🌻Punto 10🌻

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Seokjin estaba a punto de expulsar fuego por la boca

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Seokjin estaba a punto de expulsar fuego por la boca.

Había tenido un día realmente malo. ¿Qué digo malo? Pésimo, horrible, desastroso, de esos en los que parece que el universo conspira en tu contra porque absolutamente todo lo que haces te termina saliendo de la forma equivocada.

Y no, en esta ocasión su estrés no se debía a algo similar como lo que había ocurrido aquella vez que tuvo que hacer horas extra y un niño le lanzó su cena encima.

Este caso era completa y absolutamente diferente, y desgraciadamente para él, también era peor.

Todo comenzó desde la noche anterior. Como sabéis, las clases a las que asistía se impartían a partir de las 8:00 p.m, debido a que estaban diseñadas exclusivamente para  trabajadores, por lo que exactamente a tal hora, el pelinegro se encontraba sentado en su pupitre esperando a que iniciara la lección.

¿Pero adividad qué?

Resulta que ese día en específico, los estudiantes debían entregar un proyecto que había sido orientado con antelación, y ok, hasta ahí no hubo ningún inconveniente.

El problema llegó cuando el profesor le pidió a Seokjin el suyo y nuestro protagonista contestó: "¿Qué proyecto?"

Lo había jodidamente olvidado.

Literal, no era que lo hubiera hecho y se le hubiese quedado en casa o algo por el estilo; simple y llanamente su cerebro había eliminado por completo la existencia de dicha tarea, y por ende, no pudo cumplir con ella.

Pero entendedle, entre su trabajo, el resto de asignaturas, la constante preocupación de Namjoon con su brazo y las cosas del hogar, tenía suerte de todavía recordar su nombre y fecha de nacimiento.

Afortunadamente, el profesor fue indulgente con él, y tras escucharle rogar una y otra vez, le dio la oportunidad de entregárselo el día después.

En resumidas cuentas: debía hacer en menos de 24 horas un trabajo que llevaba semanas orientado.

Esa madrugada el pelinegro y el señor café se hicieron más íntimos que nunca.

No durmió hasta llegadas las cinco, a pesar de las réplicas de su novio, y a las seis y media tenía que levantarse para ir a su empleo.

Arribó a la cafetería dos horas después porque tanto era su cansancio, que ni siquiera reaccionó, como era costumbre, ante el sonido de la alarma y se quedó dormido.

Entonces comenzó lo que se conoce como "efecto bola de nieve".

La llegada tarde hizo que un ceño fruncido de proporciones épicas apareciera en el rostro del jefe, y el agotamiento consiguió que su rendimiento fuese completamente inefectivo.

Accidentalmente rompió al menos cinco vasos de cristal, entregó mal el cambio a tres mesas porque se encontraba más centrado en no desmayarse que en ofrecer un buen servicio, y por si fuera poco, una bolsa de basura se le cayó de las manos cuando estaba a punto de salir a tirarla fuera, lo cual trajo consigo que un montón de desperdicios inundaran parte de la sala de trabajadores.

El novio perfecto no exis... /Namjin🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora