Capítulo 2

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El reloj marcaba las 3:00 de la tarde, solo llevaba 10 minutos dentro de la tienda y estaba completamente aburrida, tome un lápiz y comencé a jugar con el, dibujaba pequeñas burbujas y corazones mal trazados. bostece un par de veces y estaba decidida a dormir una siesta cuando la campanilla de la puerta tocó su suave melodía.

Suspire y esperé algunos segundos para que el cliente llegara a la caja pero mayor fue mi sorpresa al ver al chico que venía hacia mi con una enorme sonrisa en el rostro. Sentía nervios y mi corazón palpitaba desenfrenadamente, trate de hablar pero solo emití extraños sonidos.

—cierra la boca Missy, creerá que eres una retrasada —susurro Gem levantando mi mandíbula inferior con su dedo índice

Estaba tratando de aclarar mi garganta cuando el vecino misterioso llegó con esa sonrisa de comercial, di un último carraspeó y pase saliva.

—soy Missy, bienvenido....—una voz poco femenina salió de mi boca provocando un sonrojo en mi— perdón, bienvenido a electronic's, ¿en qué puedo servirle?

Quería que me tragara la tierra el muy bastardo de burlaba de mi frente a mi cara y estaba metafóricamente muerta de vergüenza.

—bien Missy, necesito un cargador para celular y un auxiliar para auto— espetó recargando sus codos en el mostrador

—enseguida se los traigo—me di la vuelta y fui hasta un estante detrás de la puerta

En la soledad de la bodega por fin pude soltar un pequeño grito reprimido, era realmente atractivo, sus ojos, sus labios y todo de el tenían un tono frío pero bastante llamativo, pude observar que tenía un tatuaje en el cuello y sin duda lo hacía mucho más sexi.

Inhale y exhale aire para tratar de controlarme, tome las cosas que el me pidió y sali a paso lento hasta quedar frente a frente de nuevo.

—¿Desea una bolsa?—pregunté escaneando los artículos

—no es necesario— respondió sacando su billetera

—son 32 dólares— espeté apartando la vista del monitor

Sus ojos dorados me fascinaban y si no fuera por qué estoy enamorada de Aaron sin duda me fijaría en este chico. Una sonrisa torcida fue la que medio mi vecino para después tomar sus cosas y girarse sin siquiera dar las gracias por la atención, rodé los ojos pero en seguida de eso el se detuvo, fijo su vista en mi y sonrió

—fue un gusto tropezar contigo esta mañana—siseó colocándose unos anteojos

Mi habla se esfumó y me quedé totalmente estática, no podía creer que el se acordará de mi pero para mí desgracia fue un evento tan vergonzoso que mi rostro se tiñó de carmín, me cubrí la cara con ambas manos y recargue mi frente en el mostrador.

—picarona, le dejaste una huella imborrable—Gem golpeó mi hombro de forma burlesca

—claro que es imborrable, casi le fracturó la columna— me quejo dejando caer mis brazos sin despegar mi frente de la mesa

— pero ve el lado positivo, siempre te recordara— inquirió Gem alejándose contoneando sus caderas

Rodé los ojos y suspire,quería que la tierra me tragase y me lanzará justo en una isla remota donde nada ni nadie me mirara, pero como no puede ser así decidí dejarlo pasar y guardarlo como un increíble momento en el que pude estar cerca de aquel chico misterioso.

Las horas pasaron y con ella la el término de mi turno laboral llegó, estaba realmente cansada y solo quería dormir pero apenas estaba de vuelta en casa me tiré sobre el sofá, el apartamento se sentía demaciado solo ya que Gemma decidió olvidarse de mi y largarse con un tal Mathew, jugador de Lacrosse en la universidad; bufé al sentir mi estómago gruñir, estaba tan cansada que no deseaba levantarme pero aún así lo hice, camine lentamente hasta la cosina y me preparé un sándwich pero cuando volvía a mi lugar sagrado la curiosidad me dominó encaminandóme hacia la ventana.

Confiada en la obscuridad de la casa abrí un poco las persianas esperando observar desde lo lejos a mi vecino, tome los binoculares y enfoque la vista hacia la dirección deseada, pude comprobar que todo estaba tranquilo, el yacía caminando de un lado hablando por teléfono, su rostro se veía feliz una sonrisa adornaba su rostro y si como el supiera que lo espió su mirada quedó atenta a mí ventana, sentí un gran nervisismos y cuando estaba a punto de retirarme la luz de la habitación se encendió dejándome a la vista de aquel hombre, no supe de que manera reaccionar ycomo método de protección me deje caer al suelo.

— ¡rayos!— exclamé sentada en el suelo

—¿Que estás haciendo ahí?— señaló con una mueca—ya lo sé espiabas al vecino ¿Verdad?—dijo entre cerrando los ojos

Desvíe mi vista hacia la nada y trate de evadir la pregunta pero como siempre suele pasar me defendí alegando lo contrario y diciendo alguna excusa estúpida de las tantas que suelo decir.

—yo no lo espiaba—aseguré— solo....estaba tomando inspiración es todo—respondí nerviosamente—necesito terminar mi novela

—como tú digas, solo quiero decirte que deberías acercarte a el, es mucho mejor que solo acosarlo desde aquí —dijo lanzando sus zapatos

—sabes muy bien que jamás me atrevería a entablar una conversación, soy demaciado idiota para eso—dijo dejando caer mi cuerpo sobre el sofá— además dudo que el acepte mi amistad

—como estás tan segura si jamás has tenido el calor de acercarte a algún chico—inquirió levantándose para ir a la cosina

— solo lo sé Gem—dije soltando el aliento

Gemma solo se encogió de hombros y me miró fijamente para después volver su vista al televisor, tomo el control remoto y comenzó a cambiar los canales introduciendo un puñado de palomitas a su boca, era increíble que teniendo un hermoso cuerpo ella comiera más que cualquier jugador de fútbol, sonreí y tome mi teléfono comenzando a escribir una de las tantas historias que tenía pendientes.

Una cosa si es segura, necesitaba averiguar más sobre el así que desde mañana me daré a la tarea de memorizar todo su itinerario y de profundizar sobre todo en sus redes sociales además de tener que averiguar su nombre.

El protagonista de mis historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora