nos vemos, Blake".

Ella respondiéndole un "Eh" mientras las observábamos irse a rastras y bullicio al encuentro. Ninguna dijo palabra alguna hasta que salieron de nuestro campo de visión, y una vez que lo hicieron, me gire hacia Blake, solo para encontrarla seguir mirando hacia el camino que habían tomado con cierta nostalgia en sus ojos.

–¿Estás bien? –le pregunté preocupada.
Blake pestañeando una vez antes de verme y comenzar a voltearse para seguir– Si... si, vamos.
–Vamos...

Ninguna de nosotras diciendo algo para romper el silencio que nos acompañaba, simplemente caminando al lado de la otra a través de los pasillos, las escaleras e incluso los cuartos. Saludando de vez en cuando a algún compañero, o por mí parte advirtiéndole a las personas cuando bloqueaban el camino.

Blake agradeciéndome esos instantes por sobre su hombro.

Yo me encogía con los míos ante sus palabras.

Así fue hasta la esquina que daba a "nuestro" pasillo, el que nos llevaba al cuarto y por ende a las camas y... ¡POR QUÉ ESTOY PENSANDO EN LAS CAMAS!

Dioses, Yang.

Suspiré, deteniéndome un segundo y llevando una de mis manos a mi rostro para sobarme la frente. Al ver que Blake continuaba su camino, aprete mi mano delante de mi cara antes de llamarla. Mi voz saliendo un poco más fuerte de lo que esperaba, y desesperada.

–Blake... espera. –dije lo segundo ya con más calma y mirando hacia otro lado.

Logrando la reacción que esperaba, ella detuvo su andar y se volteó hacia mí, al verme detenida se puso en una posición más relajada y de frente hacia mí.

–¿Qué ocurre? ¿está todo bien?
Respiré profundo– Seh... si, digo –tragué–. Necesito hablar... contigo de un asunto. La verdad.
Blake parpadeando un par de veces antes de acercárseme un poco más– Dime.

Carraspee mi garganta antes de continuar, de pronto, todas mis energías y confianza siendo drenadas de la nada. Sintiendo algo de pena por continuar.

La verdad era que me había quedado en blanco.

–Eh... –volví a carraspear.

El cabello negro de Blake bajando un poco más de un lado de su cuerpo al ella inclinar la cabeza a la espera de mi respuesta.

–¿Tiene que ser ahora, Yang? –dijo entre dudas y señalando detrás de ella con el pulgar– Necesito hacer mi... guardar mis cosas.

Cerré los ojos con ello, apretando los labios un poco mientras me los lamía dentro de mi boca.

–No tomaré mucho tiempo –comencé a decirle de a poco– Lo juro.
–Okey, te escucho.
Tragué– Uff, okey, aquí voy –dije en voz baja para mí misma y volví a inhalar una buena bocanada de aire– ¿Por qué no me dijiste que te ibas a ir?

Mis palabras sorprendiéndola al parecer pues abrió sus ojos un segundo y los cerró lentamente mientras me miraba con seriedad.

–Te ibas a enterar de todas formas.
–Eh, si, pero no por ti ¿o sí? –le pregunté con una risa forzada– Digo –la interrumpí– ¿Pensabas decirme, Blake? ¿En algún momento quizás entre hoy y mañana?
Vi a Blake bajar los hombros al igual que la mirada– Yang... yo...