Decir que Jin se encontraba simplemente cansado, sería como afirmar que Jimin tenía un trasero normalito.
Seokjin estaba agotado, exhausto, reventado y todos los sinónimos habidos y por haber para expresar las consecuencias que experimenta el cuerpo humano luego de horas y horas sin una pizca de descanso.
Ese día había sido especialmente demoledor. De por sí la jornada de los martes era una de las más cargaditas en toda la semana, pues tenía trabajo en las mañanas y clases en la noche, pero aquel en específico, todo el ajetreo había sido multiplicado por mil.
Primeramente, se suponía que su turno acababa a las tres de la tarde, sin embargo, terminó retirándose de aquel grasiento local de comida rápida sobre las seis porque uno de los nuevos empleados se había liado con unas cuentas y formado, en consecuencia, un total desastre que el pobre pelinegro se vio forzado a resolver. Al final, el chico fue despedido, a él le pagaron las horas extra y le dieron permiso para retirarse al mediodía del jueves, no obstante, aún así, el tiempo de más le pasó facturas.
Ese pequeño imprevisto terminó desordenando por completo su agenda, y teniendo en cuenta la distancia desde el empleo a su casa, de esta a la universidad y que el curso iniciaba a las ocho, estaba más que claro que no le daría chance ir al departamento, ducharse, preparar algo de comer y luego llegar puntual.
Así que, tras analizar con calma el asunto, llamó a Namjoon y tomó la decisión de cenar algo rapidito en alguna cafetería y luego irse a recibir sus clases.
Cosas como esta le molestaban más de lo que probablemente deberían hacerlo, pero de por sí él y Nam solían tener poco tiempo para estar juntos, así que habían acomodado sus horarios de tal forma que pudieran aprovechar esos pequeños ratos libres que ambos tenían, y, por lo tanto, le sentaba mal destruir esa rutina aunque fuera una sola vez.
Sin embargo, no había nada que pudiera hacer, así que con total resignación, se dispuso a cumplir con sus nuevos planes.
Oh, pero como al parecer los astros se habían alineado o alguna deidad se había puesto en su contra ese día, no pudo ni siquiera disfrutar de unas jodidas alitas de pollo tranquilamente, porque un niño a quien sus padres aparentemente no le dieron una crianza decente, pasó corriendo a su lado, tropezó, y cayó encima suyo, lanzando junto a él la comida y provocando que esta impactara directamente contra el pecho de Seokjin.
En resumen, su camiseta verde (que era el uniforme de trabajo) terminó adquiriendo diversos tonos de amarillo y rojo por las diferentes salsas de acompañamiento, además de un poco de grasa de carne como bonus extra.
Si las miradas mataran, ese enano ya hubiese hasta reencarnado.
En resumen, a pesar de haberse lavado como pudo, no logró por completo eliminar los rastros de comida de su ropa y se vio en la penosa obligación de ir en esas fachas a la escuela.
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El novio perfecto no exis... /Namjin🌻
FanfictionCuando Seokjin encontró aquella irrelevante publicación de Instagram, él no tenía idea de que terminaría obsesionándose un poco. Bueno... Tal vez obsesión sea una palabra un tanto fuerte, sin embargo, de un momento a otro, y sin saber bien cómo suce...