—¡Woow!—exclamé con sorpresa, pase mis manos por mi cabello bajando lentamente hasta llegar a mis labios pintados con solo labial traslúcido.
Gem si se lució
No me reconocía a mi misma, el reflejo de el espejo era totalmente diferente a la Missy de siempre, mi cabello castaño caía a los lados con algunos rizos al final, la gargantilla negra con un dije de corazón ocultaba fielmente aquella cicatriz que de niña me hice. Suspire y di una pequeña vuelta quedando de espaldas al espejo.
—Pareces un verdadera Rock Star—aseguro Gem con dulzura—te vez hermosa
Sus ojos brillaban de una manera inexplicable y sin previo aviso la abrace, quería agradecerle lo que había hecho por mí y sin tener palabras para explicarlo que mejor que sea con un gran y cálido abrazo.
—gracias amiga— dije soltando algunas lágrimas
—basta, dejémonos de cursilerías quieres— me apartó; se limpió las pequeñas gota de agua que caían por sus mejillas y sonrió— no quiero que el trabajo de una hora se eche a perder, ahora ve allá y rompe todos los corazones que puedas
—claro rubia tonta— asentí y comencé a caminar lo más sensual y sexi que mi cuerpo podía.
Baje rápidamente las escaleras tratando de hacer un poco más de tiempo antes de llegar a casa de Ian, apenas puse un pie sobre el asfalto levanté la cabeza hasta poder observar a lo lejos a Gem sonriéndome y con un pulgar hacia arriba.
Correspondí a su gesto y camine decidida, traspase el tenebroso umbral de aquella gran puerta hasta llegar al ascensor presionando con nerviosismo aquellos botones parpadeantes color verde. Los segundos de espera parecieron horas mientras pacientemente espera tarareabaa con los dedos entrelazados.
Las puertas metálicas se abrieron, di unos cuantos pasos hasta quedar totalmente dentro y justo cuando las puertas estaban por cerrarse desde lo lejos pude observar como Ian caminaba de la mano con el mismo chico de hace unas horas; quise detener las puertas cuando los vi caminar hacia donde yo estaba pero fue demaciado tarde el ruido del ascensor frusto mi intento de saber quién era ese chico.
Sentí un leve hormigueo en mi estómago cuando el elevador comenzó a subir y en cuestión de segundos las puertas dejaron ver aquel pasillo conocido. Camine pasando puerta por puerta recordando cada momento vergonzoso que pase hace algunos días junto a Gem.
La sonrisa se transformó en una mueca cuando por fin quedé frente aquel número esperado; 219. Infle mis mejillas y solté el aire para después levantar la mano en forma de puño y aunque por segundos dude toque tres veces la puerta, pronto escuché el retiro del cerrojo seguido de algunos murmullos y risas.
—¿Es ella?— pregunto una voz femenina
—si, es ella— respondieron
Acomodé mi cabello y pase mis manos planchando alguna arruga que se allá formando en mi falda durante el trayecto y sin más forcé una sonrisa en mi rostro. La puerta se abrió dejando ver a un Ian totalmente cambiado, vestía un hermosa playera tipo polo color azul marino y un pantalón negro con algunas aberturas cerca de la rodilla.
Se veía tan guapo, sus ojos miel, su cabello castaño y esos anteojos redondos me robaron el aliento no podía creer que ese chico se pudiera ver aún más lindo de como luce todos los días.
Por Dios Missy en que estás pensando
Me reprendí mentalmente y carraspee un poco la garganta tratando de borrar todo lo que mi subconsciente trataba de decirme. Nuevamente conecte mi cerebro con la boca y saludé.
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El protagonista de mis historias
Teen FictionMissy es una chica de 20 años fanática de las historias de amor entre dos chicos. Su mundo es tranquilo hasta que frente a su edificio se muda un choque sumamente misterioso causando en ella una gran inspiración y cierta fascinación por el creando h...