Nia 1

940 92 7
                                    

Nunca es tarde para luchar.
Nunca es tarde para cambiar.
Nunca es tarde para hacer que las cosas funcionen.
Nunca es tarde para ser feliz.

K. L. NAVA.

1


Diecisiete años antes. 


Soy una supermodelo, ¿Cómo no voy a poder hacer lo que quiera, cuándo lo quiera? 

Ben, nuestro chófer, nos mira por el retrovisor con cierto reproche. 

— Señorita Hodgson...
— ¡Ben, vamos a divertirnos! 

Mía y Sharlotthe se rieron maliciosamente ante mi exclamación. Si papá se entera de esto, nos mata. Pero tenemos entradas VIP, así que la seguridad está garantizada.  Y mamá y tía Lottie nos dieron permiso.

En cuanto bajamos de la limusina en el auditorio, Sharlotthe y Mia suspiran de la emoción. Y yo, también lo hago.

Un personal de seguridad nos reconoce al instante y se nos acerca, mirando nuestros pases vip colgados en nuestro cuello. 

— Buenas noches, bienvenidas.

Mía le sonríe pícaramente y él se derrite ante sus zafiros. 

Sharlotthe le pasa una uña por su brazo y sonríe. 

— ¿Nos enseñas por dónde es?— Le ronroneó

Ya dentro, el concierto estaba a la mitad, nosotras como buenas niñas estábamos justo a unos pasos del escenario, mirando al grupo cantar. 

Los adoraba, los idolatraba.

No podía pegar póster de ellos en mi habitación porque papá los vería... pero si podía tocarme pensando en él. Solo en él

Ashton Bennett tocaba la batería con fuerza, sudaba a chorros y su cabello teñido de rubio oscuro caía como una cortina sobre su cara, empapándome. Excitándome.

Sharlotthe miraba a Alessandri, el guitarrista y Mía, se desvivia cantando como solo Christopher lo hacía con micrófono en mano. 

Hoy sería el día. Lo necesitaba con urgencia. Necesitaba que me mirara, que me tocara... 

El de seguridad se nos acercó con una sonrisa gentil. Todos querían tratar a las trillizas Hodgson como unas reinas. Asi éramos conocidas por haber sido modelos exclusivas de la marca Rosas en fuentes. El parecido de Sharlotthe y nosotras era muy notorio, y fuera aún más si Sharlotthe fuera blanca como nosotras.

— Ya el concierto va a terminar, señoritas Hodgson, si desean ir a los camerinos podría enseñarles por dónde es.

Mía y Sharlotthe casi chillan, asintiendo felices. Yo quería que Ashton se girara y me viera. Eso era lo único que yo quería.

Entramos a los camerinos, la habitación era del tamaño de una casa. Habían mesas con comida y de todo tipo de bebidas en lata y botellas. 

— ¿Les ofrezco algo de tomar?
— Vodka con zumo de arándanos, doble. Que sean tres, por favor — Respondió Sharlotthe por inercia.

Era nuestro cumpleaños, el de las tres. Y por supuesto que íbamos a celebrarlo. Íbamos a celebrarlo en grande. Al menos, yo esperaba hacerlo.

Veinte minutos después, y ya más de tres rondas de Vodka con zumo de Arándanos, los chicos entraron. Eran seis en total. A mí solo me interesaba uno. Ashton

Dame todo -SAGA HEREDEROS 5- BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora