Capítulo 28.-

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Era presa del sueño, y no sabía en qué momento esto había ocurrido, pero ahora, apenas si despierta, me encontraba en lo que creía era mi cama, con los ojos medianamente abiertos podía visualizar las sabanas cubriéndome junto con el resto de ropa. Viendo con mi ojo derecho una capa blanca en el mismo como si estuviera fuera de él, superficialmente; estaba de vez en cuando cada vez que pestañeaba, quitándose al tiempo de dejar de hacerlo, y luego lo repetía y el ciclo volvía. Inspire un momento, mis fosas nasales embriagándose con un dulce aroma a lavanda y tierra mojada. En parte, era ese aroma el que me seguía manteniendo presa del cansancio y la flojera, el sueño ganando cada vez más la batalla que luchaba por despertarme. Un calor ajeno al mío aumentando el somnífero en mi cuerpo.

En mi segundo intento por recuperar la consciencia pude ver unos ojos ámbar, preciosos ojos que me miraban curiosos y llenos de destello, una llama apareciendo en ellos cuando su boca levemente abierta se cerró con fuerza, apretando los labios en lo que parecía una mueca.

Mis ojos otra vez ganaban la batalla, cerrándolos aun cuando mi consciencia gritará que me mantuviera consciente.

¿Siquiera me encontraba despierta?

No lo sabía con certeza, mi mente divagaba entre estarlo y no estarlo.

El calor que venía de otra parte me cubrió, una suavidad añadiéndose a la montaña de sensaciones que sentía. Trate de abrir los ojos, sin conseguirlo a primera instancia, un segundo intento, luego un tercero y posteriormente un par de parpadeos con dificultad y nuevamente me encontraba en lo que parecía, debía serlo, un sueño.

Me acomode un poco más cerca de la cálida y hogareña sensación. Percatándome momentáneamente que no podía mover mi brazo izquierdo, aunque dada la situación tan surrealista en la que me encontraba, poco me importaba en ese minuto. Mi brazo libre lo pase por sobre las ropas, pasando por arriba de una protuberancia ajena a mi persona, no era mi pierna, pues ambas las tenía extendidas, tampoco era mi brazo, era demasiado gruesa la elevación de la ropa. Una ventisca corrió por mi brazo y con una mueca segura, lo volví a meter dentro de la cama, ahora alcanzando lo que fuera que hubiera formado ese alzamiento de la cama. Atrayéndolo más cerca al notar la calidez que emanaba.

Un aroma llegó a mi nariz, la fragancia marchándose casi tan rápido como había llegado.

Volví a inhalar, ahora con más calma y prolongadamente.

Un suspiro escapando de mis labios con una sonrisa.

Adoraba este aroma.

Blake...

Parecía como si Blake estuviera aquí. Pero debía estar soñando, bebí mucho en la fiesta, lo sabía. De eso era lo más consciente, entremedio de la niebla en mi mente era lo único que tenía claro; de que Blake era imposible que fuera real en este instante, que había bebido una gran cantidad de licor y me arrepentiría de ello en la mañana sino iba con cuidado al despertar completamente.

Además, imaginar una situación así era de esperarse viniendo de mí, y ¿Para qué mentir? Todo esto era poco nuevo, la verdad. Ya me había ocurrido un par de veces antes, soñar con Blake, su sonrisa y el contacto de su piel con la mía. Lo único nuevo esta ocasión, es que estábamos en una cama sin hacer nada. En fin, la mente juega de maneras curiosas con aquellos sistemas llenos de alcohol en la sangre y con el corazón mutilado de anhelos, sueños, deseos... anhelos, uf, la lista es larga si viene junto con la palabra "Blake" en ella.

Volví a tocar con mi mano libre la calidez embriagadora, ahora descubriendo que lo que había encontrado con anterioridad, era el brazo de alguien, las llamas de mi cuerpo pareciendo pequeñas a comparación con el calor proveniente debajo de mi palma.

Wabi-Sabi || La belleza de avanzar - AU Bumbleby (T1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora