Capítulo 23.-

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Con las chicas llegamos corriendo en el momento en el que vimos el humo desde la villa en la que nos encontrábamos, el aire pesado, las casas ardiendo en llamas de un inusual color verde y naranjo, las estructuras cediendo al debilitamiento de la madera ante las llamas. Weiss, Ruby y Blake lanzándose inmediatamente a apagar de la manera en que podían el fuego que se extendía; Blake disparando con su arma los cartuchos de hielo que Weiss le entregaba antes de las misiones. Weiss por su parte, generando sus glifos en el suelo, donde creaba manos gigantes, de esas mismas características de hielo, para sostener a tiempo una casa que se destruía, dando el tiempo suficiente a las aves que se encontraban en una jaula para volar en el momento en que el dedo meñique de su creación les levantaba la puerta de su jaula.

Mi cuerpo no se podía mover ante tal desastre, no había personas ni faunos alrededor gracias a los dioses, pero eso no tardó mucho en cambiar, al parecer todos regresaban de sus labores en el campo.

Vi a alguien corriendo cerca del final del pueblo, donde las llamas aún no se propagaban. De por si eran pequeñas las figuras así que fui por donde los había visto, al girar en una reja de madera las llamas aparecieron de la nada frente a mí, niños pasando a mi lado y logrando que cayera hacia atrás. El hogar que antes se encontraba intacto ahora era consumido por el mismo color de las llamas, una última figura paso a mi lado, su rostro encapuchado.

-Espérenme –grito la figura, su voz algo dulce.

¿Una niña?

Se sostenía su capucha con su mano derecha y antes que se escapara le sostuve su pierna. Ella deteniéndose con terror, trato de forcejear conmigo, pero me levante del suelo a tiempo. Como aún sostenía su pierna la levanté del suelo y su cuerpo cayo por el peso y la gravedad, estando más que asustada, comenzó a pedirme que la soltara.

-¿Ustedes hicieron esto? –le pregunte algo mosqueada.
-¡Suéltame! –grito.

Una llama llegándome a los ojos, abrí la mano que la sostenía y escuché como caía, tuve que retroceder mientras me frotaba los ojos. Ellos sacándome de quicio, mis ojos se convirtieron en rojo mientras los buscaba, la "niña" que había visto corriendo ya a varios metros.

-Hey, espera ¡OYE!

Iba a comenzar a correr cuando Ruby llego a mi lado.

-¡Yang! Necesitamos apoyo adelante, están llegando Creeps, Beowolf y un Beringel. Los civiles están desprotegidos.

Miré por donde habían desaparecido esos críos, apreté mis dientes y los puños para luego volver a mirar a Ruby.

-¡Está bien! –grite.

Usando mis armas para impulsarme en el salto, comencé a correr por los tejados, evitando por donde las llamas escapaban y no quedándome el suficiente tiempo para que el techo no colapsara con mi peso inmediatamente. Al llegar al inicio del pueblo, una joven dama vestida con short y una camisa se cubría del ataque del Beringel. Este Grimm golpeando su pecho antes de levantar sus gruesas manos para dar un puñetazo, dispare hacia atrás y me impulse nuevamente, moviendo mi brazo derecho para atrás, en el momento en que la criatura bajaba con fuerza sus puños, yo le propine un derechazo en su mandíbula, empujándolo hacia un costado. Dando una voltereta en cuanto aterrice.

-Muchas gracias –me agradeció la señorita.
-NADA DE GRACIAS ¡CORRE, AHORA! ¡VE DONDE MIS COMPAÑERAS ESTAN HACIENDO EL PERÍMETRO SEGURO! –ella me miraba con sorpresa y terror. Colmando mis nervios más de lo que ya estaba— ¡YA!

Y dispare al suelo.

Ella comenzando a correr.

Al girarme en dirección de las criaturas, el Beringel se encontraba junto a tres Creep. Saque de mi bolsillo la munición de Ember Celica. Elimine los cartuchos que ya había utilizado, lance mi munición al cielo y en un rápido movimiento de manos volví a cargar mi arma.

Wabi-Sabi || La belleza de avanzar - AU Bumbleby (T1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora