Capítulo 16.-

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-Mueve tu... agh, muévete de la cama, Yang -escuche decir a alguien irritado.

-No... -Replicaba— Cinco minutos más...

-YANG -dijo en tono firme— Levántate de la cama. AHORA.

-Ammmwwwwwaaaa -hice un ruido amorfo. El frío inundándome mientras la figura de alguien de pelo oscuro y largo se giraba y me daba la espalda, escuchando de su parte un "como quieras"; al mirar en su dirección, su figura se alejaba de mi cama poco a poco mientras caminaba lentamente hacía la silla que tenía a su lado, levantando de está algo blanco hacia su rostro— ¿Mamá?

Desperté inmediatamente en el sueño, mi madre sin voltearse tras escuchar mi voz llamándola, tomo de su armario una espada alargada y se la fijo en la cintura, mientras yo corría hacia ella con mis pequeños piecitos y sostenía su brazo con firmeza. Cerré los ojos para sostenerme incluso con más fuerza, ella tratando de separarme alejando su brazo de ella para ver si así caía. Negué sin mirar hacia arriba. Ella tampoco dijo nada. Forcejeo unos minutos conmigo hasta que se detuvo unos minutos, escuche el sonido de su arma caer al suelo, su otra mano pronto envolviendo mi hombro en modo de un abrazo. Me acaricio mi espalda unos segundos y logro hacer que relajara mi cuerpo con ella.

Grave error. Pues pronto me empujó hacia atrás.

Me hice daño en mis pompis y cuando levanté la vista, vi la máscara que portaba. Trate de levantarme rápido del suelo, pero estaba en un pequeño y descoordinado cuerpo y ella en un rápido movimiento blandió su espada y desapareció. Mi pequeña mano quedando extendida en el aire mientras mi mente trataba de procesas las imágenes, siendo tan pequeña en edad, no lo conseguí.

Tai llego corriendo a los minutos después, sudando y jadeante. Miro el cuarto, la cama con las sabanas abiertas y luego al verme se lanzó al suelo, me atrajo a su cálido cuerpo y oculto mi rostro en su hombro. Diciendo las palabras más dulces que hubiese escuchado a esa edad, con un dolor que nunca comprendí sino hasta muchos años más tarde...

-Ustedes, parcito, ya levántense de una maldita vez de la cama -escuche decir a Weiss a un lado.

Ruby hizo ruidos de resistirse mientras se apegaba más a mí, ocultando su rostro en mi pecho, sus manos cruzadas frente a ella, las sentía sobre mi pijama. Tenía mi brazo estirado, así que fui desplazando mi mano hasta Ruby, tocando su espalda para abrazarla. Ella abrazándome también.

Weiss furiosa, pesco con sus dos manos la ropa que colgaba de la cama, escuché como sonreía y pronto sentí como jalaba la ropa.

-DIJE QUE SE LEVANTARAN.

Tanto Ruby como yo retorciéndonos en la cama por la corriente helada de aire que nos llegó.

Nos abrazamos con más fuerza y yo, ya despierta, gire mi cabeza hacia donde estaba Weiss.

-¡TIENES BIEN MERECIDO EL APODO, TU, ICE QUEEN! -le grité.

Ruby comenzando a reír de la nada mientras se sentaba en la cama, miraba hacia donde estaba Weiss y con una amplia sonrisa —y no es coña, SI TENIA UNA AMPLIA SONRISA— termina de destaparse los pies, antes de salir de un salto de la cama.

Las mire incrédula mientras hacía gestos con las manos y el rostro.

QUE-LES-PASA-POR-LA-CABEZA.

-Andando -dio un movimiento con su cabeza para indicarme que me fuera— Afuera.

Me senté como hizo Ruby minutos antes, la mire a los ojos, mire las ropas de la cama en el suelo, baje los hombros e incline la cabeza en su dirección.

Ni de broma me vas a sacar de la cama con este frio, pensé.

Pareció leer mis ideas porque rápidamente se estaba inclinando para recoger las mantas, fue una verdadera lástima que mi mano izquierda la empujara del hombro hacia atrás, mientras con la derecha recogía la ropa y las subía a donde yo me encontraba. Volviéndome a cubrir.

Wabi-Sabi || La belleza de avanzar - AU Bumbleby (T1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora